Vendidos en Fernando Durán los dos sorollas por 180.000 euros
En la cita del 28 de diciembre, las otras ventas importantes fueron de Miquel Barceló y de Mario Carreño
Una vez más, en lo que a pintura se refiere, se cumplieron las expectativas en Fernando Durán. En nuestro artículo de previos (ver), destacábamos no sólo la amplia e interesante oferta en general sino varias de las piezas que mejor se han vendido. Veamos, con cierto detenimiento.
Lo más destacado fue, sin duda, la venta de las dos obras del pintor valenciano, Joaquín Sorolla, que demuestra de nuevo ser una apuesta segura. Se ofrecía primero un atractivo en precio, Playa de Valencia. Día gris, c. 1901 (O/L, 27,1 x 48,4 cm; 940), con un amplio desarrollo del celaje. Dado el tamaño y la temática, los 18.000 euros de inicio pronto quedaron superados por las sucesivas pujas de los coleccionistas, hasta adjudicarse en unos mucho más realistas 40.000 euros. El segundo, más ambicioso, y como comentamos “con una detallada y sutilísima gama de colores”, La Selva. Jardines de La Granja de San Ildefonso, 1907 (O/L, 62,5 x 90,3 cm; 955), había estado expuesto en 1908 en Londres y al año siguiente en la Hispanic Society de Nueva York, donde se había comprado. Se pedían 125.000 euros, que también subieron lentamente hasta adjudicarse la venta a una puja final por 140.000 euros, a los que habría que sumar el 22% de la comisión y los impuestos, 30.800 euros, para llegar a los 170.800 euros definitivos.
Algo similar, aunque en menor escala, sucedió con el lienzo del catalán Joaquín Mir, La catedral de Palma de Mallorca vista desde El Terreno (O/L, 49 x 81 cm; 949), que partía de unos muy atractivos 15.000 euros, y terminó adjudicándose por 19.000 euros, un precio bajo aún para los precios que suelen alcanzar sus piezas importantes.
Retrocedamos a los maestros antiguos para mencionar los mejores remates. Por los 25.000 euros pedidos de inicio, se remató la Inmaculada Concepción, c. 1790 (O/L, 129 x 115 cm; 994), de Mariano Salvador Maella, rebajada de la salida en octubre pasado por 28.500 euros (ver; tras haber sido comprada en Sotheby’s). La otra pieza importante fue la de la Flagelación de Cristo, 1638 (O/L, firmado con anagrama OFP y fechado, 43 x 35 cm; 1144), de Francisco Pacheco; comprado en diciembre de 2004 en Sotheby’s Londres por 10,200 GBP (ver), se adjudicó al único interesado que ofreció los 18.500 euros pedidos.
Vayamos ahora con los dibujos, donde brilló con luz propia el Ecce Homo (lápiz y sanguina sobre papel verjurado, 28,5 x 19 cm; 354), de Juan Carreño de Miranda, procedente de la colección del Marqués de Casa Torres; y así no fue extraño en absoluto que pasara de los 9.500 de inicio hasta los 12.000 finales. Por su parte, el Descendimiento de la cruz (dibujo a pluma con tinta y aguada sepia, 39,2 x 24,6 cm; 360), de Luca Giordano, con firma Giordano fecit, subió igual, de 3.000 a 5.500 euros. En el siglo XVIII destacaron las manchas de Eugenio Lucas (lotes 400 a 404), que subieron todas y se remataron en más de 2.000 euros cada una. La guinda fue la compra por parte del Estado, por los 1.200 euros pedidos, del dibujo a lápiz, pluma y aguada sobre papel del catalán Damián Campeny, Muerte de Lucrecia (40 x 52,5 cm; 398), con la inscripción estudis de decoració escultórica per un fronton del temple. Por último, una Gitana, 1909 (sanguina, 50 x 33 cm; 417), de Isidro Nonell, pasó de 7.000 a 7.500 euros.
El siglo XX se estrenó con la espectacular subida del buen dibujo de José Gutiérrez Solana, Figuras para el cuadro de carnaval, c. 1910 (carboncillo y lápiz sobre papel beige, 47,3 x 61,1 cm; 36), presente en la importante muestra en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid de febrero de 1985, cuyo catálogo sigue siendo una referencia indudable. Con esa composición y figuras, fácilmente escaló de los 10.000 euros iniciales a los 25.000 finales.
