Guido Reni, Herrera el Mozo, El Greco y Picasso protagonizan la apuesta del Prado en 2023
En 2023 el Museo Nacional del Prado presentará ocho proyectos expositivos, entre los que cabe mencionar su reivindicación del Barroco, con la muestras de Guido Reni, Herrera el Mozo, las obras de pintura española de la Frick Collection, con piezas de El Greco, Velázquez, Murillo o Goya, Picasso-El Greco, El espejo perdido. La imagen medieval del judío y el judaísmo y Reversos. El lado oculto, por citar las más relevantes, así como otras dedicadas a dibujos y continúa con los Itinerarios.
En la presentación que tuvo lugar ayer en El Casón del Buen Retiro intervinieron el presidente del Real Patronato del Prado, Javier Solana, y el director del Museo, Miguel Falomir, quien subrayó los hitos principales del programa de exposiciones y calificó de «primavera barroca» el primer semestre del año. Además mencionó que confía en recuperar el número de visitantes previos a la pandemia como revela el récord de visitantes que tuvo el museo la última semana de diciembre y que no harán restricciones de acceso. Y añadió que las obras de ampliación del Salón de Reinos van a buen ritmo según lo previsto.
Una de las joyas de la temporada artística será la muestra dedicada a Guido Reni (del 28 de marzo al 9 de julio), organizada por el Museo del Prado en colaboración con el Städel Museum de Fráncfort, que propone una revisión integra del gran maestro boloñes al arte de su tiempo y el vínculo que tuvo con España, ya que fue un artista que tuvo el interés como coleccionista de la corona española.
A través de un centenar de obras , entre las de Reni y de algunos artistas de los siglos XVI y XVII (Tiziano, los Carracci, Caravaggio, Zurbarán, Ribera o Murillo), que incluirán pintura, escultura y obra gráfica, seleccionadas por Andrés Úbeda y David García, director adjunto de Conservación e Investigación y jefe del departamento de Pintura Italiana y Francesa hasta 1800 del Museo del Prado, respectivamente, se podrán ver las interacciones que hubo entre entre el pintor italiano y sus coétaneos y tener una nueva perspectiva de ese conjunto de obras maestras, muchas de ellas restauradas, como Hipomenes y Atalanta y algunas versiones de San Sebastián, plasmadas por él, que tanto influyeron en artistas posteriores.
Coincidiendo en el tiempo, el Museo del Prado exhibirá Francisco de Herrera ‘el Mozo’ y el Barroco total ( del 25 de abril al 30 de julio), comisariada por Benito Navarrete, se reivindica la figura de un artista innovador y singular dentro del barroco español pero que no es demasiado conocido para los aficionados al arte.
A través de las obras seleccionadas, muchas de ellas restauradas, se analiza su evolución desde su decisiva estancia en Italia, su formación como dibujante y pintor de naturalezas muertas, las vinculaciones que tuvo con sus mecenas de la Academia de San Lucas y de Virtuosi al Pantheon, la influencia que tuvo su padre Herrera «el Viejo» en su modo de grabar o la relación que tuvo con Murillo, así como destacar su versatilidad tanto en el dibujo, pintura en diferentes técnicas o su faceta como arquitecto y diseñador.
Otro de los hitos de la temporada será La pintura española en The Frick Collection (del 7 de marzo al 2 de julio), que reunirá un conjunto de nueve obras emblemáticas de la mejor pintura española, con pinturas de El Greco, Velázquez, Murillo y Goya, que constituyen una ocasión única para contemplar fuera de su sede en Nueva York-actualmente en proceso de renovación arquitectónica-, estas obras maestrasl, casi todas inéditas desde que salieron de España, adquiridas en su mayoría por el industrial y fundador del museo, Henry Clay Frick, que es una de las joyas culturales de la Gran Manzana.
Entre las obras destacan San Jerónimo, La Purificación del templo y Vicenzo Anastagi, de El Greco; el retrato de Felipe IV de Velázquez; el autorretrato de Murillo, o las cuatro obras de Francisco de Goya: Retrato de señora, Un oficial, La forja o Don Pedro, Duque de Osuna, que sintetizan el gusto refinado de este filántropo norteamericano.
El primer museo español ha querido conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Pablo Picasso (Málaga, 1881- Mougins, Francias, 1973) con una muestra Picasso-El Greco (Del 13 de junio al 17 de septiembre), comisariada por Carmen Giménez, en la que se analiza la influencia que tuvieron algunos maestros españoles presentes en el Prado. El genio malagueño fue copista y director del Prado, influido por Velázquez y sobre todo El Greco, que tanto le inspiró en la primera parte su carrera, fundamentalmente entre el período azul y el cubismo.
Ya en otoño se presentará El espejo perdido. La imagen medieval del judío y el judaísmo (del 10 de octubre al 14 de enero), organizada con la colaboración del MNAC y comisariada por Joan Molina, jefe del Departamento de Pintura Gótica Española del Museo del Prado, que reflejará la proyección de la imagen del judío y las interacciones religiosas de la España medieval entre los siglos XIII y XV, un período convulso por el conflicto entre cristianos, judíos y conversos, que finalmente concluyó con la instauración de la Inquisición en 1479 y la expulsión de los judíos en 1492. Las obras elegidas pretenden arrojar más luz sobre la importancia que dichas imágenes tuvieron en ese debate durante la Edad Media.
La última gran exposición, Reversos. El lado oculto (Del 7 de noviembre al 3 de marzo), que comisaría el artista contemporáneo Miguel Ángel Blanco, y que abordará la importancia que ha tenido la cara B del soporte pictórico a lo largo de la historia porque muchas veces escondían algunos mensajes, incluso misterios que llegaban a contener esos espacios, casi siempre ocultos, que se han comenzado a hacer visibles en la contemporaneidad gracias a la documentación fotográfica y a los procesos de restauración. La mirada de un artista actual nos aportará una mirada atenta para una nueva contemplación de las obras reunidas en esta exposición.