La música en la obra de Martín Chirino
La Fundación Arte y Pensamiento Martín Chirino ha inaugurado la cuarta parte en su serie de monografías sobre el autor canario. La muestra, titulada Martín Chirino: Homenaje a la música. La sonoridad de la materia está dedicada a la influencia que la música tuvo en la obra del escultor. Sus comisarios son David Cortés Santamarta, crítico musical y profesor de Estética y Teoría del Arte de la Universidad de La Laguna y Jesús M. Castaño, director de la Fundación Arte y Pensamiento. Permanecerá abierta hasta el 1 de septiembre.
La obra de Martín Chirino continúa su exploración en la Fundación Arte y Pensamiento por cuarto año consecutivo. El proyecto de la enciclopedia dedicada a toda su producción alcanza el capítulo cuatro –están planeados un total de 17–, que trata la relación de su práctica con la música. Este nexo es espacialmente relevante en el caso de la forja, que compone la mayoría de su producción.
Titulada Homenaje a la Música. La Sonoridad de la materia, la exposición está comisariada por David Cortés Santamarta, crítico musical y profesor de Estética y Teoría del Arte de la Universidad de La Laguna y Jesús M. Castaño, director de la Fundación Arte y Pensamiento Martín Chirino.
Además, cuenta con la colaboración de entidades públicas y privadas como los Gobiernos de España y Canarias, el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de las Palmas y el apoyo económico de la Fundación “la Caixa» a través de CaixaBank y de la Fundación DISA.
La muestra reúne un conjunto de cerca de 50 piezas. Entre ellas se encuentran obras de Picasso, Juan Gris, Dalí, Bruce Nauman, Lipchitz y Ángel Ferrant (de quién se expone un buen número de dibujos). Pero 19 son obras de Chirino, donde tienen un lugar especial ocho esculturas que conforman su serie Homenaje a la música, realizado entre 1995 y 2019.
El grupo es especial por muchos motivos. El principal es el periodo tan prolongado en el que Chirino trabajó en él. Casi 25 años de experimentación que concluyeron muy poco antes de fallecer. De hecho, la pieza más reciente del conjunto, Homenaje a la música VIII, también es la última que creó el escultor.
Aunque todas tienen carácter propio, comparten una preocupación formal: la representación de instrumentos musicales de cuerda. Violines, violonchelos y guitarras transcritos con el particular lenguaje de Chirino que explora sus curvas y elipses características con distintos acabados metálicos –brillantes, pulidos o con los restos del trabajo en forja– que además miran a otros artistas.
Estas referencias en ocasiones son directas, como con los títulos de las obras, en las que se menciona a músicos como Rostropovich y Pau Casals, pero en esencia son indirectas.
Ese guiño oblicuo es uno de los ejes de Homenaje a la música. La sonoridad de la materia que –después de los capítulos dedicados a sus inicios en la abstracción, a su periodo Afrocán y a su serie de los Vientos– explora el nexo de Chirino con las vanguardias del siglo XX. Según Cortés Santamarta, estas fueron «su clasicismo, su fuente de inspiración temática y formal».
Y la principal de esas vanguardias que el artista celebró con su trabajo fue el cubismo. Santamarta escribe en el catálogo que «en ninguna otra de sus series Chirino había planteado un diálogo tan evidente con las lecciones cubistas» y Castaño añade que «al igual que reclama el cubismo como padre, declarará que la música es el aliento terrestre más bello y esencial».
Ese breve movimiento artístico sirve al escultor para reflexionar sobre el aspecto formal de los instrumentos, deformándolos hasta someterlos a su voluntad artística. También se relaciona en ese sentido material varios volúmenes utilizados por luthiers para la creación de violines y violonchelos además de un lienzo de Pedro de Acosta.
Las curvas complejas de los siglos XVII y XVIII se ven reflejadas en las geometrías de Chirino, tal y como declaró Santamarta en la presentación: «La idea de que la espiral, que surge muchas veces del interior del instrumento, es, por un lado, la visualización de la música y, por otro, una referencia al odio interno, a la cóclea, la estructura que nos permite escuchar».
Por lo tanto, también se hace referencia a un juego con la música también simbólico. En ese terreno más sutil es donde cruza su camino con las lecciones surrealistas. No extraña ver en la exposición obras de Dalí, Óscar Domínguez o incluso Man Ray. De este último se encuentra la que es su fotografía más conocida, El violín de Ingres.
Martín Chirino: Homenaje a la música. La sonoridad de la materia permanecerá abierta hasta el 1 de septiembre.