Retorno del ‘Guernica’de Ibarrola al Museo de Bilbao
Ayer se presentó en el Museo de Bellas Artes de Bilbao la exposición Ibarrola. Guernica, patrocinada por Iberdrola, de gran valor simbólica a partir de la adquisición reciente en la última edición de ARCOmadrid de esta pintura mural de 10 metros de largo por dos de ancho, valorada en 300.000 euros, que realizó Agustín Ibarrola (Bilbao,1930) en 1977 como homenaje y reclamación de Guernica, pintado por Picasso en 1937. La compra ha sido posible gracias a las aportaciones del Gobierno Vasco, Diputación Foral de Vizcaya y Ayuntamiento de Bilbao, patronos institucionales de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao.
El Guernica de Ibarrola es una gran pintura mural, que consta de diez lienzos pintados al óleo de 200 x 100 cm cada uno hasta llegar a conformar una obra emblemática del arte vasco por la gran ambición del pintor y por ser una pieza que está muy ligada a la historia reciente del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Tiene valores estéticos indudables por la riqueza de matices y cromatismos que Ibarrola trasladó a la obra pero también por ser un testimonio histórico de un tiempo y de un país en gran transformación como fue la transición democrática en España y esa mirada a una obra tan decisiva en el arte contemporáneo: el Guernica de Picasso. Una interpretación en la que Ibarrola representó de un modo singular varios motivos de la obra del genio malagueño como el soldado muerto, la cabeza del caballo herido o la mujer con un niño en brazos, entre otros.
En esa línea narrativa podemos observar la huella de otros elementos que desarrolló Ibarrola en la segunda mitad de la década de los setenta: tramas geométricas de líneas rectas entrecruzadas que recorren y organizan la composición, pero que también subrayan el cuestionamiento que hizo Ibarrola en esos años de la falta de libertades, la represión todavía de las fuerzas de orden público en esos años de cierta apertura. Y mientras Picasso usó una paleta de grises, blancos y negros, Ibarrola siguió una senda parecida pero introduciendo a veces el color rojo en varios elementos de su composición.
El mural de Ibarrola, que ha estado ligado a la historia del Museo de Bilbao desde que se presentara la obra en la sala Juan Gris del mismo en 1977, fue también la contribución del pintor bilbaíno al movimiento ciudadano que, a partir de ese mismo año, con la democracia recuperada, reclamó que el cuadro de Picasso abandonara el MoMA de Nueva York y regresara a nuestro país, incluso reclamando su depósito en alguna de las instituciones vascas. El pintor vasco, junto a otros artistas e intelectuales llegaron a plantear que el cuadro pudiera trasladarse a un nuevo museo que se construiría en Guernica. El movimiento se agrupó bajo el lema “Guernica Gernikara” y generó numerosas iniciativas hasta que el cuadro fue instalado en el Casón del Buen Retiro de Madrid en 1981. En este contexto histórico, el Museo de Bilbao se postuló como posible sede de acogida, tal y como confirman los documentos presentes en la muestra.
Junto a la monumental obra de Ibarrola se exponen otras dos pinturas al óleo de idénticas dimensiones (190 x 100 cm), realizadas por Ibarrola hacia 1973-1979 y que han sido recientemente donadas por el artista. Ambas formaron parte del posterior montaje de 1979 en la sala Gris del museo. Con el mural, estas dos pinturas son ejemplo de la importante investigación plástica y espacial desarrollada por Ibarrola en ese período, paralelamente a sus trabajos de carácter social.
En el recorrido encontramos documentos que se conservan en el archivo y la biblioteca del museo y, en menor medida, en otras colecciones públicas y privadas. El conjunto contextualiza el trasfondo de la creación del Guernica de Ibarrola y la historia del mural antes de su ingreso en la colección del museo. Muchos de los materiales son inéditos o rara vez se han visto, lo que constituye una valiosa aportación que ayuda a comprender el valor simbólico y testimonial que tuvo el mural entre 1977, año de su creación, y 1980, cuando pudo contemplarse por última vez antes de que el artista decidiera conservarlo en su taller de Kortezubi (Vizcaya).
En esta selección documental se incluyen notas de prensa, actas del Patronato del museo, catálogos de las exposiciones individuales del artista realizadas en Baracaldo, Bilbao, Guernica y Sestao entre los años 1977 y 1981; artículos de las revistas “Cuadernos para el Diálogo”, “Ere”, “Mundo Obrero” y los diarios “Deia” y “La Gaceta del Norte”, entre otros. En ellos se recogen las manifestaciones de Ibarrola en torno al movimiento “Guernica Gernikara” y la disposición del Museo de Bellas Artes de Bilbao para ser la sede provisional del emplazamiento del cuadro de Picasso.
Resulta de gran interés poder contemplar algunos planos del anteproyecto museográfico encargado en 1981 por el museo para la instalación del Guernica de Picasso a Equipo de Diseño, S.A., integrado por Juan Ignacio Macua y Pedro García Ramos. Los planos, junto a documentación relacionada, han sido donados al museo por el galerista José de la Mano. Asimismo, un audiovisual recoge imágenes históricas relacionadas con la obra de Ibarrola, entre las que destaca las del singular montaje concebido por el pintor para su exposición en la sala Gris del edificio moderno del museo en 1979.
La exhibición del Guernica de Ibarrola nuevamente en el museo da a conocer al público actual, gracias al apoyo del Programa Divulgación Artística 2021 de Iberdrola, una de las creaciones más importantes del arte vasco del siglo XX, cuya filiación con la historia de la institución propicia la oportunidad de actualizar el conocimiento de la obra y el contexto artístico y social en que fue pintada gracias a la documentación que se han conservado en su archivo y biblioteca.
Y otra novedad importante anunciada ayer por el Museo de Bellas Artes de Bilbao y es la entrada gratuita al edificio moderno, centro neurálgico de la actividad expositiva y pública de la institución a partir de ahora, dado que en breve se inician las obras de la primera fase de la ampliación del museo bilbaíno.