Una escultura de Juan Muñoz en Segre
Amplia y muy atractiva cita para los coleccionistas de contemporáneo el 18 de diciembre en la sala del Viso
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
Esta vez son más de 450 lotes los que Segre ofrece; una licitación de Navidad para todo tipo de gustos, y de bolsillos, y donde lo que está siempre presente es la calidad. Y esta vez, en lugar de extendernos en dos o tres piezas, justamente por esa abundancia y calidad comentaremos unas cuantas pero más brevemente.
La obra más destacada quizá sea la instalación con escultura del magnífico pero malogrado Juan Muñoz (1953-2001), Sin título, 1987 (instalación de acrílico con grafito sobre papel maché y cajones encontrados, acero y carboncillo sobre papel con marco elegido por el artista, 62,9 x 124,5 x 35,6 cm; lote 296), que se ofrece por 70.000 euros y que será incluida en el catálogo razonado del artista. Procedente de la Galería Cómico de Lisboa, pertenece de alguna manera a la exigua serie de piezas de Ventriloquist (de la que se conocen cinco obras: dos del Estate, una del CAM2, otra de la Fundación La Caixa y una quinta en colección privada en Bélgica). Una vez más, sus personajes sonrientes miran al espectador intentando comunicarle sus silenciosos secretos; y escuchar, más que contemplar incluso, parece ser el papel más importante del supuesto espectador, reclamado especialmente en nuestra desquiciada e individualista sociedad, que necesita a gritos, aunque sean silenciosos, esos tiempos y esos espacios de comunicación.
Muy contemporáneas son también otras piezas que debemos mencionar. Del prometedor Secundino Hernández, Sin título, 2004 (O/L, 171 x 171 cm; 295), un colorista y dibujado óleo, relativamente alejado de sus caminos actuales mucho más sobrios y experimentales, por el que se piden 21.000 euros; será un buen test para su cotización en el mercado secundario… Del conocido alemán Peter Zimmermann, Poles, 2006 (díptico de resina epoxi/L, 300 x 400 cm; 299), expuesto en el CAC de Málaga en 2006, por 24.000 euros. Y de Xavier Mascaró, una colosal Serie Cultural Objects. Totem de cuatro budas CVII, 2008 (hierro, pieza única, 245 x 55 x 84 cm; 327), por 30.000 euros que quizá interese incluso a algún coleccionista mexicano, pues en ese país en los últimos años ha expuesto con éxito de crítica y de ventas.
Si retrocedemos a la generación heroica, de los iniciadores de la abstracción, me parece especialmente interesante la tabla de Lucio Muñoz, Sin título, 1970 (O/T, 46,5 x 55 cm; 247), procedente de las galerías Juana Mordó y Elvira González, y por la que se piden unos 6.000 euros que son una ganga dada su calidad; aunque ya sabemos que no son tiempos buenos para el madrileño… Sorprenden, por contraste, los 22.000 euros pedidos por el atractivo pero gouache sobre papel, al fin y al cabo, de Pablo Palazuelo, De Somnis N.T.R. X., 1999 (66 x 50 cm; 244)… Vean también el Deshollinador IV, 1980 (bronce patinado, PA, 47 x 30 x 15 cm; 263), del recientemente fallecido Eduardo Arroyo, por 15.000 euros, y sobre todo el lienzo de Carmen Laffón, La Jara Sanlúcar. Vista de las Huertas, 1978 (O/L, 28 x 44 cm; 338), con su clásica visión de la luz y del color, por 8.000 euros, que deberían subir. Y una pieza de las que no suelen verse: Pastor y cabras, 1959 (O/L, 100 x 140 cm; 215), un interesante lienzo del Juan Barjola casi de primera época, menos colorista y expresionista pero mucho más constructivo, por decirlo de alguna manera, por 30.000 euros.
En la pintura del cambio de siglo –seguimos retrocediendo-, debemos mencionar las piezas de la colección Jaumandreu, los grandes mecenas de Ignacio Pinazo. De la mano de este apenas conocido y menos apreciado aún maestro valenciano, se ofrecen dos lotes, pequeñas joyitas: Estudio de los tres hijos del pintor (tres O/L, 22,5 x 22 cm; 144), por 2.100 euros, y en menor medida Personajes de Roma, 1880 (cuatro O/T, 37 x 23 cm; 148), por 6.000 euros. De esa colección, además de acuarelas de José Benlliure (132) o Francisco Domingo Marqués (133), sobresale un Estudio de flores, 1881 (O/L, 26 x 40,7 cm; 149) de Joaquín Sorolla, por 30.000 euros, que será incluido en el catálogo razonado de Blanca Pons Sorolla, que a buen seguro subirá unas cuantas pujas dada su calidad y efecto decorativo.
Por último, la pintura antigua. Como suele ocurrir, hay varios lienzos interesantes. Para el mercado novohispano, atractivo será el de la gran Guadalupana (O/L, 169 x 106,5 cm; 44), de Escuela novohispana del siglo XVIII, por 6.000 euros; sin ser obra de importantes matices, su amplio tamaño justifica el precio. Bastante más fino es el óleo del napolitano Guiseppe Simonelli, Desposorios de la Virgen, 1690/5 (O/L, 104 x 129,5 cm; 64), deudora del cuadro de Luca Giordano pero con acentos propios, ya de su época de madurez; su salida es de 7.000 euros.
Y en lo español, no dejen de ver con detalle el buen Bodegón con cesto de frutas, c. 1640 (O/L, 116 x 135 cm; 55), de Escuela madrileña, S. XVII, cuya ejecución dibujada y seca recuerda los trabajos de Antonio Ponce; 6.000 euros de salida. Y la bella y ampulosa Anunciación, c. 1617 (O/L, 168 x 103 cm; 38-B), del Círculo de Juan del Castillo, por 15.000 euros. Y es que la oferta es abundante y atractiva. Daniel Díaz @Invertirenarte