Un lienzo de Fabián de la Rosa, por 47.500 euros en Durán
Además, el Estado compró ayer la pareja de Retratos de los Marqueses de Remisa como cazadores, de Víctor Manzano, por 16.000 euros
El hecho de que salga a subasta un lienzo de un filipino y que suba notablemente ya no nos causa ninguna sorpresa. Por decirlo de manera sencilla es algo que casi esperamos, de tantas veces que lo hemos visto en estos años pasados. Por eso, cuando en Durán apareció el Paisaje filipino (O/L, 52 x 90 cm; lote 137), de Fabián de la Rosa, casi todos nuestros lectores debieron pensar eso, que subiría de precio, duplicando o incluso triplicando la cifra inicial, como comentamos en nuestro artículo de previos (ver). Y así ha sido, al pasar de los 18.000 euros de inicio a los 47.500 euros de remate. Lo cual no quita un ápice de mérito a la sala por conseguir, primero, esa pieza para su subasta y, segundo, por obtener finalmente esa buena venta.
En esa línea creo que debe situarse la mediocre copia del famoso Spolarium del filipino Juan Luna, que firmaba el también filipino Miguel Zaragoza; su lienzo de 50 x 90 cm (104), pasó de 3.000 a 13.000 euros. La fuerza de lo filipino en el mercado asiático…, de nuevo.
Debo reconocer que me alegró ver que los dos lienzos del ferrolano Jenaro Pérez Villaamil, también se vendieron y obtuvieron buenas cifras. El primero, Paseo del Prado (O/L, 83 x 70 cm; 157), una especie de crónica social, pasó de 12.000 a 22.500 euros, mientras que la tablita de dimensiones bastante menores (O/T, 29,5 x 42,4 cm; 158), Paisaje montañoso con lago, iglesia y personajes, que para Enrique Arias pertenece a su período pre-romántico (1823-1833), hizo lo mismo proporcionalmente, de 3.250 a 6.500 euros.
Interesante fue, sin duda, la puja por la pareja de Retratos de los Marqueses de Remisa como cazadores (O/L, 163 x 107 cm c/u; 69), de Víctor Manzano, que pasó de 7.500 a nada menos que 16.000 euros, dada sin duda la singularidad de los retratados. Pero mejor fue aún que el Estado ejerciese su derecho de tanteo y se hiciera con ellos, para un destino que aún no conocemos. Y para cerrar esta sección, una gran Escena de cocina (O/L, 125 x 150 cm; 51), de Escuela italiana del siglo XVII, se adjudicó por los 25.000 euros pedidos.
La pintura siglo XX comenzó con una sorpresa. Fue la subida de 10.000 a 15.000 euros de la obra pintada por Miguel Caravaca, Breakfast with the Real Diamonds, 2022 (acrílico y esmalte/L, 170 x 140 cm; 323); pintada para celebrar el 75 aniversario de UNICEF, y con Audrey desayunando con los verdaderos diamantes (los niños), el importe recaudado se destinará a proyectos relacionados con la educación y cuidado de la infancia.
Menor ya, el pequeño papel de José Guerrero, Sin título, 1980-1985 (gouache y tinta, 30 x 21 cm; 319), procedente de la galería Cayón, de Madrid, subió también, de 7.000 a 9.000 euros esta vez.
Por último, el gouache de calidad de Ramiro Arrúe, Fiesta vasca – Makila dantza (23,5 x 33 cm; 184), subió ante propios y extraños de 2.500 a nada menos que 13.000 euros. Del asturiano Evaristo Valle, su Carnavalada (O/L, 32,5 x 45,3 cm; 180), expuesta en el Palacio de Jovellanos en 1947, subió ligeramente, de 11.000 a 12.000 euros. Y por último, El sudor, 1991 (O/T, 77 x 52 cm; 281) del burgalés José Vela Zanetti, de 4.500 a 9.500 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte