Cuando la ‘Mona Lisa’ salió del Louvre bajo una bata y otros robos de película
La Gioconda, El Grito o el Políptico de Gante son algunas de las pinturas que han sido sustraídas de la manera más inverosímil. Afortunadamente, las tres regresaron sanas y salvas a sus hogares. Pero no todas las historias han acabado con final feliz. La reciente recuperación de dos dibujos de Dalí en España invita a la reflexión: ¿Cuáles son los diez robos más destacados de la historia?
Hay sucesos que parecen escritos para un guion cinematográfico. Eso es lo que ocurre en la mayoría de los casos de robos de obras de arte, realizados tanto a plena luz del día como al caer el sol, con nocturnidad y alevosía. Aprovechamos la noticia del regreso de las dos obras juveniles de Dalí –Els Pagesos y Les sardanes de la festa major– a sus propietarios originales para repasar los diez robos de arte más curiosos o célebres de la historia.
1.- La Natividad de Caravaggio, todo en este caso es un misterio
Decía Arthur Brand en una entrevista a ARS Magazine que “algunos ladrones roban arte para venderlo a capos de la mafia. Y estos lo compran para negociar la pena en caso de que los detengan”. La confesión del Indiana Jones del arte no resulta gratuita cuando hablamos de la Natividad de Caravaggio, que se especula permanece aún en manos de La Cosa Nostra. La obra desapareció la noche del 17 de octubre de 1969 del Oratorio de la parroquia de San Lorenzo (Palermo) y, aunque ha habido decenas de pistas sobre su paradero, todas han llevado a callejones sin salida. Se trata de uno de los robos que más interés ha suscitado, quizá porque se ha convertido ya en leyenda.
2.- La Gioconda, un robo fácil y a plena luz del día
Parece increíble que la pintura más visitada y observada del Louvre haya podido ser sustraída en alguna ocasión de su pared, pero así ocurrió en 1911. En aquella época las medidas de seguridad eran mucho más laxas, eso debió de animar a Vicenzo Peruggia –antiguo empleado– para presentarse a las siete de la mañana de aquel lunes 21 de agosto a museo cerrado, subirse a una escalera y descolgar la Mona Lisa antes de salir de las instalaciones con el tesoro bajo la bata. ¿Lo mejor? Que los responsables no fueron conscientes del robo hasta el día siguiente, cuando vieron que la enigmática sonrisa se había esfumado. Pasaron más de dos años hasta que la policía pilló a Peruggia en Florencia tratando de vender el cuadro.
3.- El Grito de Munch parte I, hurto en 50 segundos
Paul Enger necesitó menos de un minuto para acceder a la Galería Nacional de Oslo y trepar hasta la sala Munch con una escalera de madera. Lo suyo fue llegar, ver y vencer. Abrió la ventana, cortó el cable que sujetaba la obra y huyó. Ocurrió el 12 de febrero de 1994, día en el que se celebraban los Juegos Olímpicos de Invierno y cuando llegó la policía solo encontró un cartel que ponía: “gracias por la falta de seguridad”. El ladrón fue detenido en un hotel y la obra recuperada.
4.- El Grito de Munch parte II, atraco con pistola
Ninguno de los visitantes presentes en el Museo Munch de Oslo aquel 22 de agosto de 2004 podía imaginar que se vería envuelto en un atraco. Serían las 11 de la mañana cuando un par de ladrones accedieron a la sala abarrotada donde colgaban El Grito y una Madonna del artista noruego. Ambas se recuperaron en 2006, aunque para entonces los daños que la humedad había causado al gran icono expresionista –existen cuatro versiones– ya eran irreversibles.
5.- Políptico de Gante, la obra que más veces se ha robado
Botines de guerra, ventas ilegales y hurtos le han valido a la Adoración del Cordero Místico de los Van Eyck el dudoso honor de ser la obra más robada de la historia. Primero en 1794, cuando las tropas napoleónicas se llevaron el panel central para exponerlo en el Louvre. Lo devolvieron. Después en 1816, cuando seis tablas se vendieron en extrañas circunstancias. Se devolvieron pero… El 10 de abril de 1934 volvió a sufrir un robo de unos hombres de negro que dejaron una nota: “Pris à l’Allemagne par le traité de Versailles”. Una de las tablas apareció pero la de Juan Bautista sigue en ubicación ignota (se expone una copia en el conjunto). Finalmente en 1942 Hitler se llevó el políptico por capricho y lo ocultó en las minas de sal donde los Monument Men lo encontraron.
