Pradilla, mucho más que un pintor de historia

Pradilla, mucho más que un pintor de historia

El Museo de Historia de Madrid reivindica la figura de este artista aragonés como un autor de escenas costumbristas, retratos y paisajes llenos de vida o detalles minuciosos, más allá de sus conocidos episodios relativos a la monarquía hispánica como La rendición de Granada, o La reina doña Juana la Loca, recluida en Tordesillas con su hija.

Francisco Pradilla. Día de mercado en Noya. 1895. Óleo sobre tabla. Colección particular.
Francisco Pradilla. El día del Corpus Christi en Italia (antes llamado Vejez). 1909. Acuarela sobre papel. Colección particular.

Es una exposición muy esperada. Francisco Pradilla Ortiz (1848-1921), más que un pintor de historia iba a inaugurarse en el Museo de Historia en 2021 coincidiendo con el aniversario de la muerte del artista, pero las circunstancias han hecho que tuviésemos que esperar hasta ahora. “Comenzamos a idearla hace tres años y me parece un milagro verla por fin inaugurada”, explica Sonia Pradilla Sánchez, comisaria junto a Soledad Cánovas del Castillo.

Su génesis se remonta a 2018, cuando se organizó en Pozuelo de Alarcón una muestra en torno al autor y su hijo Miguel subtitulada La tradición de la pintura naturalista. Al terminar esta, la bisnieta de Pradilla manifestó su deseo de mostrar la obra del artista en Madrid, y así es como empezó esta nueva aventura.

Gracias a ello, el autor aragonés regresa al Museo de Historia de Madrid 35 años después de su desembarco, cuando aún era Museo Municipal. Aquella fue una de las retrospectivas más completas de Pradilla, relegado a un segundo plano durante décadas por representar la pintura decimonónica histórica.

Afortunadamente, en los últimos dos años se ha hecho justicia y se han sucedido varias propuestas expositivas que nos han permitido ahondar en su producción; desde la completa muestra organizada en La Lonja de Zaragoza, hasta el pequeño homenaje celebrado en el Prado.

Estamos, por tanto, ante el tercer proyecto que conmemora el centenario de la muerte del pintor. ¿Y cuál es su aportación? Para empezar, el 20 por ciento de las 75 obras expuestas son inéditas, procedentes en gran medida de colecciones particulares. Si bien destacan igualmente préstamos de instituciones públicas como el Prado, el Museo del Romanticismo, el Sorolla o la Biblioteca de Palacio Real.

La idea de las comisarias ha sido poner de relieve la herencia pictórica que nos dejó el autor, con escenas de toda índole: paisajes, postales costumbristas, alegorías y retratos. También dejar constancia de su riqueza a la hora de abordar cada una de sus composiciones, donde destaca su tratamiento de la luz y la presencia humana.

Francisco Pradilla. Así transcurre la vida. 1908. Óleo sobre lienzo. Colección particular.

Francisco Pradilla nació en Villanueva de Gállego el 24 de julio de 1848 pero pasó gran parte de su vida en la capital (más de 30 de los 73 años que vivió). Por eso, el Ayuntamiento de Madrid desea rendirle tributo. “Fue un pintor total que cultivó todos los géneros y diversas técnicas, desde el óleo a la acuarela o el pastel», comenta Cánovas del Castillo. «Los seis apartados en los que se organiza el recorrido cubren 50 años de producción artística, de técnica depurada y de riguroso nivel descriptivo».

La rendición de Granada, óleo sobre lienzo. Bodegas Tradición, Jerez.

La rendición de Granada, por ejemplo, describe con todo lujo de detalles la entrega de las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. Al fondo se alza majestuosa la Alhambra, mientras que en primer término los cabizbajos musulmanes contrastan con la actitud altiva de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla.

Aunque la derrota de Boabdil la retrató mucho mejor en otra pintura de gran formato, El suspiro del moro, recientemente restaurada. Encarna como ninguna otra el espíritu de esa frase pronunciada por la madre del último rey musulmán. Ambos cuadros descansan ahora juntos, para deleite del público.

El género histórico fue el que más fama dio a Pradilla, pero resulta minoritario en su trayectoria. El artista también recreó con sus pinceles escenas costumbristas de la vida madrileña cargadas de fuerza e intensidad, como se aprecia en El Viernes Santo en Madrid o el fabuloso Día de mercado en Noya (una orgía de luz y color que nos traslada visualmente al siglo XIX).

También vemos algunas de las acuarelas que hizo durante sus clases nocturnas en Roma, o los retratos de finales de 1888-1889 que copió de los maestros del Prado (museo que una década después llegaría a dirigir). Mujeres lavando a orillas del río, puentes venecianos, encajeras de bolillos y niños corriendo sobre las olas del mar completan este viaje al pasado a través de la mirada de Francisco Pradilla.

«Ha resultado ser un excelente crítico, un erudito historiador y gran pintor», escribieron de él en la revista Ilustración artística en 1886. Tres facetas que pueden descubrirse ahora en el Museo de Historia de Madrid hasta el 9 de abril de 2023. Sol G. Moreno