Hoy se abre al público en el Museo ICO la exposición Sáenz de Oiza. Artes y oficios, que reúne más de 400 piezas, entre dibujos, pinturas, esculturas, fotografías, libros y cuadernos del autor, seleccionadas por tres de sus hijos arquitectos y comisarios de la muestra: Marisa, Javier y Vicente Sáenz Guerra. Hasta el 26 de abril los aficionados al arte, a la arquitectura y a la evolución de la misma y del paisaje urbano de la segunda mitad del siglo XX en España, podrán acercarse a una exposición muy personal, que permite descubrir aristas poco conocidas de Francisco Javier Sáenz de Oíza (Canedo, Navarra, 1918- Madrid, 2000), autor de una obra ecléctica, siempre tamizada por el humanismo, y alejado de lo que hoy conocemos como arquitectos estrella. Estuvo muy influido no solo por la arquitectura de Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, y también de Oteiza y de otros creadores plásticos, musicales o literarios hasta desarrollar una obra compleja, que nunca perdió el lado humano porque como dijeron sus hijos en la presentación: él siempre supo recuperar la dimensión poética de la arquitectura sin dejar atrás la técnica.