Sorolla se impone con autoridad en Ansorena
Dos óleos vendidos por casi medio millón de euros en la licitación de los días 24 y 25 septiembre y una facturación de lo mencionado de más de un millón
Dos obras de Joaquín Sorolla, de 1905, pintadas durante su cuarta y última estancia en Jávea, desataron la caja de los euros en Ansorena y pudimos asistir a un derroche de sorollismo. Como habíamos comentado en nuestro artículo de previos (ver), los motores se fueron calentando con unos dibujos previos, sin más historia. Luego llegó un boceto para La vuelta de la pesca, c. 1899/903 (carboncillo y clarión, 21 x 41,5 cm; lote 543), que pasó de 11.000 a 13.000 euros. Se avecinaba la tormenta y por el óleo sobre cartón fotográfico, Mar de Jávea, c. 1905 (13,3 x 21,9 cm; 544), expuesto en su primera muestra individual en París, en 1906, en las galerías George Petit, hubo bastantes pujas, pasando de 25.000 a 48.000 euros. El clímax llegó con el lienzo de 37,2 x 45,2 cm (lote 545), Mar de Jávea, 1905 expuesto en 1963, en el centenario del nacimiento del pintor en el Casón del Buen Retiro de Madrid, y en el Museo Sorolla en 2019; procedente de la testamentaría de su hija María, y posteriormente de la colección de Francisco Pons-Sorolla, salía a pujas por 120.000 euros… Todos esperábamos que subiera algunas pujas, pero creo que nadie sospechaba la batalla entre dos coleccionistas en la sala por hacerse con él; la locura del ‘yo más’, se había desatado, y levantaban la mano una y otra vez hasta adjudicarse por nada menos que 360.000 euros, que con el 22% la comisión de la sala y los impuestos asciende a 439.200 euros.
El catalán Hermenegildo Anglada Camarasa trató de estar a la altura, pero las obras ofrecidas no eran de los más buscado de su mano así que se quedó en una más que honrosa segunda posición. Su Jarrón japonés, c. 1930 (O/L, 67 x 46,5 cm; 546), se adjudicó por los 90.000 euros pedidos, a bastante distancia de los remates de piezas similares vendidas en Sotheby’s Londres en 2008 y 2010, en su momento álgido (ver)… Su Paisaje desde Montserrat, 1938 (O/L, 51 x 60,5 cm; 547), una de las cuatro versiones conocidas de esa vista, subió de 28.000 a 32.000 euros, haciendo un total de 148.840 euros, premium ya incluido. Ya que estamos, mencionemos El cementerio de Ix, 1890 (O/L, 107 x 81 cm; 221), de Santiago Rusiñol, otro de los paisajistas catalanes; pintado con 29 años, se adjudicó por los 24.000 euros que se pedían.
El test continuaba, esta vez con José Gutiérrez Solana. Su Marineros de Santander (Dos marineros), 1933 (O/T, 62 x 50 cm; 552), se ofrecía por 40.000 euros, a bastante distancia de los 150.000 euros en que se había vendido en esta misma sala en marzo de 2000 (ver)… Un cuarto de siglo es una distancia en el tiempo singular y es duro contemplar cómo hoy día Solana no es el que era, para el coleccionismo, digo. Los 48.000 euros en que se remató saben a poco, hay que reconocerlo.
Avancemos en el siglo XX para citar tres compras. La primera, la delicada malla de Manolo Rivera, Espejo para un cardenal, 1985 (50 x 40 cm; 747), que subió de 7.000 a 11.000 euros, que se me siguen quedando un tanto escasos para su calidad. De 1957 era el lienzo de Luis Feito, justo antes de su ‘explosión’ con El Paso, y su Sin título (49,5 x 69 cm; 748), con etiqueta de la Galería Theo de Madrid, pasó de 9.000 a 11.000 euros. Por último, el Estado compró por los 6.000 euros de inicio un interesante y como poliédrico Sin título, 1982 (110 x 150 cm; 752), a base de collage y pigmentos sobre cartón y táblex, de Darío Villalba.
Ya que estamos con el Estado, el día 24 se hizo con una pareja de miniaturas atribuidas a Florentino Decraene: Retrato de Francisco de Asís de Borbón y Retrato del Infante don Enrique de Borbón (gouaches sobre marfil, 11,6 x 9,5 cm y 11 x 9,2 cm; 149), por los 5.800 euros pedidos. La siguiente miniatura, Retrato del Infante Francisco de Paula, c. 1840 (5,4 x 4,6 cm; 150), atribuido también al mismo Decraene, subió de 3.000 a 3.600 euros, pero no terminó en manos del Estado.
