Los maestros se miden con sus discípulos en Colnaghi
La galería presenta la exposición Parejas: una celebración de sinergia artística + colaboración, dentro del marco de la London Art Week. Conmemora el papel clave que han desempeñado las colaboraciones entre autores y la inspiración a través del tiempo. La muestra se podrá visitar hasta el 7 de septiembre de 2024 en Colnaghi Londres.
Padres e hijos, maestros y discípulos, parejas y amigos… Desde la época clásica, la creación plástica ha dependido de la colaboración y la inspiración que nacen de las estrechas relaciones personales entre creadores. El mundo del arte está lleno de sinergias y, en muchos casos, los lazos de amistad o amor han dado como fruto algunas de las obras más importantes jamás producidas.
Esta es la premisa de la que parte Parejas: una celebración de sinergia artística + colaboración, la exposición que Colnaghi presenta durante los días de la London Art Week. Este año la edición veraniega de la feria bianual –que comienza hoy jueves 28 de junio y se prolongará hasta el 5 de julio– cuenta con recorridos por galerías, charlas, mesas redondas y diversas exposiciones que acompañan a esta semana del arte.
Entre ellas se encuentra, por ejemplo, Fruto de la amistad: retratos de Mary Beale, en la que se muestran 25 obras suyas de colecciones públicas y privadas. En un recorrido que cuestiona cómo la pintora invirtió radicalmente los roles de género de la época, con su marido Charles dedicado a la carrera de su esposa y apoyando diligentemente su estudio, la muestra incluye autorretratos, retratos de su familia y amigos, así como encargos formales.
Ese tipo de afectos o colaboraciones entre creadores son los que investiga precisamente Colnaghi en su muestra de Parejas. Una propuesta que se centra en comparar especialmente parejas de obras –ya sean de maestros antiguos o artistas modernos– para mostrar el poder duradero de la inspiración a través del tiempo.
Así, por ejemplo, encontramos a la Danseuse Espagnole (Bailarina española), pintada por Pablo Picasso en el año 1900, junto al Retrato de Cécile Miguel (1950-1955), de Françoise Gilot. Ambos pintores tuvieron una complicada y asfixiante relación –sobre todo para ella– durante diez años, que inspiró entre otros el retrato Mujer-flor (1949) del creador español.
Menos truculenta fue la relación entre José de Ribera y Luca Giordano, discípulo de El Españoleto. Este pintor del barroco tardío italiano fue hijo de Antonio Giordano, un autor bastante desconocido que fue muy amigo de Ribera. Desde muy joven, Luca empezó a trabajar con el creador español en Nápoles y estuvo viajando con él por toda Italia, lo que le permitió desarrollar una gran destreza en su pintura. Como reflejo de esta inspiración maestro-discípulo, la galería londinense muestra frente a frente los cuadros Arquímedes de Ribera y Un astrólogo de Giordano.
Continuando con el barroco español, se exponen también un San Juan Bautista de Pedro Roldán y una Virgen con el niño dormido de su hija Luisa. La influencia paterna está latente en prácticamente todas las obras de La Roldana, que además de hija, fue discípula del escultor sevillano.
La estancia de Luisa en el taller de su padre terminó en 1671, cuando quiso casarse con el joven escultor Luis Antonio de los Arcos. El conservador jefe de grabados, fotografías y Escultura de la Hispanic Society of America, Patrick Lenaghan, cuenta en un informe sobre la pieza expuesta de La Roldana que Pedro trató de impedir aquella boda. “Aunque muchos han especulado sobre sus motivos personales, es posible que simplemente quisiera evitar perder a un miembro tan talentoso de su equipo, sobre todo mientras estaba comprometido en proyectos tan importantes”, expresa Leneghan.
Todas estas parejas de autores son solo algunos de los ejemplos que se pueden contemplar en la exposición de Colnaghi –durante la London Art Week y hasta el 7 de septiembre–, que también aborda una perspectiva más abstracta al enfrentar piezas de Willem de Kooning, Arshile Gorky y Cy Twombly. Incluso se retrotrae al periodo preclásico con dos hojas de cuchillo aztecas. Nerea Méndez Pérez