Un nuevo espacio para mujeres y artistas en el Museo de Valencia
Desde esta semana, el Museo de Bellas de Artes de Valencia presenta un ámbito que tiene como eje a las mujeres artistas de finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, bien porque son obras hechas por mujeres –María Sorolla, Elena Carabia, Emilia Torrente, Manuela Ballester, Marthe Spitzer, entre otras– o porque ellas fueron las protagonistas de esculturas y pinturas de Mariano Benlliure, José Mongrell o Francisco Pons Arnau.
En la selección de pinturas y esculturas que pueden verse en las salas del Museo de Bellas Artes de Valencia podemos observar un óleo de María Clotilde Sorolla García (1889-1956), formada en la tradición de su padre Joaquín Sorolla y casada con el pintor Francisco Pons Arnau, con un elegante retrato titulado Chula, 1925.
Asimismo, encontramos a Manuela Ballester (1908-1994), también inmersa en un ambiente propicio para el arte gracias tanto a su padre, el escultor Antonio Ballester, como a su futuro esposo, Josep Renau. De ella se exhibe un Autorretrato que reafirma su personalidad activa como artista.
Otro caso muy revelador es el de Rosario de Velasco (1904-1991), una artista no muy conocida de la década de los años 30. Se formó con Fernando Álvarez de Sotomayor y le atrajo poderosamente el Novecento italiano y la Nueva Objetividad alemana.
De ella cuelga el lienzo La matanza de los inocentes (1936), en la que utilizó una temática religiosa para elaborar una composición de contenido político con el objetivo de movilizar a la sociedad, dentro del arte al servicio de la propaganda.
Frente a este a ese estilo, llama la atención un paisaje de Adrienne Guillou, pintora francesa de las dos últimas décadas del siglo XIX con París, vista desde Suresnes, tomada desde el Bois de Boulogne y donde se distingue el Arco del Triunfo y la silueta de los edificios de la capital francesa, tras la masa boscosa.
También encontramos una escultura de Marthe Spitzer (1877-1956), con una estética en la órbita de Bourdelle y Maillol, un bronce titulado la Jeune Fille Latine, dotado de sobriedad pero con una mirada vanguardista.
Muchas de esas artistas estuvieron relacionadas o fueron discípulas de artistas tan reconocidos como Joaquín Sorolla, Mariano Benlliure, Francisco Pons Arnau o José Mongrell.
De ellos destacan las esculturas en yeso que hizo Benlliure de María Sorolla o de Emilia Torrente; los retratos al óleo que hizo José Mongrell de Elena Carabia o el retrato de boda, que captó Francisco Pons Arnau.