La Frick en el Prado

La Frick en el Prado

El Museo madrileño presenta en la sala 16 A nueve obras maestras españolas de la institución neoyorquina que han viajado de manera excepcional a España gracias al patrocinio de la Comunidad de Madrid. TEXTO: Fernando Rayón

Izquierda, Felipe IV en Fraga colgado junto a El Primo de Velázquez. Ambos cuadros fueron pintados en la campaña del Rey Planeta en Aragón y Cataluña. Derecha, imagen de la sala 16 A.
Bartolomé Esteban Murillo. Autorretrato. 1650-1655. Óleo sobre lienzo. 107 x 77,5 cm. he Frick Collection, Nueva York. Fotografía: Joseph Coscia Jr.

Si usted no suele ir mucho a Nueva York, hasta el próximo 2 de julio tiene una oportunidad única. Las obras que está sufriendo el edificio de la Frick Collection han permitido que nueve de sus mejores piezas de arte español aterricen en el Museo del Prado durante tres meses, cosa nada habitual, pues el museo no hace préstamos por decisión de su fundador Henry Clay Frick (1849-1919).

Los cuadros pertenecen a maestros como el Greco, Velázquez, Goya y Murillo, que en su mayor parte no se habían visto en nuestro país desde que salieron de España. Tras barajar tres propuestas diferentes, finalmente las obras se han colgado en la sala 16 A del edificio Villanueva, junto a cinco obras del Prado de época similar a las prestadas que sirven para contextualizar etapas de aquellos maestros.

Así el San Jerónimo se ha colgado junto a Retrato de médico, también de El Greco, y la pequeña Expulsión de los mercaderes del Templo junto a La Anunciación, igualmente del del cretense.

Pero quizá el emparejamiento más interesante sea el de Felipe IV en Fraga junto al retrato de El Primo de Velázquez. Ambos cuadros fueron pintados en la campaña del Rey Planeta en Aragón y Cataluña, además comparten no solo la misma tela sino originalidad compositiva.

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Este Felipe IV es el único de los retratos velazqueños que mira a la izquierda, pues la posición habitual –muchas veces haciendo pendant con sus esposas– era mirando a la derecha. Su vistosa ropa recuerda –según palabras de Javier Portús, comisario de la muestra– que los uniformes militares eran más coloridos que las vestiduras de corte.

El enano El Primo enseña en su retrato las suelas de sus zapatos y mira de frente: licencias del maestro en una de las mejores etapas de su obra.

Resulta sugerente el Autorretrato de Murillo, que comparte con Nicolás Omazur, también del sevillano, un marco fingido de piedra al que se asoman uno y otro para destacar su efigie.

El Greco. Expulsión de los mercaderes del templo. 1600. Óleo sobre lienzo. 41.9 x 52.4 cm. The Frick Collection, Nueva York. Fotografía: Joseph Coscia Jr.
El Greco. San Jerónimo. Hacia 1590-1600. Óleo sobre lienzo. 110,5 x 95,3 cm. The Frick Collection, Nueva York. Fotografía: Joseph Coscia Jr.

Espectacular también el Retrato de mujer de Goya, que solo podía encontrar réplica en la figura de Juan Bautista Muguiro de la etapa final del pintor aragonés. El primero está firmado en 1824, mientras el de Muguiro es de 1827.

Hubiera sido interesante colgar La fragua de Goya –obra maestra indiscutible– junto a La Fragua de Vulcano de Velázquez; o el Retrato del duque de Osuna junto al de toda la familia que tiene el Prado. Pero seguramente la bombonera en que se ha convertido la sala 16 A hubiera perdido la fuerza y belleza que ahora tiene.

Para completar esta oferta expositiva, el Prado va a dedicar varias conferencias a la figura de Henry Clay Frick, uno de los protagonistas de un capítulo fundamental en la historia del coleccionismo, por el que cientos de obras maestras cruzaron el Atlántico rumbo a América en las primeras décadas del siglo XX.

Solo una pega a la exposición: la Frick ha colocado unos cristales en sus cuadros para su protección. En Nueva York se exhiben sin ellos. Un peaje razonable, aunque doloroso, cuando se trata de contemplar piezas tan espectaculares.

De izquierda a derecha, Miguel Falomir, Director del Museo Nacional del Prado; Javier Portús, Jefe Conservación de Pintura Española del Museo Nacional del Prado; Marta Rivera de la Cruz, Consejera de Cultura, Turismo y Deporte Comunidad de Madrid; Ian Wardropper, Director The Frick Collection y Javier Solana, Presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado. Fotografía: Museo Nacional del Prado.
Francisco de Goya y Lucientes. Retrato de señora (María Martínez de Puga?). 1824. Óleo sobre lienzo. 80 x 58,4 cm. The Frick Collection, Nueva York. Fotografía: Michael Bodycomb.