Segre dará la campanada con Zóbel
Un atractivo lienzo de 1959 saldrá a pujas en la cita del 2 de julio por 160.000 euros
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
Pocas veces se han producido en el mercado subidas tan rápidas y espectaculares como ha sucedido con Fernando Zóbel (1924-1984). Especialmente llamativas son, en ese sentido, las producidas en las obras de hacia 1959, época conocida como de las saetas por la similitud que tiene con el arma su pintura, su óleo, lanzada con jeringuilla en finas líneas, más o menos cargadas de materia, y que terminan entretejiendo una especie de malla que atrapa la mirada.
Lo más llamativo, pensaba el otro día, es que ese dispararse en el mercado se produjo unos veinte años después de la muerte del autor, con una producción ya perfectamente consolidada y conocida, como resultado -creo yo- de la entrada de sus coleccionistas con un fortísimo poder adquisitivo en nuestro mercado español gracias al conocimiento y al acceso por Internet, que antes no existía. Y, claro, se escucha el ‘lo están arrasando’ de unos, mientras otros hablan de que le ‘están poniendo’ en el sitio en el que debería estar, como uno de sus grandes.
El caso es que Segre ofrece por 160.000 euros un fantástico Cerf-en-ciel #250, 1959 (O/L, 70 x 100 cm; lote 370), procedente de la colección del Marqués de Magaz, de Madrid y publicado en el razonado de de la Torre y Pérez Madero (núm. 59-9 (250), pág. 161). Firmado el 18 de enero, sobre un fondo blanco azulado se imponen unas finas capas de un verde azulado de gran belleza, sobre el que la trama de las saetas se superpone con trazos de rojo intenso. Una preciosidad. Pero vamos por partes, que lo merece.
La Saeta #248, firmada también en 1959 pero esta vez de apenas 36 x 27 cm, con un fondo rojo más matérico y trama en grises, fundamentalmente, espolvoreada de azules, alcanzó nada menos que los 143.717 euros en Leon Gallery, Makati, Filipinas, en diciembre de 2016 (ver). Este dato me parece que es clave para entender la salida por 160.000 euros, cuando la obra se había comprado en Ansorena (o eso parece porque hay informaciones contradictorias, pero al menos salió a pujas en esa cifra) en noviembre de 2003 por apenas 12.000 euros. A esto es a lo que me refiero cuando digo que pocas veces se han producido en el mercado unas subida tan rápidas y…
Y para que ustedes vean que no es un caso aislado, ni una idea que se me acaba de ocurrir, Iesssona, 1959 (O/L, 82 x 100 cm), esta vez en blanco y negro casi como quien dice, se compró por 11.000 euros en Segre en marzo de 2002 -cuando estas piezas se pagaban a precio digamos normal– y alcanzó nada más y nada menos que los 422.096 euros en Sotheby’s Hong Kong en octubre de 2021 (ver). Apenas unos meses antes, en junio de 2021, Sotheby’s París había vendido por 859.500 euros su Retiro, 1959 (O/L, 70 x 100 cm; ver), fechada el 30 de abril, con fondo azul verdoso, como marino, y trama en negro o azul oscuro espolvoreada con trazos rojos. Por último, en septiembre de 2022, Leon Gallery de nuevo, vendió por 450.785 euros, Ercavica (Arc-Orgelia), 1959 (O/L, 54 x 74 cm; ver y ver), sobre fondo blanco azulado claro y trama en blancos y negros, fundamentalmente. Ahora, con estos datos en la cabeza, ya pueden imaginar el bombazo que puede ser el que ofrece Segre, por el atractivo del color y el tamaño, dentro siempre de 1959… Porque han pasado unos cuantos años desde diciembre de 2016 cuando Segre adjudicó por 170.000 euros su Bronce IV, 1959 (O/L, 100 x 40 cm; ver), que había salido a pujas desde apenas 21.000 euros. Por cierto, Fernando Durán sacó en en abril 2013 Matritenses (O/L, 110 x 40 cm; ver), fechado el 14 de noviembre de 1958, por unos sorprendentes por escasos 10.000 euros. Procedente de la colección del pintor Antonio Lorenzo, y dedicado a su mujer, tras muchas pujas se adjudicó en 225.000 euros. Veremos.
Y me temo que el resto de las obras quedan, como quien dice, no ya en segundo sino en tercer o en cuarto plano. De todas formas, no se pierdan la Figura imposible, 1969 (pintura sintética sobre tabla, 66 x 156 x 5 cm; 376), de José María Yturralde, por 12.000 euros. Y, en menor medida, Ella me ofrece su cintura astral, 1971 (O/L, 162 x 130 cm; 379), de Eduardo Úrculo, por 22.000 euros.
Hay, eso sí tres esculturas que merece la pena mencionar. Me refiero a la de Francisco Leiro, Sin título, 1985 (pintura y barniz sobre madera, 190 x 49 x 54 cm; 391), por 15.000 euros; la de Pepe Esplandiú, Sin título, 1990 (bronce y madera, 227 x 46 x 16 cm; 394), por 16.000 euros; y la de Antonio López, Mujer de Almanzora, 2016 (18/20, 26 x 28 x 16 cm; 417), por 17.000 euros.
Y en pintura antigua, para terminar, mis tres recomendaciones. La primera y más clara: la magnífica Visión de san Francisco en la Porciúncula, c. 1672/80 (O/L, 63 x 47 cm; 90), de Juan de Valdés Leal; dada a conocer por Gestoso en 1916 y expuesta en las dos retrospectivas en Sevilla de su obra, en 1922 y en 2022, su ejecución habla de sus años de plenitud, cuando trabajaba en su monumental visión de san Francisco del convento de los capuchinos de Cabra, en Córdoba. Su precio: 25.000 euros.
Menor, pero con mucha calidad también, y por tanto en la siempre buscada ecuación calidad-precio, vean el lienzo de Sebastián Martínez Domedel, Hombre contemplativo (O/L, 44,4 x 29,3 cm; 89), con el visto bueno de su especialista, Mantas Martínez, por 3.500 euros.
Y, por último, una tabla de Nicolás Solana, activo en Aragón entre 1401 y 1441, con Ángel con filacteria (temple y fondo de oro sobre tabla, 58 x 37,5 cm; 50), procedente de la colección del Nelson-Artkins Museum of Fine Arts de Kansas City. Ofrecida por 9.000 euros, la sala la relaciona “con el retablo de San Pedro del Museo de la Colegial de Daroca, que procede de la iglesia de San Pedro, además de las tablas con el Noli me tangere (ver) y la Ascensión (ver) del Museo de Bellas Artes de Bilbao”. Daniel Díaz @Invertirenarte
