Goya bate récords con casi 600.000 euros por los cinco retratos cuzqueños
En su cita de los días 11 y 12 adjudicó además las tablas de la corona de Aragón por 90.000 euros
Han pasado ya unos días desde la sorpresa inicial y toca el análisis. Atónitos nos quedamos todos los que seguimos de cerca el mercado del arte, nacional e internacional, con la noticia de la venta por 497.500 euros (590.781 euros, premium ya incluido) de los cinco retratos de Escuela cuzqueña del siglo XVIII que ofrecía Goya Subastas con precios de salida entre apenas 5.000 y 7.000 euros, como comentamos en nuestro artículo de previos (ver).
Se trataba, en concreto, de los siguientes retratos de la Vázquez de Acuña, largos de enumerar por sus muchos títulos y trabajos: Don Juan José Vázquez de Acuña [primer Conde de la Vega del Ren, Capitán de Infantería Española… y Virrey de estos Reinos] (O/L, 200 x 104 cm; lote 328), que se adjudicó por apenas 8.500 euros; Don Matías José Vázquez de Acuña [segundo Conde de la Vega del Ren, Alférez de Mar y Guerra en el Preciado del Callao, Corregidor y Justicia Mayor de la Provincia de Castrorreina] (O/L, 200 x 124 cm; 379), por 65.000 euros; Don José Gerónimo Vázquez de Acuña [tercer Conde de la Vega del Ren, Comisario General de la Caballería del reino del Perú y Corregidor y Justicia Mayor de la Provincia de Chayanta] (O/L, 200 x 122 cm; 380), por 170.000 euros; Doña Francisca Bárbara Vázquez de Acuña, esposa de Don José Gerónimo Vázquez de Acuña (O/L, 200 x 135 cm; 381), por nada menos que 225.000 euros; y del Capitán Don Matías Vázquez de Acuña Menacho [quinto Conde de la Vega del Ren, Teniente Coronel del Batallón Provincial Infantería Española y Alcalde ordinario] (O/L, 208 x 130 cm; 381), por 29.000 euros.
La calidad de los cuadros era mediocre, todo sea dicho. Lo importante aquí, como parece evidente, eran los retratados y la importancia que había tenido cada uno de ellos en la vida del virreinato del Perú. No era extraño, por tanto, el interés del Museo del Perú, entre otros coleccionistas, por adquirir los retratos de estos actores y testigos de un tiempo pasado. Y ante el asombro de la sala, las pujas se sucedieron y se adjudicaron en las altas cifras ya citadas, y en absoluto esperadas.
Eso es lo que ha ocurrido en estos últimos años con algunos de los cuadros filipinos, aunque no sólo, vendidos en otras salas españolas. Se compra la historia, más o menos reciente; no son tanto piezas de arte como reliquias históricas, retazos de la historia de cada país que se intenta devolver a sus orígenes, ya sea a nivel particular o institucional, como sucedió con el Códex del Trujillo en Alcalá Subastas hace apenas unos meses (ver). Y, claro, las cifras se disparan porque entran ya otros intereses.
De hecho, las tablas de la Corona de Aragón, de hacia 1500, con los santos Pedro, Pablo, Santiago y san Antonio Abad (88 x 244 cm; lote 345), predelas de un retablo desconocido con decoraciones talladas de tracerías y arcos góticos, eran muy superiores en cuanto a calidad pictórica, que no histórica. Gracias a esa calidad, tampoco fue extraña su subida de los 60.000 euros iniciales hasta los 90.000 euros finales, pero son cifras que entran dentro del terreno de la lógica, de la calidad y de los cánones conocidos…
Un último remate importante: un Pie de mármol de 1981 (36 x 56 x 30 cm; lote 639), de Igor Mitoraj, perteneciente a una casa particular que se subastaba al completo, también subió notablemente: de los 40.000 euros iniciales hasta los 70.000 euros finales.
Sólo queda dar felicitar a la sala por las obras que ha ofrecido, sus espectaculares ventas y el difícil nicho encontrado en este mercado nacional tan competitivo. ¡Enhorabuena, y un feliz 2018! Daniel Díaz @Invertirenarte