6.- El Gardner, un robo de 500M
El mayor robo de la historia lo sufrió en 1990 el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston, al que sustrajeron 13 obras maestras firmadas por Vermeer, Rembrandt, Manet o Degas. Fue un 18 de marzo de hace más de 30 años, cuando un par de individuos disfrazados con uniforme de policía y bigotes postizos irrumpieron de madrugada en el centro. Maniataron a los guardias y durante 81 minutos camparon a sus anchas por las salas. ¿El dato curioso? Que el museo mantiene los marcos vacíos expuestos.
7.-Reclining Figure de Henry Moore, hurto con grúa
¿Cómo robar una obra de dos toneladas? La hazaña resulta complicada pero no imposible, como demuestra este suceso ocurrido en Londres. La escultura de Moore fue robada de los jardines de la Fundación que lleva su nombre por tres ladrones-operarios durante una noche de 2005. Tardaron 10 minutos en hacerse con la pieza, con ayuda de un camión y una grúa. Desgraciadamente esta obra nunca fue devuelta y se piensa que terminó en una fundición.
8.-Los caballos de Hitler, una reliquia nazi en manos de la KGB
Si hablamos de esculturas de grandes dimensiones, tenemos que mencionar los imponentes caballos de Torak que el Führer tenía en su cancillería durante el Tercer Reich. Al finalizar la guerra las piezas se dieron por perdidas, hasta que Arthur Brand oyó hablar de ellas en el mercado negro. Salieron de Berlín antes de la victoria definitiva y estuvieron durante décadas escondidas en una base rusa de la KGB, hasta que los nazis de la Alemania del Oeste trataron de comprárselas en 1988. La policía consiguió encontrarlas el 20 de mayo de 2015, en un almacén de Bad Dürkheim.
9.-Los bacon españoles, un caso muy mediático
Nuestro país tampoco se ha librado del deseo ajeno y José Capelo lo sabe bien. En verano de 2015 entraron en su domicilio para llevarse cinco retratos de Francis Bacon, heredados directamente del artista británico (que fue su pareja). Es uno de los casos más mediáticos y, por ser reciente, hemos podido seguirlo en directo, desde la recuperación de tres de esos cuadros en 2017 hasta ver cómo se ofrecían los dos restantes en el mercado negro hace años. Más de diez arrestos y todas las pesquisas desarrolladas desde entonces no han conseguido dar con los dos retratos que faltan y que Brand sitúa en Madrid.
10.-El extravagante inodoro de Maurizio Cattelan
Todo en este suceso resulta rocambolesco, aunque no del todo extraño dado que la protagoniza Maurizio Cattelan. Mucho antes de su famoso plátano, concibió un inodoro bañado en oro de 18 kilates que en 2019 formaba parte de una exposición del Blenheim Palace. Se ubicó frente a la habitación donde nació Churchill, dentro de unos paneles de madera para que el público lo utilizase. Alguien tuvo la osadía –o el humor– de arrancarlo el 16 de septiembre y no ha vuelto a aparecer.
10+1.- Leonardo, Van Gogh, Modigliani…
Ha habido tantos robos, que nos resistimos a ignorarlos. ¿Sabían que en 2003 se robó La Virgen de la rueca de Leonardo en un castillo escocés? Un Autorretrato de Van Gogh desapareció en 1991 de su museo en Ámsterdam y La mujer del abanico de Modigliani fue el botín que Vjan Tomic se llevó del Musée d’Art Moderne de París en 2010. Jacob de Gyeyn III de Rembrandt ha sido objeto de la rapiña de la Dulwich Picture Gallery hasta en cuatro ocasiones: 1966, 1973, 1981 y 1986. Sol G. Moreno