Una escultura de Giacometti valorada en 70 millones, en Sotheby’s Nueva York
La pieza, perteneciente a la Fundación Soloviev, se licitará el próximo 14 de mayo. Se trata de una pieza única, entre otras cosas, porque de los seis bustos que se fundieron en vida del artista es el único policromado.
“Tengo la misma sensación ante los seres humanos, especialmente ante las cabezas humanas: la sensación de una atmósfera espacial que los rodea inmediatamente, los penetra, es el ser mismo; los límites exactos, las dimensiones de este ser se vuelven indefinibles”, afirmó en una ocasión el escultor suizo Alberto Giacometti. Seguramente por ello las cabezas son las protagonistas de varias de sus obras más conocidas, como ocurre con Le Nez, la pequeña cabeza suspendida de una cuerda, dotada de una nariz enorme y puntiaguda y de una boca entreabierta. Recientemente, esta obra ha saltado a las páginas de actualidad debido a una rocambolesca historia.
Su dueño anterior, Justin Sun –conocido por pagar más de seis millones de dólares por El Comediante de Cattelan para después comerse el plátano de la pieza–, afirma que la obra salió de su colección y fue vendida a David Geffen –su actual propietario– sin su consentimiento, por mor de una de sus asistentes que, además, se habría quedado con parte del dinero que se pagó por ella.
Sin embargo, no es de la polémica venta ni de la cabeza de enorme nariz de la que venimos a hablar, sino de Grande tête mince, un busto del hermano del artista realizado en 1954 y fundido en bronce por Susse Fondeur Paris un año después. Se hicieron seis copias de la obra en vida del artista, y solo una de ellas está policromada por él, en tonos oscuros, marrones y negros, que todavía se conservan en buen estado. Esa es la pieza que se subastará en Sotheby’s Nueva York el próximo 14 de mayo como parte de la Modern Evening Auction junto a piezas de Jean Arp, Pablo Picasso o Calder, entre otros. No será, además, la única obra de Giacometti que se ofrezca, pues habrá otra escultura del autor, Femme deboute (Poseuse I), cuyo precio de salida se estima entre los cuatro y los seis millones de dólares.
El precio estimado de Grande tête mince no se ha publicado en la web de la casa de licitaciones y se obtiene bajo petición previa, aunque un comunicado de la agencia EFE que informa de las principales piezas de la subasta lo estima en 70 millones de dólares, pero sí se saben muchas otras cosas de la obra. La primera de ellas es que hasta ahora pertenecía a la Fundación Soloviev, a la que llegó mediante una herencia, y que la subasta es con fines filantrópicos. Antes de eso había pertenecido a una colección privada neoyorquina, y previamente a la Galerie Maeght, de París, que se la compró al artista en vida y la prestó a la Fundación Maeght, en Saint-Paul-de-Vence. Además, ha aparecido en numerosas exposiciones y catálogos dedicados al artista.
La obra es de gran relevancia, y lo es por diversos motivos: su carácter único –de las seis que se hicieron en vida del artista, es la única que él pintó–, por su procedencia y por estar extensamente documentada. Además, como apuntábamos en un inicio, la cabeza fue una de las grandes obsesiones del suizo, la que le llevó incluso a distanciarse de los surrealistas, pues André Breton afirmaba con desdén que «todo el mundo sabe lo que es una cabeza».
Giacometti, sin embargo, se interesó por estas representaciones porque quería volver a realizar obras más cercanas a la realidad, no necesariamente en el plano visual, pero sí en lo que él consideraba la esencia de las cosas. De esta parte del cuerpo afirmaba, por ejemplo, que “hasta ahora no hay duda de que una cabeza con proporciones que no parecen reales parece más viva que una cabeza cuyas proporciones parecen más reales”, y por eso exploró con distintas representaciones: en la que se subasta, por ejemplo, la cabeza parece tener la forma de una hoja de cuchillo, pero en la ya citada Le Nez se trata, simplemente, de una pequeña estructura redonda suspendida de la que emerge la nariz puntiaguda y desproporcionada.
En cuanto a los resultados del artista en subasta, esta última obra se vendió en el año 2021 por 78 millones de dólares, una cifra cercana a aquella en la que se estima Grande tête mince. En aquel momento, la obra entró en el top 5 de las más caras del autor, en el que las tres primeras piezas superaron los 100 millones de dólares. En los últimos años, si bien no ha habido ninguna cifra tan escandalosa, sí se han rematado ventas millonarias, como Femme qui marche, que se perteneció a Givenchy y que se subastó en Christie’s París en 2022 por 27 millones de euros, o Femme Leoni, rematada en Christie’s Nueva York hace un año por 22,2 millones de dólares.
¿Conseguirá esta nueva obra colarse entre las obras más caras del artista, coronando quizá el top 3 y superando, por tanto, los 100 millones de dólares? Sofía Guardiola