En el año 2001 el Museo de Bellas Artes de Bilbao encargó a Darío Urzay (Bilbao, 1958) El Vientre del observador. La obra figuró un año más tarde en la exposición Gaur, Hemer, Orain, una muestra organizada por el propio museo y dedicada al arte vasco contemporáneo. Desde entonces ha permanecido en el lugar para el que fue específicamente proyectada, el pasillo del edificio moderno del museo limitado por la cristalera que asoma a la Plaza del Monumento Arriaga. La luz es la otra gran protagonista de dicho espacio pues, como ha señalado el artista, ésta juega un papel esencial en la contemplación de la pieza.
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