Reconozco mi sorpresa por la subida de 7.000 a nada menos que 24.000 euros de la tabla con Odalisca (O/T, 21,5 x 35 cm; 218), del sevillano Vicente Esquivel, hijo junto a Carlos María del conocido y valorado Antonio María Esquivel; el motivo quizá sea su escasez en el mercado, pero la subida a esas cifras va más allá de su calidad; por poco más, 35.000 euros, se hubiera comprado una tabla de José Jiménez Aranda, Húsares en interior, 1884 (O/T, 53 x 67,5 cm; 220), que el sevillano pintó en París y de una calidad muy superior, pero por la que nadie se interesó. Por Fiesta galante en una barca de paseo por la Albufera (O/L, 84 x 115,5 cm; 219), del valenciano Francisco Javier Amerigo, se ofrecieron los 15.000 euros pedidos,
Pasemos ya a los maestros antiguos, en sentido amplio. Alguna vez hemos comentado en estas líneas lo de las reservas. Pienso que no debería haber ningún problema en seguir usándolas, pero siempre y cuando se explicite a la hora del remate. Lo digo, sobre todo, por el Tríptico de la adoración de los Reyes Magos con donantes (O/tabla de roble, 106,5 x 73 cm, el panel central; 105,5 x 31 cm las alas; ver y 144), pintado para su comitente en Amberes en 1528 por Pieter I Coecke van Aelst; la sala lo ofrecía por 300.000 euros y en 360.000 euros -tras cuatro supuestas pujas- se bajó el martillo. Al no decir nada más el subastador y pasar al siguiente lote, el público entiende que, como el resto de los lotes, se ha vendido, lo cual no es cierto pues tenía una reserva superior… La solución es muy sencilla, y como tal se hace en muchas salas en el extranjero: añadiendo las dos sencillas palabras de ‘No vendido’, todo el mundo entiende que había una reserva, y no se crea ni equívoco ni confusión en los asistentes.
Uno de los floreros de Juan de Arellano, el Jarrón de cristal con flores, c. 1660/70 (O/L, 59 x 49 cm; 134), subió de 45.000 a 49.000 euros, ofrecidos por un comprador al teléfono. Su ‘pareja’, otro Jarrón de bronce con flores de iguales dimensiones y formato, que se ofrecía por los mismos 45.000 euros, se adjudicó en la postventa el miércoles por la mañana. Buena noticia, sin duda.
Se registró otra venta importante. Me refiero a la subida de 20.000 a 32.000 euros de la pareja de lienzos ochavados de José Camarón (1730-1803): El faraón dando a Asenat por esposa a José y Abraham y Melquisedec, hacia 1756-60 (O/L, 75,5 x 45 cm; 110), adjudicados a una puja por escrito que había ofrecido previamente esa cantidad. No deja de ser interesante, la verdad, porque en julio de 2020 se remataron en esta misma sala por 11.000 euros cada uno, 22.000 en total, incluso ligeramente por debajo de los 12.000 en que se adjudicaron en abril de 2019 en Segre. En fin, sorpresas que a veces nos ofrece el mercado. Para terminar lo hispano, mencionemos el remate por 7.000 euros del lienzo del murciano Pedro Orrente, Tobías y el ángel (O/L, 45 x 57,5 cm; 112), con amplia y empastada pincelada, que había comenzado las pujas desde 5.000.
Si nos desplazamos hacia el mercado internacional, la venta más importante fue la de la pareja de tablas de Jacob Toorenvlet: Personaje cristiano y Personaje oriental (O/T, 34 x 25,5 cm c/u; 138), por la que un coleccionista al teléfono ofreció los 16.000 euros pedidos. Por 14.000 euros se adjudicó otro coleccionista el lienzo del alemán aunque afincado en los Países Bajos Hendrick Goltzius: Adoración de los pastores (O/L, 100 x 96 cm; 141), que había partido desde unos más atractivos 10.000 euros de inicio. En esa misma cifra se ofrecía la tabla de Virgen de las uvas (O/T, 51 x 37 cm; 126), de un seguidor de Jan Gossaert, Mabuse, que terminó rematándose por 12.000 euros.
Hasta aquí, las adjudicaciones de lo mencionado suman nada menos que 866.400 euros, con el 22% de premium, 1.057.008 euros; un dato indiscutible. Perdón por la extensión, pero creo que merecía la pena… Daniel Díaz @Invertirenarte