Antonio del Castillo. San Acisclo, detalle. Salida: 90.000 euros
UN SOBERBIO ANTONIO DEL CASTILLO LIDERA LA CITA EN ALCALÁ
Junto a la atractiva oferta de finales del siglo XVIII y comienzo del XIX para los días 15 y 16 de marzo, sorprende un temprano lienzo de Mariano Fortuny.
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
Si por algo se ha distinguido Alcalá en los años de su existencia ha sido sobre todo por la sorprendente calidad de su pintura antigua, con permiso de sus artes decorativas. Pasa el tiempo, sin embargo, y en estos últimos tiempos parece que el acento se ha desplazado a los siglos XVIII y XIX, quizá por dificultades para encontrar obra que no ha salido al mercado, quizá por el cambio de personal… El caso es que el catálogo de la presente cita para los días 15 y 16 de marzo pienso que es un buen ejemplo de ello.
La pieza por excelencia es, sin duda, un fantástico San Acisclo (O/L, 97,5 x 87,5 cm; lote 267) del cordobés Antonio del Castillo (1616-1668). Se trata probablemente de una de ‘sus mejores producciones’, al decir de la casa de subastas, con un posible autorretrato personificando el santo patrón de su ciudad, con su clásico atributo de la espada y un pañuelo anudado al cuello, firma del pintor como quien dice. Expuesta el pasado año en la muestra conmemorativa del IV centenario de su nacimiento, Antonio del Castillo en la senda del naturalismo, según los especialistas podría datarse hacia 1655/1660, pintado con unos cuarenta o cuarenta y cinco años, habiendo sido discípulo de Zurbarán según Palomino.
Lejos de evolucionar hacia el cierto barroquismo en que derivaban la mayor parte de los autores de ese momento, del Castillo se mantuvo siempre fiel al naturalismo aprendido, con un creciente interés hacia el natural como parecen demostrar sus excelentes dibujos. Pieza relativamente tardía, con un dibujo menos firme y apretado que sus lienzos de los años 40 ó 50, añade en cambio un intento psicológico superior, que justifica los 90.000 euros que se piden por ella. De venderse en ese precio pasaría a ser su segunda obra más cara, por detrás de otro San Acisclo (O/L, 177 x 85,5 cm) de la colección Fórum Filatélico, vendido con su pareja Santa Victoria, en Sotheby’s Londres, en julio de 2015 por 173,000 GBP (241.957 euros; ver), tras partir de una estimación de 40,000 a 60,000 GBP, lejos por tanto de los 112,500 USD (99.014 euros) en que se compraron en Christie’s Nueva York en enero de 1999…
A ese mismo siglo XVII perteneció Juan de Arellano, el gran bodegonista de flores. De su mano sale a pujas un atractivo y delicado Florero de tulipanes, narcisos, jacintos y otras flores en un jarrón de cristal sobre una mesa (O/L, 56 x 44 cm; 227), firmado y con calidad evidente. Parece que este tipo de piezas no están tan de moda como hace unos años, pero en diciembre pasado Christie’s adjudicó una soberbia pareja de bodegones de flores (83,8 x 62,9 cm; eliminadas de la web) por la estimación más baja, 400,000 GBP (569.534 euros), lejos incluso de las nada menos que 341,000 GBP (475.388 euros) pagadas en Sotheby’s Londres en julio de 2015 por un impresionante Bodegón de flores (ver). El que ofrece Alcalá no tiene esa calidad –los 80.000 euros pedidos hablan de ello-, pero sin duda es lienzo que debe tenerse muy en cuenta.
Vean también el lienzo de la antigua colección del Banco Urquijo, luego Central Hispano y por último del Santander Central Hispano, Arquitectura fantástica con Cristo y la mujer adúltera (O/L, 94,3 x 121,7 cm; 266), de Viviano Codazzi y Doménico Gargiulo, llamado Mico Spadaro, por 12.000 euros que deberían subir. Por calidad, sin embargo, prefiero la pequeña tablita de apenas 25 x 20 cm de Juan de Valdés Leal con una excelente y deshecha Visión de santa Rosa de Lima con la Virgen y el Niño e indio venerándola junto al blasón de la ciudad de Lima, c. 1670 (lote 207). Magnífico boceto con su pincelada suelta y sus encantadores juegos de matizada luz, por 20.000 euros; y no sería tampoco extraño que algún buen coleccionista iberoamericano quisiese hacerse con ella, dado el blasón limeño.
