Como gran maestro español del siglo XIX, dadas las tempranas muertes de Mariano Fortuny y Eduardo Rosales -sus dos posibles competidores-, quedó finalmente Joaquín Sorolla (1863-1923). Y esta rotunda afirmación la confirmó primero su calidad y posteriormente tanto el tiempo que termina de poner las cosas en su sitio como el mercado, de aquellos años y el actual.