Las obras flamencas de la Colección Gerstenmaier vuelven a Casa Lis

Las obras flamencas de la Colección Gerstenmaier vuelven a Casa Lis

Las obras flamencas de la Colección Gerstenmaier ‘lucen’ en la Casa Lis


Ayer, con todas las garantías sanitarias para una visita segura, volvió a abrir sus puertas el Museo Art Nouveau y Art Déco-Casa Lis, que este año conmemora su 25 aniversario con su colección permanente y con la exhibición temporal De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la Colección Gerstenmaier, muestra que sólo pudo disfrutarse durante poco menos de dos semanas a primeros de marzo y que ahora podrá admirarse hasta septiembre de 2020. Comisariada por Marisa Oropesa, esta singular muestra reúne un conjunto de obras maestras de la escuela flamenca que ha ido reuniendo en las últimas décadas el coleccionista, filántropo y mecenas alemán Rodolfo Gerstenmaier. Hace algunos meses este apasionado por el arte hizo una valiosa donación de 11 pinturas españolas al Museo Nacional del Prado, de autores tan notables como Zuloaga, Anglada-Camarasa, Darío de Regoyos y Joaquín Mir, entre otros.


Como buen coleccionista, Rodolfo Gerstenmaier, que está afincado en nuestro país desde hace muchos años, no solo ha atesorado obras de escuelas pictóricas como la española y la flamenca sino que ha querido compartir ese acervo estético con aficionados al arte en numerosas ciudades de nuestro país como la presentada en Salamanca. Esa generosidad siempre es valorada muy positivamente por el público objetivo que visita estas colecciones privadas.

En esta ocasión y a través de alrededor de medio centenar de piezas de esta gran escuela europea, que abarcan desde el siglo XV a principios del siglo XVIII. En esta selección se pueden apreciar algunas de las características de la escuela flamenca: su uso de la luz, el cromatismo brillante, y las escenas cotidianas. Entre el conjunto de obras elegidas encontramos numerosas pinturas y grabados de gran calidad de artistas como Anton van Dyck o de Goltzius, entre otros.

Joost de Momper el Joven y Jan Brueghel el Viejo. Paisaje de montaña con mulas. Óleo sobre tabla, 75 x 144 cm
Jan van Kessel el Viejo. Naturaleza muerta. Óleo sobre lienzo, 129 x 185 cm.

En la pintura flamenca se abordaron géneros tan variados como el retrato, las escenas religiosas y mitológicas, el paisaje sobre todo del siglo XVII, y su peculiar estilo en el bodegón y la naturaleza muerta, que adquirió gran protagonismo tanto en la depurada técnica de los pintores como debida a los encargos de los coleccionistas flamencos y europeos durante los siglos XVI y XVII.

En el caso de la pintura de flores, género con gran desarrollo en la escuela española y la flamenca, estuvo vinculado con las nuevas especies de flores que llegaban de otros continentes  a los puertos de los Países Bajos y de Flandes a finales del siglo XVI. Y muchos de estos tipos de flores comenzaron a incluirse en las guirnaldas que decoraban escenas religiosas, inspiradas en el Antiguo y Nuevo Testamento, que luego colgaban en capillas privadas de la nobleza y en las sacristías de iglesias y órdenes religiosas, pero también para llenar jarrones o centros de mesa que desbordaban el espacio que ocupaban con un estallido de color.

En el elenco de grandes pintores representados en la muestra temporal hay ejemplos de grandes figuras de la escuela flamenca:  Pedro Pablo Rubens, del que se exhibe La Virgen de Cumberland, una de las joyas de la exposición; de dos elegantes retratos de prohombres de la sociedad flamenca, pintados por seguidores de Anton Van Dyck; Jan Brueghel El Viejo y Joost de Momper el Joven, con Paisaje de montaña con mulas (ver video); Gaspar Pieter Verbruggen I y sus Flores en un jarrón; Adries Daniels y Frans Francken II con Guirnalda y Adoración de los Reyes;  de Juan van der Hamen una Alegoría del verano; Jan Van Kessel El Viejo con una equilibrada naturaleza muerta; y de Martin de Vos esa Adoración de los ángeles y los pastores; y una Adoración de los Magos de Artus Wolffort (ver video), entre otras joyas expuestas.

Además de estos óleos se presenta una cuidada selección de grabados, una técnica que los artistas plásticos flamencos dominaban como pocos en Europa. A su versatilidad con el dibujo y el buril se unía la calidad de las impresiones. En el conjunto destacan la serie Iconografía de hombres ilustres, de Anton van Dyck, que además de subrayar excelencia en la disciplina sirvió de homenaje a creadores de esos momentos en Flandes: Snayers, Francken, Joost de Momper, Paul Pontius, Lucas Vosterman y Jan de Wael, por citar algunos; la calidad de Hendrick Goltzius en los ocho grabados que representan los cuatro elementos y las siete virtudes cardinales; y la serie de Los cuatro vientos que hizo Johan I Sadeler, inspirándose en dibujos de Martin de Vos. El desarrollo del grabado supuso  la democratización del retrato al que tenían acceso un mayor número de grupos sociales, gracias a la mayor valoración del hombre por sus propios méritos y a la difusión de las técnicas calcográficas. En este tipo de galerías de imágenes se representaban las glorias intelectuales, políticas o económicas de la sociedad pero también suponían una mirada al mundo clásico.

Junto a este interesante recorrido por la pintura flamenca, los visitantes podrán admirar igualmente la exposición permanente del Museo Art Nouveau y Art Decó-Casa Lis,  compuesta por 19 colecciones, entre las que destacan sus criselefantinas, muñecas, vidrios, abanicos, joyería, pintura, porcelanas y la recién remodelada sala de bronces Viena.  Gracias a las mejoras realizadas en la museografía de esta sala durante las últimas semanas, donde se han modificado las vitrinas e iluminación de las piezas, además de haberse procedido a la reubicación de gran parte de ellas, se han optimizado la conservación y exposición de estas obras, de modo que los visitantes podrán apreciar con mayor detalle los colores, volúmenes, formas y detalles de estas figuras de bronce policromado de pequeño formato.  Julián H. Miranda

Gaspar Pedro Veerburggen I. Flores en un jarrón. Óleo sobre lienzo, 70 x 53 cm.
Arthus Wolffort. Adoración de los Magos. Óleo sobre lienzo, 188 x 206 cm