Sybilla, el hilo invisible de la alegría de vivir
La consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, inauguró la pasada semana la exposición Sybilla. El hilo invisible, una retrospectiva que recoge alrededor de 160 piezas, entre 80 conjuntos de indumentarias y 80 objetos documentales (fotografías, revistas, cartas) que sintetizan en buena medida el recorrido por cuatro décadas de creación de una de las diseñadoras de moda españolas más internacionales, Sybilla Sorondo (1963). Una muestra comisariada por la historiadora del arte, Laura Cerrato, profesora del Istituto Europeo de Desing (IED) que refleja la magia y la alegría de vivir que ha sabido transmitir en sus creaciones.
La entrada a la exposición, con esa imagen de los vestidos de la colección primavera-verano 1991, una fotografía de Juan de la Fuente, con dirección de Arte de Juan Gatti. Un diseño original y singular de un conjunto todo en negro, acanalado por detrás y por delante, en una atmósfera donde late su magia y el poder sugerente que emana de sus creaciones. La comisaria ha estructurado el recorrido en cinco secciones: El hilo que hilvana, El hilo que urde, El hilo que trama, El hilo del tiempo y Un hilo de voz, que son un acercamiento preciso al universo personal y artístico por el que ha transitado Sybilla, desde sus comienzos en los años 80 hasta la actualidad, en la que se rastrean sus referencias y su evolución vital, tan unida a su forma de proyectar la moda.
En la presentación Laura Cerrato destacó varios hitos en la trayectoria de Sybilla, desde sus comienzos en 1983, su desligamiento del ritmo de la moda occidental porque necesitaba pausa, así como su curiosidad insaciable y el no verse encasillada en ninguna corriente al ser poseedora de una voz tan personal en el diseño de moda contemporáneo, que enlaza con la figura de Balenciaga por su singularidad.
Asimismo, Cerrato remarcó que sus cambios en la gama de color han reflejado sus momentos vitales desde su juventud hasta el uso de colores exclusivos de su madurez. Y añadió que a lo largo de estas cuatro décadas, a pesar de los diferentes cambios, hay una serie de códigos comunes que siempre hacen reconocible todo lo que diseñaba, donde a pesar de la complejidad del proceso productivo o la elección de tejidos, siempre supo transmitir el concepto de juego, el humor y mostrar el lado bueno de la vida.
Pionera en muchos aspectos, Sybilla se ha preocupado por la sostenibilidad, la cuidada elección de materiales y la colaboración con algunos de los mejores fotógrafos de moda que retrataron sus colecciones a comienzos de los años 80 y posteriormente. La poesía de sus diseños eran recogidos por estos maestros de la cámara. A lo largo de su vida, y además de su éxito en Japón, Italia y España, Sybilla ha sido distinguida con varios galardones como el Premio Balenciaga, el Premio Nacional de Diseño y la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, por citar los más importantes.
En El hilo que hilvana observamos parte de este trabajo conjunto como el de las imágenes de Ouka Lele, recientemente fallecida, que inmortalizó las prendas de Sybilla para promocionar Moda España. Hecha para vivir en 1983. A partir de ahí otros captadores de instantes de belleza como José Lamarca, Miguel Oriola, Javier Vallhonrat y Juan Gatti, nos fueron legando muchas de las fotografías que hoy forman parte de la memoria colectiva de miles de personas en España y en todo el mundo. Posteriormente este reflejo ha sido captado por Juan de la Fuente, Julio Limia y sobre todo últimamente por Félix Valiente. Ese diálogo entre las prendas e imágenes enriquecen la percepción de Sybilla y sirven como hilo conductor de la misma.
La visita continúa en la segunda planta con El hilo que urde, en la que se exponen una serie de creaciones que subrayan la confección artesanal, en la industrial y en lo que hoy se considera el demi-couture. Sybilla ha aprendido en esa trayectoria vital y profesional, eligiendo un sendero muy personal que ella ha ido desbrozando pero donde no ha querido someterse a ninguna corriente, sino a través de una serie de códigos estéticos reconocibles en los que laten sus influencias de la pintura, de la escultura y de la geometría porque ha sido muy transversal con todas las disciplinas artísticas para tejer una obra única.
Las vivencias personales de Sybilla y su búsqueda interior para conocerse y aceptarse protagonizan El hilo que trama, con dos ejes que definen bien ese camino: la sensualidad y la belleza, donde el juego y el humor protagonizan una parte importante, al resaltar en su universo las cualidades internas y externas de la mujer y eso resulta muy visible en los colores que elige y en la elección de los materiales, que reflejan un espacio emotivo y temporal.
Y precisamente en El hilo del tiempo, tanto las paredes y las vitrinas permiten seguir la historia personal y de diseñadora de Sybilla, a través de fotografías, artículos publicados en los medios, catálogos, invitaciones (tan personales como su firma) o archivos digitalizados, que no solo nos documentan sobre su periplo como creadora sino también sobre una parte importante de la evolución de la industria de la moda de las últimas cuatro décadas
La exposición concluye en la cuba o quinta planta con El hilo de voz, un audiovisual en varias pantallas, que recoge declaraciones de la diseñadora, de la comisaria y de algunos de los directores de arte y fotógrafos con los que ha trabajado, junto a imágenes de sus desfiles, de sus diseños y la importancia que confería a la música en sus puestas en escena. En este juego de espejos convergen la fuerza de su relato con las imágenes de su mundo, caracterizado por su independencia y libertad a la hora de superar los retos y seguir creciendo como ser humano, que tanto ha emocionado a mujeres y hombres por su halo poético.
- Hasta el 15 de enero de 2023 en la Sala Canal Isabel II