Jorge Castillo: «Vivo en una pesadilla creativa permanente»

Jorge Castillo: «Vivo en una pesadilla creativa permanente»

A sus 90 años, Jorge Castillo (Pontevedra, 1933) continúa pintando con la misma fascinación que cuando era niño. Su primer contacto con el arte lo tuvo a los seis años, cuando enfermó de viruela y le regalaron una paleta para pintar desde la cama. Ahora presenta en las salas del Ateneo de Madrid una exposición junto a Yola Quirós bajo el título Forma y color, que se inauguró ayer y que permanecerá abierta hasta el 15 de abril, donde se recogen más de 30 obras entre acuarelas, lienzos de acrílico y dibujos.

Ya con cuatro años intentaba dibujar retratos realistas de personas que conocía, como su madre. «Es como si hubiera nacido con un lápiz», manifiesta el propio artista. Le gustaba Picasso y el cubismo, pero también se maravillaba con Rubens, cuyo El rapto de Europa copió en varias ocasiones a lápiz . Más tarde, a los 14 años, entró Goya en su vida, junto a pintores de la talla de Pedro Figari. Tras una vida de nomadismo –desde su infancia en Argentina, cuando era poco más de un bebé, su regreso a España y luego sus estancias más o menos prolongadas en París, Berlín o Nueva York–, ahora pasa los días pintando en su estudio de Madrid.

  • ¿Qué le impulsa a seguir creando, tras una trayectoria de más de seis décadas?
  • Jorge Castillo: Vivo en una pesadilla creativa permanente y no puedo parar. Hay noches en las que me levanto a las tres o cuatro de la mañana con algo en mente para escribir o para dibujar, porque sigo teniendo cosas que contar. Esto me mantiene vivo. Y aunque tengo artrosis, no puede conmigo; yo sigo dándole al pincel.

 

  • De entre todas las disciplinas que ha cultivado, ¿hay alguna en la que se sienta más cómodo?
  • JC: Con todas, ya sea el dibujo, la pintura, la escultura o la escritura. Lo importante no es la técnica, sino tener algo que contar. Si lo que tengo que comunicar se dice mejor escribiendo, entonces escribo. Y si es mejor con grabado, pues con grabado. Todas las disciplinas me permiten expresar una emoción por igual.

 

  • ¿Cómo definiría su estilo?
  • JC: Creo que se podría adscribir al existencialismo; lo que me impulsa a pintar son las emociones. Y hablo tanto de mi propia existencia como de la de los demás. Con 19 años ya encontré ese estilo personal y me he mantenido bastante fiel a él desde entonces.
Jorge Castillo trabaja en un dibujo en su estudio.

Antes la gente entraba en las galerías y se detenía en algo para observarlo bien. Ahora entran con una lista con los nombres que pueden comprar», CASTILLO

Jorge Castillo. 'Young boy' (Nueva York, 1983). Lápiz sobre papel bristol. 35,4 cm x 28,2 cm.
Jorge Castillo. 'Arbusto' (Nueva York, 1990-1991). Gouache y acuarela sobre papel ocre. 72 cm x 62 cm.

Necesito el dibujo para darle estructura, pero el color es lo que más me incita a ponerme delante de una acuarela», QUIRÓS

Jorge Castillo. 'Lo sagrado' (Nueva York, 1984). Acrílico y óleo sobre lienzo. 93 cm x 91 cm.
  • ¿Esa forma tan propia de pintar ha sido una ventaja o un inconveniente para su relación con el mercado del arte?
  • JC: Siempre ha sido una desventaja muy grande, porque me encontraba fuera de los movimientos. En este sentido, el mercado ha hecho un daño enorme. Mi relación con él a veces era buena y otras mala, porque es una locura, un despropósito. Antes la gente entraba en las galerías, miraba y si le gustaba algo se detenía para observarlo bien. Si el precio le convenía, lo compraba. Ahora entran con un papel y una lista con los nombres de los artistas que hay y se pueden comprar. Si no están, se van.

 

  • ¿Qué cambios ha observado desde su temprana relación con Juana Mordó, Jan Krugier o los galeristas más recientes de Alfama y Leandro Navarro?
  • JC: Eran auténticos amantes del arte y no ha habido sustitutos. Lo que hay ahora son tres o cuatro galerías muy poderosas y ricas, que se han dado cuenta de que el arte es una fuente de ingresos muy importante. Son inversores a los que les interesa esto únicamente en función del mercado.

