La Casa Encendida de la Fundación Montemadrid reabre sus puertas
Después de tres meses y medio cerrada, tras casi 20 años desde su apertura, vuelve a abrir presencialmente todas sus instalaciones la Casa Encendida el próximo 1 de julio, aunque durante la crisis del COVID-19 ha redoblado su apuesta cultural, social y de servicio público con casi 200 actividades desarrolladas en La Casa On para seguir conectando y ampliando las comunidades potenciales que conforman este laboratorio de ideas y acciones.
Además se podrá recorrer las dos exposiciones organizadas: El Despertar de Álvaro Urbano, y una retrospectiva de Jiri G. Dokoupil, y permitir el acceso a la Biblioteca y a la Terraza Magnética, entre otras actividades. Desde el pasado lunes ha organizado un ciclo de cinco encuentros online sobre el papel de las instituciones culturales y las oportunidades del espacio digital para plantear la hoja de ruta de un decálogo colectivo para la institución que está aún por venir. Y por último ha lanzado una encuesta online para pulsar la opinión y ver qué esperan sus seguidores de una institución como la Casa Encendida.
Lucía Casani, directora de la Casa Encendida desde 2014, cree que este cierre ha sido una oportunidad para parar y reflexionar. Y eso les ha permitido poner en marcha una plataforma de programación digital y «cambiar nuestro foco de trabajo. En ese proceso hemos aprendido nuevas dinámicas. A partir de ahora van a coexistir lo físico y lo virtual». Y añade que han podido experimentar con formatos muy diferentes y no solo trasladar lo presencial al universo digital.
La Casa On ha demostrado la gran vitalidad del equipo que conforma la Casa Encendida porque sus formatos han tenido un gran éxito en la red, que se ha traducido en un incremento notable de usuarios tanto en Barcelona, Valencia, Bilbao o Sevilla, con crecimiento que oscilan desde el 35 % al 59,9 %, como en países de América: Chile, México, Colombia, Perú, Argentina o Estados Unidos, con cifras muy relevantes, de entre un 35% y un 305% de incremento. «Ha sido fundamental la interacción con otros públicos y con los habituales porque saber escuchar nos ayuda a ver las carencias y ver qué nos falta. Intentamos ser coherentes y aportar algo diferente en la producción de contenidos», señala Lucía Casani.
En el ámbito expositivo mencionar primero El Despertar de Álvaro Urbano, que ha tomado como caso de estudio el Pabellón de los Hexágonos, la instalación en desuso de La Casa de Campo (Madrid) y reflexiona, en una pieza inmersiva y site specific, sobre el pasado y posibles futuros de las arquitecturas abandonadas. Es una propuesta, con tintes oníricos, que logra crear una atmósfera plena de misterio. Y además la retrospectiva de Jiri G. Dokoupil. La rebelión contra el conceptualismo, que reúne un conjunto de obras del artista checo desde los años ochenta hasta la actualidad para reflejar la constante experimentación artística que le ha llevado a probar más de cien técnicas pictóricas diferentes que incluyen el hollín de las velas, neumáticos, leche materna o un látigo como pincel.
También reabrirá la Biblioteca de La Casa Encendida – Biblioteca, Hemeroteca, Sala de Ofimática y Mediateca- que ofrece a los lectores más de 7.000 fondos especializados en educación, medio ambiente, solidaridad y cultura. Y como cada verano la experiencia de La Terraza Magnética, esta vez convertida en un portal dimensional al que se podrá acceder desde casa, desde las calles de Madrid o cualquier otra ciudad del mundo, desde tu parque favorito o desde la playa, a actuaciones y artistas de Sidney, Londres, Nueva York o por supuesto locales, y con diálogos en conexión exclusiva con músicos de varias culturas del mundo, muchos de ellos grabados en la terraza pero emitidos digitalmente.
