Segre, remates por más de 800.000 euros
Por encima del lienzo de José Guerrero y de las tres compras del Estado, sobresalieron las inesperadas cifras alcanzadas por bastantes obras
A pesar de la reciente corrección de nada menos que de 2.8 al 1.1%, anunciada el lunes por el gobernador del Banco de España sobre la proyección de crecimiento de la economía española anunciada por el Gobierno, los resultados de Segre del día siguiente hablaban otro lenguaje. Se respiraba una alegría que era llamativa y que tiene pinta de que continuaremos viendo probablemente no sólo en las últimas subastas del año sino también en las primeras, cuando se hayan repartido los bonus y demás beneficios de cierre de año.
La obra más destacada fue, finalmente, el lienzo de José Guerrero. Ya comentamos brevemente en nuestro artículo de previos (ver), que Dos azules (O/L, 66,5 x 51 cm; 371), llevaba las etiquetas de Juana Mordó de Madrid y de la galería Buchholz de Munich, donde se expuso en 1965, y que estaba publicado en su catálogo razonado (Centro José Guerrero, 1998, pág. 530; núm. 397 en su catálogo razonado digital). Su salida por 45.000 euros se demostró ajustada; un interesado pujó por ella y en esa cifra se cerró la venta. En contraste con el más tardío y más pequeño Violeta, 1979 (O/L, 52 x 35 cm), expuesto en Fúcares, Almagro, ese mismo año, ofrecido por 40.000 euros pero por el que nadie pujó en Durán el mes pasado (ver).
En el fondo, creo que a nadie sorprendió que el elegante y sencillo dibujo a tinta con aguada Nu assis, 1930 (69 x 48 cm; 357), del exquisito Leonard Foujita, subiera de 9.000 a 32.000 euros; firmado, dedicado y fechado en París en 1930, contaba con el certificado de la especialista Sylvie Buisson. Y aunque estemos hablando de una pieza menor, a fin de cuentas, es de ámbito verdaderamente internacional. En cambio, sí sorprendió la subida hasta los nada menos que 34.000 euros de la tabla de Menchu Gal, Remelluri (O/T, 46 x 54 cm; 327); y no porque hubiésemos partido de un inicio muy atractivo, apenas 10.000 euros, sino porque la cifra de remate nos retrotrae a años pasados, cuando la obra de la vasca estaba al alza, claramente. En este sentido, me parece interesante también el remate por 26.000 euros de Sin título, 1994 (acuarela, 49 x 64 cm; 411), de Miquel Barceló; dos o tres coleccionistas, la subieron desde los 20.000 de inicio, lo que muestra un interés por su obra que en los últimos tiempos había disminuido. Algo similar sucedió con la tardía Tauromaquia (O/L, 54 x 65 cm; 386) de Juan Barjola, que subió de 19.000 a 24.000 euros, ofrecidos por un coleccionista en la misma sala.
Debemos resaltar también los 18.000 euros en que se adjudicaron tres obras. La primera, la Vamp, 1972 (pintura sobre cartón piedra, 25 versiones diferentes, 117 x 34 x 19 cm; 389), de Equipo Crónica; el lienzo de Luis Feito, Sin título, nº 694, 1969 (O/L, 116 x 179 cm; 383), procedente en origen de la galería Antonio Prates de Lisboa, donde se expuso en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo; y, la más interesante, el lienzo de 1962 de Antonio Suárez, Sin título. Pintura nº 115 (148 x 115 cm; 363), una oportunidad, dada la fecha de composición y la calidad, que varios coleccionistas vieron claramente, al ofrecerse desde apenas 3.900 euros…
En una línea similar, sin especial brillo, se adjudicaron por 15.000 euros Auto de fe II, 1985 (óleo sobre portada de libro, 32,5 x 51 cm; 365), de Antonio Saura; y por 13.000 euros tanto la Escena de damas (O/L, 73 x 61 cm; 330), de Emilio Grau Sala, como la tela pintada con acrílico de Eduardo Úrculo, Ella durmió en medio de su canto un sueño eterno, 1973 (162 x 140 cm; 394).
