Millares triunfa de nuevo en Ansorena
Junto a los 240.000 euros de remate de la arpillera, destacaron por encima del resto los 125.000 euros del retablo de Joan Reixach
Con el éxito de la venta en diciembre pasado de una arpillera de Manolo Millares (1926-1972), Homúnculo, 1967 (Tm/arpillera, 81 x 100 cm), que subió hasta 360.000 euros, y por la que se pagaron un total de 439.200 euros, comisiones e impuestos ya incluidos (ver), era lógico que Ansorena intentara repetir en este mes de marzo, con las ferias de ARCO y demás satélites alrededor como telón de fondo.
Y para ello ofrecía dos arpilleras del canario, por un precio especialmente atractivo a primera vista –y más si lo comparamos con los del mercado primario que acabamos de comprobar un año más en las ferias: 240.000 euros cada una, y unas medidas casi idénticas: Humboldt en el Orinoco (11), 1968, de tamaño mediano (65 x 81 cm; lote 153), y Humboldt en el Orinoco, 1968 (sin la numeración y ligeramente posterior, 68 x 82 cm; 154), de las que hablamos con largueza en nuestro artículo de previos (ver). El resultado fue desigual. La primera de ellas, con toques de rojo, se adjudicó a un único pujador que ofreció los 240.000 euros pedidos mientras la segunda quedaba desierta, sin otros interesados en ese precio, quizá por esa sobriedad en el color, sólo con negro y un poco de blanco. Siempre he pensado que este tipo de obras, especiales y nada fáciles de conseguir sacar a pujas, es mejor dosificarlas e irlas sacando con cuentagotas, consiguiendo así haya una mayor demanda sin que el coleccionismo se sature…
Sí hubo interesados en dos papeles. El primero, de Manolo Millares también, Composición (Tm/cartulina montada en bastidor, 49,5 x 64 cm; 152), procedente de la galería Biosca de Madrid, subió de 28.000 a 30.000 euros. El segundo, más tardío ya, de 1991 para más señas, de Jaume Plensa: Sin título (Tm/papel arrugado, 97 x 175 cm; 151), subió de nuevo ligeramente, de 27.000 a 30.000 euros, y lo compró otro coleccionista también al teléfono.
De unos años ligeramente anteriores que las arpilleras comentadas, de cuando trajinaban y maquinaban El Paso, eran dos piezas interesantes. De Antonio Saura, Dama, 1957 (O/L, 100 x 81 cm; 155), por 80.000 euros; su “visión oscura y muy poco complaciente, composición temprana y hasta cierto punto atípica, donde tiene más presencia la fuerza del trazo recto que su más típico trazo gestual posterior”, como escribí, no encontró comprador. Y Composición 8, 1957 (100 x 72,8 cm; 156), de Manolo Rivera, trabajo muy temprano, inicio casi de sus trabajos metálicos; ofrecido por 50.000 euros y a pesar de proceder de las galerías Pierre Matisse y Acquavella de Nueva York, y Arnés y Röpke de Madrid-Colonia, fue un precio excesivo. Hay que seguir ajustando los precios.
En el fondo, ese bache se superó rápidamente, con más ventas de cierto calado ya. La más destacada fue, sin duda, la del lienzo de Rafael Zabaleta, Nocturno del quinqué o La ventana, 1956 (O/L, 81 x 65 cm; lote 54); ofrecido por 50.000 euros, en una salida muy atractiva, subió hasta adjudicarse a un coleccionista que pujaba online por 70.000 euros. La otra, claramente por encima del resto también, era el rostro típico de Oswaldo Guayasamín, Meditación (A/L, 110 x 70 cm; 53), que como era previsible duplicó su salida, de 30.000 a 60.000 euros, ofrecidos esta vez por un coleccionista en la misma sala.
En ese mundo figurativo, hispano, debo mencionar otras cuatro ventas. A 18.000 euros llegó el táblex de Menchu Gal, Vista del Dalt Vila, Ibiza (O/táblex, 34,5 x 83 cm; 52), gracias a las pujas en sala; el Bodegón con sandía y jarra, 1955 (O/L, 60 x 73 cm; 58), de Antoni Clavé, se adjudicó por los 13.000 euros de la salida a un teléfono; de 12.000 a 16.000 euros subió, como era de esperar, el lienzo de 1933 de Francisco Bores, Marineros y mujer desnuda (O/L, 100 x 81 cm; 57); los mismos 16.000 euros se terminaron ofreciendo por el Bodegón con ventana (O/L, 50 x 60 cm; 61) de Celso Lagar; y, por último y mucho más actual, el lienzo de nada menos que 150 x 200 cm de Alfonso Albacete, Posiciones críticas nº 4 (posición nostálgica), 2007 (148), de 12.000 a 14.000 euros.
Si retrocedemos en el tiempo, toca citar tres ventas importantes. La primera, del siglo XIX, pues por el soberbio Retrato de la reina María Josefa Amalia de Sajonia (O/L, 225 x 159 cm; 673), de Luis de la Cruz y Ríos, fechado en 1829 y procedente de la colección de los Marqueses de Casa Argudín, se pagaron los 15.000 euros pedidos.
Del mundo barroco, tres. La primera, los 25.000 euros ofrecidos por un coleccionista en sala por la Adoración de los pastores (O/L, 117 x 164 cm; 564) de Francesco Bassano. Y una subida más que notable, aunque relativamente esperada, al tratarse de un cobre de dimensiones ya destacadas, 104 x 78 cm, del mexicano Francisco Antonio de Vallejo. Su Imposición de la casulla a san Ildefonso rodeado de ángeles y santas, 1726 (ver), pasó de los 22.000 euros de inicio a nada menos que 40.000 euros finales, ofrecidos por un coleccionista online; se demuestra de nuevo la potencia de este mercado mexicano, como ayer comentamos de filipino vendido en Abalarte, que subió de 60 a 450.000 euros (ver). En este caso, el remate más modesto se debe también a que la obra era de calidad, pero no excepcional.
Y por último, aunque en absoluto por ello menos importante, la segunda mejor venta de la subasta: 125.000 euros por el retablo completo de Joan Reixach, Tríptico de la Virgen con el Niño y santos (temple y oro sobre tabla, 74 x 65 cm; 566), atribuido antes a Jacomart y desde 2001 a Reixach. Recodemos que en diciembre pasado, cuando se ofreció por primera vez, fue retirado de la subasta a petición de la Generalitat, que quería investigar su procedencia, estado y demás. Salía ahora por 80.000 euros pero, tras varias pujas, el coleccionista al teléfono ofreció directamente los 125.000 euros definitivos, librándose así, de un plumazo, a sus competidores, quizá la propia Generalitat, con magnanimidad. Ya contaremos más sobre ello. Daniel Díaz @Invertirenarte