Tiziano por Alfonso X el Sabio
Patrimonio Nacional y Museo del Prado inician una nueva etapa de colaboración que les llevará a hacer un intercambio temporal de algunas de sus obras, como el retrato de Felipe II del artista italiano o Las Cantigas de El Escorial. TEXTO: Fernando Rayón
Después de años –quizá décadas– de malas relaciones por la reclamación por parte de Patrimonio de algunas obras maestras del Prado, la inauguración de la Galería de las Colecciones Reales va a suponer una nueva etapa entre las dos instituciones. Al menos así lo ha dicho la actual Presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, en una reciente entrevista a La Vanguardia.
La lógica se ha impuesto y la primera piedra de esta colaboración –también anunciada por ella– va a tener lugar con motivo de la exposición en octubre de 2023 de El espejo perdido: la imagen del judío en la España medieval en el Museo del Prado.
Su comisario, Joan Molina, jefe de Departamento de Pintura Gótica Española, pensaba que una pieza clave para esta muestra debía ser el original de Las Cantigas de Alfonso X el Sabio que se conserva en El Escorial.
Tras una breve negociación y aprovechando la próxima inauguración de la Galería de las Colecciones Reales, su directora Leticia Ruiz pidió a cambio una de las obras históricas del Prado: el retrato de Felipe II pintado por Tiziano. Un intercambio temporal al que accedió la pinacoteca.
Las Cantigas son la primera gran obra literaria en la que aparece un ciclo dedicado a los judíos. Se conservan diez cantigas protagonizadas por ellos, de ahí la presencia de este manuscrito en la futura exposición del Prado. En ese contexto, nunca se había expuesto.
Escrito en galaicoportugués y en notación musical mensurada en la corte del rey Alfonso X el Sabio durante la segunda mitad del siglo XIII –entre 1270 y 1282, según Walter Mettmann–, este manuscrito es una de las colecciones de canción monofónica más importante de la literatura medieval occidental.
De corte trovadoresco y paralitúrgico, se diferencia de la temática profana que se componía en otros lugares de Europa y de la música sacra de la época. Son 427 composiciones en honor a la Virgen María y aunque existen dudas sobre la autoría directa del Rey Sabio (1221-1284), nadie cuestiona su participación como compositor de unas 100 cantigas.
Por otro lado, el retrato de Felipe II fue pintado en 1551 por Tiziano. El 16 de mayo de aquel año, el futuro monarca escribía a María de Hungría: «Con esta van los retratos de Ticiano […] el myo armado se le parece bien, la priesa con que le ha hecho y si hubiera más tiempo yo se le hiziere tornar hacer».
Este retrato se identifica con el citado por Felipe en 1551 por ser el único, conservado o documentado, que lo muestra armado. «Más que un ejercicio de introspección psicológica, el retrato es una exaltación de la dignidad del príncipe», según Miguel Falomir. «De ahí el énfasis en los elementos representativos como la columna, en el bufete cubierto de terciopelo carmesí y la armadura, labrada por Kolman Helmschmid (1470/1471-1532) en Augsburgo. Tiziano desplegó su acreditada habilidad para idealizar a sus modelos sin estridencias y estilizó a Felipe, que no recuerda al recio individuo de mediana estatura descrito por el embajador veneciano Federico Badoaro».