La pintura se vuelve a exponer al público, tras pasar por el taller de restauración del Museo Thyssen-Bornemisza. El estudio técnico y la limpieza de barnices han revelado detalles como el cambio de posición de las manos, modificaciones de la rueda –que en origen pintó como una circunferencia completa– y el color en los ropajes: un azul violáceo tapa el bermellón intenso inicial.