Pero sí despertó un enorme interés, todo sea dicho, la tabla del gallego-mexicano Francisco Miguel, Naturaleza muerta con peras y alcachofas (O/T, 31 x 38 cm; 352), que había estado presente en 1999 en la muestra en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Francisco Miguel. Entre vanguardias. Pintor gallego y mexicano 1897-1936; con esos antecedentes, de la salida por 1.000 euros hasta su adjudicación por 16.000 ya imaginan el número de pujas que hubo.
Retrocedamos ya al cambio de siglo, con dos ventas llamativas. La primera, la del Paisaje al atardecer (O/L, 55 x 72 cm; 194) de Ramón Casas; de 15.000 a 19.000 euros. La segunda, la del gouache sobre cartón de Joaquín Sorolla, Retrato del escritor don Rodolfo Gil, 1918 (48 x 50 cm; 190), firmado, fechado y dedicado, y con certificado de Blanca Pons Sorolla; de 12.600 a 18.000 euros. Muestran ambos remates que su producción sigue interesando a los coleccionistas. Menor fue ya, como parece lógico dada la temática y la época, el interés por el Retrato de Isabel II (O/L, 230 x 158 cm; 146), del gaditano Ángel María Cortellini; en 15.000 eros se ofrecía y en esa cifra se adjudicó.
Y así llegamos a los maestros antiguos, con cuatro ventas que debemos mencionar. La primera, la espectacular subida de 5.000 hasta nada menos que 32.000 euros del cobre de Frans Francken II, El sacrificio de la hija de Jefté [la primera en salir a recibir a su padre tras su victoria contra los amonitas](O/cobre, 33,5 x 44,5 cm; 133); con la aquiescencia de Ursula Härtung, autora del catálogo razonado del pintor, se nota en el precio cuándo la obra es original de calidad, de la mano del pintor y no algo cercano, como sucede con otras piezas atribuidas a su mano, en esa especie de cajón de sastre que se ha convertido en los últimos años Francken II…
Se esperaba también la subida de la tabla del Maestro de la Leyenda de santa Úrsula, Virgen con el Niño (O/T. 35 x 25 cm; 114); de 10.000 a 24.000, aunque más de uno esperábamos alguna puja más. Y por los 10.000 euros de sus salidas se adjudicaron tanto la Santa Águeda (O/L, 203 x 106 cm; 124), atribuida a Bernabé de Ayala, como el Paisaje con personajes (O/L, 99 x 156,5 cm; 132), de un Seguidor de Joost de Moomper II.
Por último, las compras del Estado, que siempre despiertan un especial interés. La más esperada era la del cuadro de Alberto, pintado ya en Moscú, El maestro de los pájaros, 1954/6 (temple sobre cartón, 49 x 35,5 cm; 360), expuesto en el Reina en 2001; subió de 13.000 a 17.000 euros, momento en el que el Estado ejerció su derecho. Y dos piezas de la gran cubana, Loló Soldevilla, pintora abstracta que integró el Grupo de los Concretos y desarrolló una apasionante propuesta: Sin título (pintura y pequeñas tablas sobre yute encoladas a tabla, 58 x 49 x 1,5 cm; 379), por 6.800 euros, y Sin título, 1955 (óleo sobre madera, 64,5 x 80 cm; 380), por los 12.000 euros pedidos, precios muy atractivos si los comparamos con los similares vendidos en Sotheby’s Nueva York, por poner un ejemplo.
Podríamos seguir citando piezas vendidas pues sólo hemos citado las que superaban los 10.000 euros, excepto la compra del Estado. Poco a poco, puja a puja, venta a venta. Grandes cifras para una subasta de la que no se esperaba tanto. Así está el mercado, en Segre. Daniel Díaz @Invertirenarte