Herbert List y las formas clásicas
La cultura griega y romana han ejercido una gran fascinación para escultores y arquitectos y fotógrafos de la modernidad, entre otros creadores. La galería J. Bagot de Barcelona inaugura hoy una exposición, Herbert List y el ideal clásico, co-organizada con la galería madrileña Ars Histórica en colaboración con The Herbert List Estate de Hamburgo. Se presentan 44 fotografías del maestro alemán (1903-1975), junto a otras tantas piezas arqueológicas originales que van a permitir que los aficionados descubran algunos de los motivos de inspiración que esas piezas tuvieron en las composiciones de List, un exquisito de la cámara del pasado siglo. La muestra se clausurará el 31 de octubre.
Nacido en Hamburgo, en el seno de una familia acomodada que importaba café, List desde muy joven se sintió inclinado a estudiar historia del arte, aunque el negocio familiar le llevaba a conocer países como Brasil, Guatemala y Costa Rica, y más tarde a México y California donde ya se vislumbra su calidad como fotógrafo. Cuando falleció su padre se hizo cargo del negocio familiar y entró en contacto con artistas como Feininger y experimenta con ideas visuales influidas por la Bauhaus.
Sin embargo, el clima político creado por los nazis y más en su caso por su ascendencia parcialmente judía hicieron que dejara el negocio familiar y se trasladara primero a Londres y posteriormente a Atenas, sin dejar de vincularse con editores de París y de la capital británica.
Grecia se convierte para Herbert List en su principal motivo de inspiración. Tras comenzar la II Guerra Mundial decidió quedarse allí hasta que los nazis ocuparon el país heleno y tuvo de regresar a Alemania como fotógrafo y más tarde como cartógrafo de la Wehrmacht a Noruega. Al concluir la Guerra regresó a Múnich, capital de Baviera, donde empezó de nuevo.
En la exposición de J. Bagot se confrontan piezas originales y romanas que están datadas entre los siglos VI a.C y IV d.A junto a varias series de fotos captadas por el ojo de List en su periplo griego, otras que fija a Múnich tras la destrucción de la II Guerra Mundial y una parte muy importante de jóvenes retratados durante tres décadas, desde 1930 a 1960.
En el recorrido los aficionados a la arqueología y la fotografía se irán encontrando vestigios del mundo clásico en columnas con capiteles jónicos de época romana, torso de un sileno en el teatro de Dionisos, un fragmento de Crátera con rostro de Sileno o el bosque sagrado de Bomarzo en las cercanías de Roma, algo surrealista en la imagen de List.
Además la búsqueda del ideal masculino clásico o en esas últimas las elegantes composiciones de List, inspiradas en estatuaria clásica, desde el mundo hedonista que desprende Taberna frente al templo de Poseidón (1952) que contrasta con esos vasos y botella de vidrio de los siglos II/IV o esa otra imagen de dos carabinieri paseando entre las columnatas de Bernini en Roma, sin olvidar una imagen de un Toracato romano de la Gliptoteca de Múnich cerca de un Torso Toracato de los siglos I/II. Y por último, el ideal masculino de Herbert List, visible en Joven en una roca, tomada en Liguria en 1936 frente a Estatua del Dios Nilo del siglo II o ese Torso de Dionisos con un torso de joven captado por List, que sintetiza esa búsqueda constante por la belleza que persiguió durante toda su trayectoria el fotógrafo alemán.