La última semana hemos visto cómo un par de bienes inmuebles relacionados con el mundo de la cultura salían a la venta. Dos casos que representan maneras muy diferentes de enfrentarse a la riqueza patrimonial del coleccionista, sea de la talla que sea. En España, Juan José Luna donó parte de sus posesiones y su vivienda al Museo del Prado; mientras que en Italia, los herederos del príncipe Boncompagni se han visto obligados a sacar a subasta el palacio de Villa Aurora por no poder mantenerlo