Zurbarán, modisto de santas vírgenes y mártires

Zurbarán, modisto de santas, vírgenes y mártires

El Museo Carmen Thyssen de Málaga inaugura una muestra con diez retratos de santas del maestro barroco extremeño, que se podrá visitar hasta el 20 de abril. La selección permite ver cómo el autor concibió un modelo de virtuosismo femenino alejado de las representaciones sufrientes de penitentes y anacoretas tan abundantes en el siglo XVII.

Francisco de Zurbarán. 'Santa Marina' (ca. 1640-1650). Óleo sobre lienzo. Préstamo de la Colección Carmen Thyssen- Bornemisza. ©Museo Carmen Thyssen Málaga.

Figuras de frailes, ascetas y místicos; personajes entregados a la contemplación y la penitencia con desnudas túnicas y ásperos hábitos. Estas son las imágenes más comunes del Barroco español, acordes con la espiritualidad contrarreformista de dicho periodo. Sin embargo, entre todos estos cuadros, Francisco de Zurbarán se perfila con una procesión de santas trasmutadas en seres terrenales.

Son mujeres casi todas bíblicas retratadas de cuerpo entero, ataviadas con espléndidos trajes a la moda de la época y que portan objetos relacionados con sus hagiografías o complementos devocionales, que se recortan sobre fondos oscuros. El Museo Carmen Thyssen de Málaga vuelve sobre estas figuras religiosas en la muestra Zurbarán. Santas, para estudiar la aportación del pintor español a la iconografía barroca en la creación de arquetipos de santidad femenina.

La Santa Marina de la colección permanente ha sido el origen de este proyecto, y a ella se han sumado Santa Casilda del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y ocho lienzos de una serie de mártires prestada para la ocasión por el Bellas Artes de Sevilla. Se exhiben en la Sala Noble, en una especie de desfile íntimo y de claroscuros que aporta un valor añadido al recorrido, evocando la teatralidad barroca de las propias obras del maestro en sus emplazamientos originales.

En los cuadros se aprecia un contraste entre la austeridad de los rostros –que se enfrentan directamente al visitante– y lo suntuoso de los ropajes. En un sentido anacrónico, estas santas aparecen con vestimentas propias de la cotidianidad de la mujer del siglo XVII, como si fueran un retrato social. Ese carácter tan realista y humanista no elimina, sin embargo, el peso religioso y la visión de la luz, emoción y ambiente tan característicos de la pintura zurbaranesca.

Una de estas figuras que interpela directamente a quien la está mirando fuera del lienzo es Santa Casilda, vestida con una gran riqueza, no solo por las joyas que porta, sino por la opulencia de su traje. Está modelada, además, con una fuerte luz que señala su monumentalidad y resalta el intenso colorido de su ropaje, en contraste con el discreto fondo. El artista pone cierto cuidado al trasladar al lienzo la calidad táctil de los paños que cubren el cuerpo de la mártir, no únicamente con la elegancia de un pintor, sino con la fineza de un modisto.

Esta obra se ha comparado, por ejemplo, con otras similares como Santa Isabel de Portugal, conservada en el Museo Nacional del Prado, o Santa Margarita de la National Gallery de Londres. Con esta idea en mente, la confrontación de la serie de lienzos en el museo malagueño sirve también para observar lo que se ha denominado como “retrato a lo divino”.

Este último término se refiere a la condición de doncella de refinado porte aristocrático que Zurbarán concede a sus retratos, pero los atributos que lucen –aureolas, palmas y objetos característicos de su iconografía respectiva– nos permiten identificarlas como santas. Así pues, aludiendo al refranero popular, aunque la santa se vista de seda, santa se queda. Nerea Méndez Pérez

Francisco de Zurbarán. 'Santa Casilda' (ca. 1630-1635). Óleo sobre lienzo. Préstamo del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. ©Museo Carmen Thyssen Málaga.
Taller de Francisco de Zurbarán. 'Santa Dorotea' (ca. 1640-1650). Óleo sobre lienzo. Préstamo del Museo de Bellas Artes de Sevilla. ©Museo Carmen Thyssen Málaga.
Taller de Francisco de Zurbarán. 'Santa Matilda' (ca. 1640-1650). Óleo sobre lienzo. Préstamo del Museo de Bellas Artes de Sevilla. ©Museo Carmen Thyssen Málaga.