Pero la mejor venta de la tarde fue la esperada del papel adherido a lienzo de Miquel Barceló, Sin título, 1984 (acuarela, gouache y arena; 111), que partía de un tamaño importante, 100 x 150 cm. Los 46.000 pedidos pronto lógicamente superados por las sucesivas pujas hasta el remate final por 65.000 euros, lejos de las 25,000 GBP en que fue tan bien comprada en julio de 2014, en Sotheby’s Londres (ver).
La otra fue la del cubano Mario Carreño, un óleo sobre lienzo de 1956, Sin título (78,6 x 99 cm; 47); de 40.000 euros a 42.500 euros, que no es una significativa subida, pero es venta al fin y al cabo. Lo mismo que los 10.000 euros finales por el lienzo de otro cubano, Wifredo Arcay, Sin título, c. 1950 (O/L, 50 x 63,3 cm; 128), con documento de compra de la Sarracino Gallery, Coral Gables de Florida, de donde procedía.
De la reconocida generación de los años 20 y 30, algunas ventas. La más destacada, en mi opinión, fueron los 16.000 euros ofrecidos por Cuadro Barroco, 1963 (pintura sobre cartón metalizado oro y papel-paja japonés de colores intervenido sobre cartón grueso, con marco lacado en negro del artista, 61 x 46,5 x 4 cm; 84), de Gustavo Torner, que subió de 15.000 a 16.000 euros. De Manuel Hernández Mompó, su Vecinos frente al mar, 1975 (A y ceras/L, 65 x 81 cm; 56), expuesto en la galería en la galería Trece de Barcelona y Juana Mordó de Madrid, pasó de 12.000 a 13.000 euros. En cambio, Pequeño homenaje a Juan Gris, 1977 (óleo y collage de maderas sobre madera, 59 x 49 cm; 63), de Gerardo Rueda, procedente de la galería Theo de Madrid, subió de 3.500 a nada menos que 7.500 euros. De los integrantes de El Paso: un lienzo de 2001, de Luis Feito, Nº 1977 (óleo y acrílico/L, 163 x 130,8 cm; 78), se adjudicó por 13.000 euros; y de Rafael Canogar, su temprano Sin título, 1953 (O/L, 45,8 x 59,8 cm; 64), pasó de 9.000 a 10.000 euros, mientras su P-73, 1976 (óleo y collage de lienzos, 59,7 x 72,5 cm; 60), se adjudicó en los 10.000 euros de la salida.
De la abstracción de los 90, varias ventas. Sin título, 1990 (106 x 160 cm; 71), de Rafael Ruiz Balerdi, por 13.000 euros. Enemies, 1990 (vinílico y dispersión/L/T, 56 x 41 x 4 cm; 76), de Juan Uslé, por 12.000 euros. A 9.000 euros subió De los espejos, 2001 (óleo y cera/T, 100 x 100 cm; 82), de José María Sicilia. Y de los extranjeros: del alemán Helmut Dorner, Courlbet’s Blumen kohl, 2004 (pintura laca y óleo sobre plexiglás, 137,2 x 181 x 7 cm; 98A), se vendió por 12.000 euros; Sin título, 2010 (pintura con resina Epoxy/L, 60 x 50 cm; 107), de Peter Zimmermann, por 7.000 euros, y 6.500 euros por Janela D, 1998 (A/T, políptico de 20 piezas, 118 x 182 x 5 cm; 79), del portugués Pedro Calapez, por 6.500 euros.
De la figuración de los ochenta, en términos genéricos, se pagaron 7.500 euros por Cool dog en pintura helada (vértigo), 1979 (O/L, 130 x 100,3 cm; 109), de Chema Cobo, y 9.000 euros por un buen El tabique VI, 1991 (O/L, 233 x 200 cm; 121), de Manolo Quejido.
Acabamos con las mujeres. 10.000 euros por la impresión heliográfica sobre papel continuo, Sin título, 1979 (66 x 212 cm; 129), de Elena Asíns, y los 7.200 euros por Sin título, 1984 (cemento y pigmento sobre plancha de hierro, 70 x 17 x 46 cm; 108), de Cristina Iglesias.
Quizá pueda parecer excesivo el detalle, pero quiere mostrar no sólo la amplitud de la oferta sino de la compra. Feliz 2021. Daniel Díaz @Invertirenarte