Hay ocasiones en las que las revisiones contemporáneas de la historia del arte descubren talentos pasados por alto. En el caso de Roberta González (1909 – 1976), hija del afamado escultor Julio González, hubo que esperar hasta el año 2012 para que se le dedicase una exposición. En la muestra, titulada “Roberta y Julio González ” y que tuvo lugar en el IVAM en el año 2012, se pudo contemplar el corpus de su producción en relación con el de su padre y mentor. Varias décadas de trabajos se agruparon para la ocasión, desde las obras de juventud, claramente influenciadas por el escultor barcelonés, hasta pinturas de madurez de la década de 1940.
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