Torcuato Ruiz del Peral inédito y completado en Granada
El Museo de Bellas Artes de Granada acoge hasta el 5 de enero una exposición dedicada a Torcuato Ruiz del Peral, el último gran escultor del barroco granadino. Esta antológica propone una revisión del escultor, a la luz de las últimas aportaciones historiográficas y las nuevas incorporaciones a su catálogo.
El año pasado se cumplieron 250 años de la muerte de Torcuato Ruiz del Peral, efemérides que sirvió para estudiar a fondo su figura y perfilar con mayor nitidez tanto su trayectoria como su papel en el desarrollo de la escultura granadina. Parte de los avances realizados entonces se presentan ahora en el Museo de Bellas Artes de Granada, dentro de la exposición subtitulada El otoño del Barroco comisariada por Manuel García Luque.
Perteneciente a la misma generación que Francisco Salzillo y Luis Salvador Carmona, la obra de este artista supuso el culmen de la tradición barroca y el brillante colofón de un ciclo que se agotaría con la instauración del modelo ilustrado de las academias. Como continuador de la escuela de Alonso Cano, Ruiz del Peral fue uno de los creadores que mejor supo mantener viva la llama canesca durante el siglo XVIII.
El estudio de los expresivos modelos de José de Mora, su aprendizaje en el taller de su hermano Diego y la admiración por el virtuosismo técnico de Pedro de Mena resultaron fundamentales en la conformación de su estilo. Fue capaz de crear una singular poética basada en los juegos de ritmos entrecortados, los pliegues abiselados y el empleo de unos modelos de belleza muy personales.
A su dominio del dibujo y la maestría con la gubia sumó un inteligente uso de los postizos y la policromía, con los que logró crear esculturas de gran impacto visual, en las que volumen y color se compenetran en extraordinaria simbiosis.
La exposición del Bellas Artes de Granada reúne una treintena de obras de Torcuato Ruiz Peral y de otros artistas granadinos como Cano, los hermanos Mora o Benito Rodríguez Blanes, lo que permite reconstruir su contexto creativo y analizar la huella de sus maestros.
Buena parte de los préstamos pertenecen al patrimonio de la archidiócesis de Granada, aunque también se exponen obras procedentes de clausuras conventuales, colecciones privadas y galerías como Caylus o Colnaghi.
El recorrido incluye algunas de las obras más emblemáticas de Peral, como las esculturas de los mártires Santos Justo y Pastor que realizó en 1750 para la homónima parroquia granadina. Ataviados como dos niños nobles de la época, constituyen un valioso documento de la moda dieciochesca.
Asimismo, cabe destacar la presencia del grupo escultórico de la Anunciación, procedente de la capilla de las Escuelas del Ave María de Granada, o la monumental imagen de San José con el Niño de la parroquia granadina del mismo nombre.
La muestra también ofrece la oportunidad de cotejar varias piezas de igual asunto, como ocurre con las patéticas cabezas cortadas del Bautista del Museo Nacional de Escultura y la catedral de Granada, donde el artista hizo gala de sus conocimientos anatómicos en la representación del cuello seccionado.
Igualmente, pueden contemplarse en primicia nuevas obras que acaban de incorporarse al catálogo del escultor, como el impactante San Francisco de Asís de la parroquia de la Anunciación de La Zubia, la original Estigmatización de san Francisco de la parroquia de la Encarnación de Loja, el San Cristóbal de la galería Caylus, cuya exquisita factura acredita la solvencia de Peral en la talla del pequeño formato, y San Elías de Colnaghi.