‘No photos’; Tino Sehgal no quiere dejar huella, solo que vivas la experiencia
El Centro Botín de Santander presenta la primera obra en vivo del artista londinense en España, una pieza en la que participan 12 familias donde la voz, el ritmo, el lenguaje corporal y los afectos interpelan directamente al espectador. Sehgal ha tomado la Adoración de los pastores de El Greco como punto de partida para idear su propia interpretación sobre la maternidad, en un trabajo del que no desea guardar ningún testimonio gráfico.
Es la pesadilla del periodista. Sin fotos, ni vídeos, ni explicación previa, Tino Sehgal simplemente quiere que «vivas la experiencia». Una apuesta arriesgada en tiempos de Instagram y TikTok que sin embargo parece reivindicar el derecho a disfrutar de la obra de arte sin móviles, ideas preconcebidas ni presiones. El artista de ascendencia alemana e india desea que el espectador acuda al Centro Botín con los cinco sentidos alerta y dispuesto a dejarse seducir por su propuesta coral.
This youiiyou [Este túyoyotú] se ha instalado en la segunda planta del museo frente a la inmensa cristalera que mira a la bahía de Santander. Voces guturales y rítmicas, además de movimientos coreografiados de personajes que salen y entran de la sala sorprenderán al visitante que desee participar en el ‘juego’ del artista.
Una obra que se desarrollará de manera continuada durante las horas de apertura del museo y que irá evolucionando en función de cómo reaccionen –e interaccionen con el público– la docena de familias que participan en el proyecto (residirán en Santander hasta que finalice la muestra, el 11 de febrero de 2024).
De ahí el término de «obra en vivo», pues será como asistir cada segundo a una experiencia única e irrepetible que tiene mucho de gesto pautado, pero también de improvisación. Se trata, por tanto, de «situaciones construidas» –también las palabras importan y a Sehgal no le gusta llamarlas performances– que solo podrán desarrollarse con la complicidad del público.
Al principio, resulta sorprende la solemnidad con la que el espectador observa a los actores, en un ambiente que invita a la contemplación pasiva. Pero más tarde la llegada inesperada de varios bebés con sus padres, así como la confianza que poco a poco van cogiendo algunos visitantes añaden más componentes a la ecuación, originando reacciones de todo tipo: complicidad, cariño, incomprensión, curiosidad, aburrimiento, disgusto… Un sinfín de emociones que el autor busca deliberadamente con su trabajo y que no hacen sino enriquecer la obra.
El propio artista explicó que su primera obra en España se compone de cuatro elementos: la Adoración de los Pastores de El Greco, su particular propuesta participativa, la arquitectura de Renzo Piano y esa enorme cristalera que se asoma al Cantábrico.
Precisamente en la pared situada frente al gran cristal, cuelga la Adoración de los pastores (1577-1579) de El Greco, una obra perteneciente a la Colección de la Fundación Botín. Este lienzo, que formó parte del retablo para el Convento de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, fue el germen del proyecto expositivo, comisariado por Udo Kittelman. Fue él quien decidió unir a dos de sus artistas favoritos en esta propuesta que trata de «capturar lo inexpresable».
«El Greco no es solo lo que ves, sino lo que sientes», mantiene Kittelman. Quizá por eso Sehgal se ha inspirado en él para ahondar en los vínculos afectivos y en la familia. En eso confluyen, a pesar de la distancia física a la que se han situado sus obras.
El Greco/Tino Sehgal es una exposición que puede visitarse hasta febrero del año próximo en el Centro Botín de Santander y que supone la primera incursión del artista londinense en nuestro país. Un autor que rechaza la obra de arte física, porque ya hay demasiados objetos innecesarios en la Naturaleza. De ahí su apuesta por no hacer fotografías ni vídeos, porque su idea es no dejar huella. Sol G. Moreno