Para ese mundo allende los mares y en el paso al siglo XVIII destaca el óleo de Cristóbal de Villalpando, Virgen de Guadalupe con escenas de sus apariciones… (O/L, 205 x 123 cm; 220). A pesar de su evidente no perfecto estado de conservación, aparece una representación de la ciudad de México desde el cerro de Tepeyac, con el inicio de la construcción del santuario, posterior por tanto a 1695. Su salida: 15.000 euros. Posterior ya, pero en esta línea colonial, vean también la Alegoría de África (O/L, 155,5 x 210 cm; 216), de Escuela colonial del primer cuarto del S. XIX, que se ofrece por 8.500 euros y que muy probablemente suba algunas pujas.
Francisco Bayeu (lote 270), Zacarías González Velázquez (274), Antonio Carnicero (286), Antonio González Ruiz (199), Eugenio Lucas (290) son algunos de los autores del siglo XVIII de los que se ofrece obra de su mano en esta cita. Destaca un lienzo del primero, San Agustín entre Cristo y la Virgen, c. 1766 (O/L, 51,2 x 66,7 cm; 270), primer boceto de los frescos realizados por el pintor en 1766 para la bóveda del presbiterio de la iglesia del convento de la Encarnación de Madrid, por el que se piden 25.000 euros. Atribuida durante un tiempo a Corrado Giaquinto por la soltura de su pincelada, el Museo del Prado posee varios dibujos preparatorios de estas pinturas cuyo modello definitivo está en la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País; quizá por eso, no sería extraño que el Estado intentase hacerse con el lienzo… También tiene especial interés el lienzo de Antonio Carnicero, firmado y fechado en 1798: Retrato de dama con guitarra (O/L, 98 x 73 cm; 286), por el que se piden 18.000 euros.
Y llegamos al pleno siglo XIX, donde con derecho propio reina por esta vez Mariano Fortuny, por encima del sencillo cartoncito de 1904 pintado por Joaquín Sorolla (lote 312). Del tarroconense sale a pujas una obra delicada, temprana –fechada en 1855 y dedicada a su maestro, Domingo Soberano-, para coleccionistas exigentes: Aparición de la Virgen de la Misericordia a Isabel Besora (O/L, 97 x 73 cm; 311). Pintada por tanto con apenas 17 años probablemente para el santuario de la Misericordia de Reus, su boceto en tinta y lápiz se encuentra, por cierto, en el museo Salvador Vilaseca de esa localidad. Obviamente no es el Fortuny que todos tenemos en la cabeza, pero sí se percibe un especial encanto e inocencia de juventud, así como el aliento cercano tanto del purismo ingresco como del nazarenismo más clásico, típicas influencias de l’Escola de Llotja de Barcelona de esos años en general, y de Claudio Lorenzale en particular (así como probablemente de Domingo Soberano). 30.000 euros.
Y, por último, el siglo XX, con tres pinceladas. De Rafael Zabaleta, El pescador de truchas, 1949 (O/L, 100 x 81 cm; 809) salió en marzo de 2016 por 40.000 euros; ahora comenzarán por 20.000, lo que supone ya un atractivo precio. De Godofredo Ortega Muñoz, Castaños (O/T, 33,5 x 45 cm; 807), de los años 50, por 12.000 euros. Y, para inversores puros, dos datos: Orogeny, 2005 (A y O/L, 245 x 360 cm; 906) de Suling Wang, expuesto en Soledad Lorenzo en 2006, por apenas 10.000 euros; una ganga. Y de Tomás Sánchez, Paisaje con bosque y lago, 1997 (conté blanco sobre papel negro, 30,5 x 45,5 cm; 938), por 8.000 euros, lejos de los 29,800 USD pagados en Christie’s Nueva York en mayo de 2008 por Untitled, 1998 (ver) de la misma serie y tamaño… Daniel Díaz @Invertirenarte