Luis de Morales. El Nacimiento de la Virgen. Óleo sobre tabla. Hacia 1562-1567. Museo Nacional del Prado, Madrid.
MORALES: DIVINO PERO TAMBIÉN HUMANO
El Prado, el MNAC y el BBAA de Bilbao recuperan la obra del maestro extremeño con esta exposición, patrocinada por la Fundación BBVA.
Luis de Morales vuelve al Prado. Casi un siglo después de su última retrospectiva en el museo, el “Divino” ocupa las salas temporales de la pinacoteca madrileña para demostrar que su producción se compone de algo más que Vírgenes con Niño y temas pasionales. “Virtuoso del pincel” y afamado artista de su época, desarrolló los modelos religiosos de la pintura devocional del Renacimiento español y cultivó una variedad de registros que adaptó a su clientela con una clara vocación comercial.
La muestra presenta una treintena de tablas del pintor extremeño, cuyas composiciones se repitieron –en ocasiones incluso copiaron– durante los siglos XVI y XVII. El Divino Morales reúne solo obras autógrafas y es fruto de un proyecto más ambicioso en torno a la producción del pintor y su taller. “Es el resultado de muchos años de estudio, restauración y análisis”, mantiene Miguel Falomir, director adjunto del Museo del Prado. Por eso, tan importante como la exposición es el catálogo, editado en español y en inglés.
Las iconografías más populares del maestro extremeño dan la bienvenida al visitante, entre ellas, La Virgen de la Leche y Ecce Homo. “Morales fue el creador de una marca reconocible”, explica la comisaria Leticia Ruiz, “un pintor de pequeño formato” que trabajó de acuerdo a la demanda de sus clientes; sin embargo, también elaboró complejos programas para una veintena retablos (desgraciadamente, se conservan muy pocos). Tres versiones de la llamada Virgen gitana permiten apreciar las mínimas variaciones que el pintor se permitió en cada composición.
También se muestran El Calvario y La Resurrección, donadas el pasado mes de agosto por Plácido Arango a la pinacoteca y visibles al público por primera vez. El empresario, también ha prestado La Virgen vestida de gitana y un Ecce Homo que descansa cerca de sus antiguos compañeros. Junto a ellas, medio centenar de tablas procedentes de instituciones públicas y privadas contribuyen a profundizar en el corpus del pintor. Algunas de estas obras han sido restauradas en los talleres del Prado y ahora lucen rejuvenecidas en un singular montaje, con una luz tamizada que invita al recogimiento y la contemplación silenciosa.
El Divino Morales cuenta con el patrocinio de la Fundación BBVA y podrá verse en el Museo del Prado hasta el 10 de enero. Además, está organizada conjuntamente con el Museo de Bellas Artes de Bilbao y el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), sedes a las que viajará tras su paso por Madrid. Un justo periplo para un artista famoso en vida y olvidado con el tiempo. Sol G. Moreno