Esta fortaleza es uno de los últimos vestigios de las Cruzadas en el país árabe y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006, pero los bombardeos de la guerra civil -conflicto que dura ya más de nueve años– dañaron su interior en 2013. Ahora, por fin, acaban las labores de rehabilitación, que han costado 20 millones de libras.