Instituciones internacionales debaten sobre el futuro de las entidades culturales
Desde el pasado lunes algunos curadores y profesionales de diferentes instituciones artísticas internacionales de arte contemporáneo -como el ICA de Londres, Savvy Contemporary de Berlín o Rijksakademie de Amsterdam- están debatiendo en cinco encuentros online (22, 24, 26 y 29 de junio, y 1 de julio), coordinados por Ane Rodríguez, sobre el papel de las instituciones culturales y las oportunidades del espacio digital para plantear la hoja de ruta de un decálogo colectivo para la institución que está aún por venir.
El parón actual ha hecho que los centros de arte hayan innovado y al tener cerradas sus puertas hayan elaborado contenidos accesibles por la red y eso está conllevando una reflexión profunda de la función que la institución artística debe tener en el mundo digital. Por ello la Casa Encendida ha organizado cinco encuentros digitales en los que participan diez expertos de varios países europeos, que irán aportando ideas que ayuden a vertebrar algunas claves para el futuro de las instituciones, abarcando sus diferentes aristas como lugar de encuentro, de comunidad, de cuidado para el/la artista, de aprendizaje o de investigación.
Después de todo lo realizado por museos, centros de arte e instituciones culturales para generar nuevos contenidos, visibilizar el archivo de las entidades culturales o el trabajo de artistas visuales y darlo a conocer virtualmente, ahora probablemente sea un buen momento para que todos nos hagamos preguntas e intentar algunas respuestas sobre las posibilidades de lo virtual pero también de sus carencias respecto a la experiencia de la fisicidad de los encuentros con las obras y los artistas.
Algunas de esas preguntas han inspirado estos encuentros digitales: ¿Cómo se va a trasladar la misión de las instituciones artísticas (museos, centros de arte, residencias e instituciones de arte en general) al plano digital?; ¿Cómo deben contribuir las instituciones de arte a ayudar a comprender lo que está sucediendo en la actualidad?; ¿Hemos aprendido algo del cambio en la percepción del tiempo durante la pandemia?; ¿Qué ocurre con la necesidad del encuentro físico? y ¿Cómo va a funcionar esta transición o convivencia entre el espacio físico y el virtual?.
El primero de esos debates, celebrado el lunes 22, tuvo como lema La institución como lugar de encuentro, y en el participaron Matthieu Goeury (Vooruit, Gante) y Nico Marzano, del Institute of Contemporary Arts (ICA) de Londres. En ese encuentro se abordaron temas como la movilidad, la sobreproducción derivada de la presión del mercado, de la precariedad pero también de la transversalidad que impregna muchas de las actividades de artistas e instituciones.
El segundo celebrado anteayer se dedicó a La institución como comunidad, con la aportación de Nora Binna Choi, del Casco Art Institute: Working for the Commons (Utrecht, Países Bajos), y Amelie Aranguren, del Centro de Acercamiento a lo Rural (CAR), que aportaron una reflexión de lo que pueden aportar a la vida colectiva, sea en ciudades pequeñas o bien cómo abordarlo desde un entorno rural con una aproximación diferente.
Y esta tarde a las 18 horas La institución como lugar de aprendizaje, en el que intervendrán Antonia Alampi, de Savvy Contemporary: The Laboratory of Form-Ideas (Berlín), y Carolina Rito, de Nottingham Contemporary (Nottingham, Inglaterra).
El próximo lunes 29 de junio en La institución como lugar de investigación, Mélanie Bouteloup, comisaria independiente, y Elvira Dyangani Osé, de The Showroom (Londres) pensarán sobre algunas de las posibilidades que ofrecen estas instituciones para innovar. Y para finalizar el 1 de julio Emily Pethick, de Rijksakademie (Amsterdam), y Vincent Honoré, de MO.CO. Montpellier Contemporain reflexionarán sobre cómo estos espacios pueden servir para cuidar a los artistas.
«El objetivo de estos encuentros es compartir experiencias. Hemos empezado con centros europeos pero nuestra idea y con las posibilidades que nos dan las nuevas tecnologías seguir colaborando con otras instituciones periféricas globales para responder a los retos planteados. El mundo digital ha cambiado la percepción de cómo relacionarnos y eso abre nuevas vías para el conocimiento y la sostenibilidad», concluye la directora de la Casa Encendida. Julián H. Miranda