Portada de Hermenegildo para «El retablo de Maese Pedro.»
LA FASCINACIÓN DE LOS ARTISTAS DE VANGUARDIA POR “EL RETABLO DE MAESE PEDRO”
El retablo de Maese Pedro, uno de los pasajes que transmite con más nitidez la locura de Don Quijote, ha sido también uno de los que más ha fascinado a creadores e intelectuales de la Modernidad. Entre ellos, destaca el compositor Manuel de Falla, quien lo eligió para la ópera de cámara que creó por encargo de la princesa de Polignac entre 1919 y 1923. Utilizó marionetas, continuando así con los experimentos de Federico García Lorca y Hermenegildo Lanz, en Granada.
Los artistas de vanguardia se identificaron con esta historia de teatro dentro de teatro, propia de los juegos de confusión entre realidad y ficción que tanto atraían, entre otros, a los surrealistas. El retablo sedujo a autores como Manuel Ángeles Ortiz y Hernando Viñes, que colaboraron con Falla en el estreno (1923). En 1926 fue Luis Buñuel quien, en Ámsterdam, dirigió la puesta en escena y, dos años más tarde, Ignacio Zuloaga se encargó de los decorados y del diseño de los figurines para la representación que se hizo en la Ópera Cómica de París.
La exposición que ahora presenta la Biblioteca Nacional muestra diversas representaciones gráficas en soportes de diferente naturaleza, partiendo de grabados originales y ediciones ilustradas del Quijote, junto a objetos propios de la cultura popular, como son tarjetas postales, cromos y cajetillas de cerillas. Estas obras proceden de la colección cervantina que posee la Biblioteca Nacional y la de Hermenegildo Lanz, que conserva además alguno de los decorados y figurines que los artistas plásticos crearon para la ópera de París.
Uno de los objetivos de esta muestra es ilustrar el interés que El retablo de Maese Pedro generó en las vanguardias de los años 20, pero también desea recordar su impronta dentro de la cultura visual quijotesca, desde el siglo XVII hasta nuestros días.
Abierta hasta el 10 de abril de 2016.
