Pepa Caballero, la audacia de pintar contra sí misma

Pepa Caballero, la audacia de pintar contra sí misma

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) le dedica una exposición a Pepa Caballero, una mujer cuya obcecación por la pintura abstracta en un momento dominado por la nueva figuración la condujo a la invisibilización. La muestra, abierta hasta el 4 de mayo, busca rescatar la figura de la artista, que comenzó pintando en sacos de legumbres.

Pepa Caballero. 'Hacía la libertad (2002). Cortesía de los hijos de Pepa Caballero. Fotografía: Ignacio del Río. 'Constelaciones abstractas', CAAC, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.

En ocasiones, constatar que existe una tradición de mujeres que se dedicaron al arte abstracto no es tarea fácil. Algunas de ellas han sido estudiadas individualmente, otras se han valorado en el contexto de los grupos con los que se vincularon, y las hay que son todavía poco conocidas. Pepa Caballero puede dar fe de todo ello, una pintora que desarrolló su carrera artística en una España donde la abstracción se abría paso tímidamente entre la nueva figuración.

Bajo el nombre de Constelaciones abstractas, las comisarias Carmen Cortés e Isabel Garnelo han conseguido reunir más de 80 obras suyas en el Claustrón Este del CAAC de Sevilla. Al principio no fue sencillo, pues en el último trimestre de 2023 el centro cultural solo contaba con 12 obras, pero la cifra fue creciendo gracias a donaciones de la familia de la pintora y préstamos de la galería Isabel Hurley, la Universidad de Málaga y otros museos.

El resultado es una muestra que abarca cinco décadas de creación, desde sus trabajos más representativos hasta los últimos que desarrolló días antes de su fallecimiento (en 2012). En ellos se puede ver la influencia de pintores abstractos como Kandisnky, u otros maestros más clásicos como Fra Angélico.

De hecho, su fascinación por el italiano era tal que llevó a cabo varios estudios sobre la incidencia de la luz en sus cuadros. Su obra más significativa es Variaciones sobre la Anunciación de Fra Angélico, pintada en el crepúsculo de sus días. En la exposición se pueden ver dos estudios más dedicados al maestro: Los ángeles de Fra Angélico tocan el laud y Sobre la Anunciación de Fra Angélico.

Pero llegar hasta esa etapa madura no fue sencillo. Caballero no solo no contó con el favor de la crítica, sino que ya desde su niñez tuvo que enfrentarse a la vida que su familia tenía preparada para ella. Querían que trabajase de dependienta en la tienda de ultramarinos familiar y llegaron a negarle incluso los pinceles y lienzos. Ella, empecinada en su cometido, pintaba sobre sacos de legumbres.

A pesar de todo estudió la carrera de Bellas Artes en Sevilla, consiguió un trabajo como profesora en la Costa del Sol y empezó su vida como artista a partir de los 70 en el barrio malagueño de El Palo. Es entonces cuando participa en el grupo El Palmo, siendo la única mujer del colectivo. En esa etapa comenzó sus estudios de composición abstracta.

Pepa Caballero. 'Variaciones sobre la anunciación de Fra Angélico' (2010-2011). Cortesía de los hijos de Pepa Caballero. Fotografía: Ignacio del Río. 'Constelaciones abstractas', CAAC, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
Pepa Caballero. 'Los ángeles de Fra Angélico tocan el laud' (2002). Cortesía de los hijos de Pepa Caballero. Fotografía: Ignacio del Río. 'Constelaciones abstractas', CAAC, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.

Un detalle que caracteriza la pintura de Caballero y que se desarrolla en esta época es el uso de una paleta muy restringida de tres o cuatro colores, que no admitía variaciones de matiz, pero sí de saturación.

Estas piezas se agrupan en la exposición bajo el título de Después de la poda, una serie en la que trabajó hasta 1988. Revelan sus investigaciones sobre las variaciones dentro de la repetición, la pincelada-módulo y la retícula, tres aspectos en los que la exposición reincide a través de sus cartelas.

A finales del siglo XX, los sucesivos viajes a Grecia, Roma y Estados Unidos dejan una impronta cultural y un bagaje de artistas abstractos contemporáneos en la pintora.

De su visita al primer país nace, por ejemplo, su serie Partenón, caracterizada por bandas verticales o cuadrículas en una paleta de colores muy clara y de baja saturación. Estas obras recuerdan el resplandor blanco de la luz en la contemplación de la acrópolis y el orden de los vanos en la arquitectura clásica.

Pepa Caballero. 'Ofelia' (2006). Cortesía de los hijos de Pepa Caballero. Fotografía: Ignacio del Río. 'Constelaciones abstractas', CAAC, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
Pepa Caballero. 'Rojos y dorados en fuga' (2006). Cortesía de los hijos de Pepa Caballero. Fotografía: Ignacio del Río. 'Constelaciones abstractas', CAAC, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.

Estas expediciones dan también lugar a la serie Mediterráneo, donde varios de sus cuadros recuperan ciertos colores de los frescos pompeyanos, como los ocres, amarillos y rosas. Además, destaca la utilización de pintura metalizada.

El capítulo se cierra con sus investigaciones en la primera década del siglo XXI, que dan como resultado cuadros geométricos, pero con un trabajo ya madurado sobre las zonas cromáticas. Hay un cierto abandono de la verticalidad y opta por las líneas horizontales y diagonales, además de dejar de lado la retícula.

Constelaciones abstractas es un acercamiento perfecto a la figura de Pepa Caballero, orientado tanto a principiantes de su obra como expertos que quieran revisitarla. Se trata de una artista que pintó contra la tradición figurativa de su tiempo, pero también contra sí misma, pues su condición de mujer y su obstinación por la abstracción hicieron que fuera una figura marginada. Esta exposición revierte la situación y sitúa a la artista en el lugar que le corresponde dentro del arte contemporáneo nacional. Nerea Méndez Pérez