28.000 euros por un lienzo de Arroyo de 2007 en Ansorena
Eduardo Arroyo ganó la partida del 3 de octubre, pero aún no sabemos el límite inferior de las esculturas de Jaume Plensa en España
Decíamos en nuestro artículo de previos (ver), que frente al envite sincero y sin trampas de una escultura de primera juventud de Jaume Plensa, la sala ofrecía otro de última época de un especialista como Eduardo Arroyo, un interesante y simbólico Anónimo responde a un interrogatorio, 2007 (O/L, 73 x 92 cm; lote 441), cuyo valor se estimaba en 28.000 euros.
Una vez más debemos descubrirnos ante Ansorena, no sólo por ofrecer esa pieza en ese precio, sino porque ha demostrado ser capaz de venderla, aunque sea por los mínimos 28.000 euros exigidos por el vendedor, lo cual casi ninguna sala en nuestro territorio es capaz de conseguir, dicho sea de paso. Así, pues, apuntémoslo en nuestra memoria para sucesivas ocasiones.
Frente a esta buena venta, debo mencionar mi particular fiasco con la fina escultura de hierro de Jaume Plensa (1955), titulada Darrera, 1982 (187 x 82 x 107 cm; 326), realizada con menos de treinta años y por la que se pedían de inicio 40.000 euros, en una línea ligeramente inferior a los 48.000 euros en que se remató en mayo pasado en esta misma sala su similar La dona d’amic, 1982 (hierro, 212 x 61 x 15 cm), que había salido a pujas por apenas 20.000 euros (ver). Se comprueba una vez más que los coleccionistas se animan más y son capaces de subir más allá de lo previsto inicialmente si el precio mínimo es más atractivo, lo cual tiene siempre un especial riesgo para la propiedad…
Dicho lo cual, el otro ganador de la tarde fue, sin duda, Eduardo Úrculo. Las piezas que se ofrecían de su mano subieron ligeramente, alcanzando un precio unido final de 30.000 euros, que tampoco está nada mal en estos tiempos. Así, su lienzo Abrigos y sombrero, 1984 (145 x 125 cm; 324), adquirido por el vendedor en la galería Sem de Madrid, pasó de 12.000 a 14.000 euros, ofrecidos por un teléfono, mientras su bronce de Silla, chaqueta y sombrero, 1985 (sin numeración, 92 x 60 x 68 cm; 325), portada del catálogo de la exposición El viajero, la ciudad y el equipaje: pintura, escultura y dibujo, en la Ciudad de Oviedo en 1994, tuvo una escalada similar, de 14.000 a 16.000 euros, esta vez adjudicados a una puja previa en la mesa.
Grata sorpresa produjo esta doble venta, en contraposición a la decepción porque dos buenos gouaches quedaron sin compradores intereses; me refiero al Sin título de 1979 (46 x 60 cm; 236) de José Guerrero, por el que se pidieron unos excesivos a la postre 10.500 euros, y al surrealista de Pájaros, 1929 (92 x 73 cm; 36) de Josep de Togores, expuesto en la retrospectiva El surrealismo en España: 1924-1939, del MNCARS de Madrid entre 1994 y 1995, y por el que se pedían 12.000 euros…
De ese ambiente parisino, donde Togores trató a Picasso, Gris o Hugué, a Kanhweiler, a Masson y a tantos otros, vinieron otras buenas ventas de españoles vinculados, genéricamente, a esa escuela. Vamos por partes, comenzando por el más caro vendido ayer. Carlos Nadal nace en 1917; su Estación de Sitges, 1972 (O/L, 55 x 75 cm; 37) muestra su tratamiento colorista, su sentido ingenuo tomado de Dufy, aportando la ciudad de Sitges, que siempre tiene una especial acogida; así, un teléfono ofreció los 19.000 euros definitivos. Seguimos notando, por cierto, el interés por las obras de su mano…
En el entorno de los años 20, varias ventas interesantes. La primera fue la confirmación de algo entrevisto: el buen Retrato de madre e hija, c. 1921 (O/L, 100 x 81,5 cm; 322) de Celso Lagar despertó cierto interés y subió de los 15.000 euros de inicio hasta los 18.000 finales, de otro teléfono; buena noticia también. De Antoni Clavé, dos ventas: la primera, el sencillo, abocetado y temprano Niño con juguetes y personajes, 1944 (O/táblex, 38 x 45,5 cm; 317) se adjudicó por la salida, 12.000 euros, a un teléfono; en cambio, su Bodegón con frutas, cacharros y pez, 1946/7 (O/L, 60 x 73 cm; 440), con sello de la Douane exposition Paris Centrale, subió en buena lógica de 12.000 a 16.000 euros. La sorpresa llegó, en cambio, con un bodegón de Ismael González de la Serna: Naturaleza muerta, 1929 (O/L, 65 x 92 cm; 25), expuesto en 1990 en el Pabellón Mudéjar de Sevilla (núm. 90) y publicado en la monografía de María José Salazar, Manuel García Guatas y Christián Zervos (1994, pág. 32), se disparó de los atractivos 3.600 euros de inicio hasta los 12.000; buena compra.
Queda la última venta importante. La reservamos porque de alguna manera es como una radiografía de este mercado. De Francisco Pradilla, una de sus últimas obras Da de comer a los hambrientos, 1920 (O/L, 47,3 x 70,5 cm; ver), se ofrecía por 12.000 euros y terminó adjudicándose a un teléfono que ofreció 19.000. Lo interesante del caso es que fue comprada en diciembre pasado en Christie’s París por 12.500 euros, lejos de las 20,900 GBP (29.657 euros) ofrecidas en Sotheby’s Londres en noviembre de 2007 por su comprador. Junto al temprano lienzo de Darío Regoyos, Calle de Toledo, 1882 (O/L, 44 x 30 cm; 181), que se ofrecía por 18.000 euros y que no se vendió, muestra un poco la deriva de este tipo de obras. Y el que pueda entender que entienda. Daniel Díaz @Invertirenarte