Forma y color: una exposición a dos voces

Según las consideraciones que Fernando Castro Flórez, profesor de Estética en la UAM y crítico de arte, realiza en su texto Líneas entrelazadas, visiones vitales, enigmas fascinantes del catálogo, «Las intensas obras de Jorge Castillo y Yolanda Quirós plantan cara al nihilismo, rescatan imágenes de lo humano sin caer en banalidades ni plegarse al actualismo».

Se trata de una muestra con dos voces diferentes pero, como señala Castro Flórez, están «entrelazadas apasionadamente» y regalan al visitante «claves misteriosas, detalles sorprendentes y vivencias que inflaman la fantasía».

La exhibición se abrió ayer con la asistencia de cerca de un centenar de personas. En dicha apertura, el crítico de arte esbozó la obra de los dos autores, a los que une el deseo, pero en el caso de Jorge Castillo tiende más a la racionalidad, mientras en Yola Quirós es una visión más lírica y espiritual.

Jorge Castillo y Yola Quirós junto a la obra 'Mujer' (Madrid, 1963). Tinta china sobre pluma sobre papel lavado. 69,5 cm x 100 cm.
Jorge Castillo y Yola Quirós junto a la obra 'Entrega' (Ibiza, 2012). Acrílico sobre lienzo. 65 cm x 50 cm.

En el Ateneo se puede ver una selección de 15 obras de Castillo –una pintura y 14 dibujos–, pertenecientes a distintos años. Hay una de 1952, por ejemplo, y otras más recientes de 1980 de su periodo en Nueva York. Por su parte, Quirós expone más de una veintena de piezas entre acuarela y lienzos en acrílico, todas fechadas a partir del 2000 (porque es cuando se lanza a hacer grandes formatos).

Jorge Castillo escribe en el catálogo sobre la obra de Yola Quirós y afirma: «Trae el más bello desorden al terreno puramente espiritual de la consagración de las cosas. Elimina la desolación del objeto al transformarlo en sujeto. El verdadero realismo, el más extremo acerca del alma universal, si le creemos a Porfirio, existe únicamente en el pensamiento, donde también reside la visión».

  • ¿Qué hilo argumental explica una muestra como esta de dos creadores con voces diferentes?
  • Yola Quirós: Jorge llevaba muchos años detrás de hacer una exposición conjunta, pero yo no tenía ninguna necesidad de mostrarle al mundo lo que hago. Al final, ha llegado un momento en el que he pensado: «¿Y por qué no?».
  • JC: La muestra se debe a mi admiración por su trabajo. Cuando la conocí hace muchos años, realizaba unos pequeños libritos y pintaba con un dominio del color que admiraba. Paul Klee tenía esa frase en la que decía que «el dibujo es una línea que sale a pasear». En ella había esa libertad y ningún prejuicio, porque no lo estaba haciendo para nadie.
  • YQ: Claro, lo que pinto y dibujo lo hago por puro placer.

 

  • ¿El dibujo le ayuda a sedimentar sus anhelos?
  • YQ: En realidad es el color lo que más me anima. El dibujo claro que lo necesito para darle estructura, pero el color es lo que más me incita a la hora de ponerme delante de una acuarela.
Yola Quirós posa junto a su obra 'El libro del misterio' (Ibiza, 2016). Acrílico sobre lienzo. 41 cm x 33 cm.
Yola Quirós. 'Miedo a mirar' (Madrid, 2022). Acuarela y lápiz sobre papel. 75 cm x 57 cm.
  • En su caso, Jorge, ¿qué temas está explorando ahora?
  • JC: En mis últimas composiciones trabajo sobre todo la guerra. No me parce bien que la juventud vaya con un uniforme de soldado a morir, es terrible.

 

  • Y Yola, ¿qué le atrae de plasmar escenas más místicas y fantásticas?
  • YQ: Recuerdo que empecé a pintar la figura humana porque es lo que más me interesa y, de repente, me salía un ala. Desde entonces no he dejado de pintar alas, sobre todo en los lienzos. La espiritualidad me interesa mucho. Me parece que es un camino para librarte de esta locura y refugiarte en la experiencia del misterio, que es sanadora y reconfortante.

 

  • ¿Qué piensan que puede aportar el arte en tiempos tan convulsos?
  • La belleza y la emoción.