Reflexiones sobre contagio, salud y fragilidad en La Casa Encendida
La exposición colectiva Criaturas vulnerables, comisariada por Andrea Bagnato e Iván L. Munuera, se abre al público mañana y busca reflexionar sobre conceptos tan actuales como la infección o el contagio, así como la fragilidad del cuerpo y su exposición constante a posibles enfermedades.
Hoy en día vivimos, más que nunca, en una sociedad preocupada por la desinfección, la ausencia de agentes patógenos, la limpieza y la distancia de seguridad. No obstante, la vulnerabilidad ante las enfermedades es irremediable. Todos estamos expuestos a gérmenes, bacterias y virus. La nueva exposición de La Casa Encendida busca precisamente reivindicar esa debilidad inevitable, mirándola desde nuevas perspectivas que reconcilien al ser humano con su parte más vulnerable.
Esta muestra supone la segunda parte de un proyecto más amplio, denominado también Criaturas vulnerables. Este comenzó con un encuentro celebrado en el MAAT de Lisboa durante los meses de octubre y noviembre del año pasado, al que se sumaron artistas, científicos, teóricos y activistas para reflexionar sobre la fragilidad y la cohabitación en la situación mundial actual.
Los nueve creadores que participan en el recorrido han abordado cuestiones relacionadas con la enfermedad y la higiene desde varios puntos de vista partiendo, en muchos casos, de acontecimientos científicos, sociales o políticos de nuestra historia reciente (como la salud pública y el concepto de epidemia aplicado a países antiguamente colonizados).
Un ejemplo de ello es la obra de Pratchaya Phinthong, cuyo trabajo gira en torno a la enfermedad del sueño y a la mosca tsé-tsé, transmisora de este mal. La llegada de los colonos europeos al continente africano trajo consigo una destrucción de los ecosistemas que propició a su vez que las poblaciones de esta mosca aumentaran. Además, después tomaron medidas para solucionarlo como irradiar a los insectos con sustancias esterilizadoras, pero que también resultaban dañinas para los humanos. Entre las obras que Phinthong ha producido inspirándose en todo ello se encuentra una trampa diseñada por él mismo, similar a una tienda de campaña, que busca proteger a la población del insecto a que inocula la enfermedad del sueño sin recurrir a técnicas perniciosas para la población.
También en esta línea de exploración sobre el pasado de las enfermedades, se encuentra en uno de los torreones de la Casa Encendida el Contagion garden de Michael Wang . En él, Wang ha plantado tanto bulbos de tulipanes sanos como otros enfermos de TBV.
Este fue uno de los primeros virus que se identificaron, en el año 1928, y produce una serie de mutaciones en los pétalos de las flores: cambios de color, franjas o patrones de aspecto flamígero. Aunque hoy en día estos tulipanes, que se denominan «rotos», se desechan porque pueden transmitir la enfermedad a las flores sanas que se encuentren cerca, cuando el tulipán llegó a Europa procedente de Asia eran los bulbos predilectos, por ser los más llamativos. En su obra, Wang busca apreciar cómo los tulipanes enfermos van contagiando a los sanos en su jardín, y también documenta con fotografías los procesos de crecimiento y floración de ambos.
También destaca en la muestra, en este caso por su vivencia en primera persona de la enfermedad y la intimidad a la hora de tratarla el español Pepe Espaliú (1955-1993), que falleció a causa del VIH. Espaliú dedicó gran parte de sus esculturas, dibujos y performance a mostrar nuevos modos de entender esta enfermedad que fue, desde su inicio, un estigma para aquellos que la padecían. De él encontramos en la muestra gran cantidad de dibujos, cuya intención es reflexionar acerca de las relaciones entre los enfermos de sida y el mundo que les rodea. También se exponen dos máscaras suyas poco conocidas, oscuras, sin orificios para ver o respirar. Tal y como ha subrayado uno de los comisarios, Iván L. Munuera, estas piezas han tomado un renovado protagonismo ahora que, con la situación sanitaria actual, toda la población se ha visto obligada a llevar mascarilla.
Criaturas vulnerables, que podrá contemplarse hasta el 18 de septiembre, se completa además con dos performances y un ciclo de cine. Este último tendrá lugar durante el verano en La Terraza Magnética y que proyectará películas que amplíen los temas centrales de la exposición. Sofía Guardiola