Goya a la vista…, en Ansorena
Subasta especial, a sobre cerrado, de un San Ignacio de Loyola por el que se estima una venta entre 600.000 y 800.000 euros
Ansorena terminó llevándose el gato al agua. Y, dadas las circunstancias y un precio más acorde con los tiempos que corren, hay posibilidades de que finalmente realice la venta.
Se trata de un interesante lienzo de carácter religioso de Francisco de Goya (1746-1828), San Ignacio de Loyola (óleo sobre lienzo, 81 x 56 cm), pintado según los especialistas hacia 1775, tras un amplio bagaje de vivencias ya sobre sus hombros.
Su primera estancia italiana, plena de experiencias allá por 1771, queda ampliamente recogida en su Cuaderno italiano; a su regreso, se instala en Zaragoza, donde contrae matrimonio con Josefa Bayeu en 1773 y pinta los frescos de la basílica del Pilar y los de Aula Dei. Recomendado por su suegro Francisco Bayeu –aunque posteriormente dirá que fue Mengs quien le hizo volver de Roma para el Real Servicio-, llega a Madrid el 10 de enero de 1775 y ya en primavera comienza a pintar los primeros cartones para los tapices de la Real Fábrica de santa Bárbara, para el comedor de los príncipes de Asturias en El Escorial, siguiendo aún las ideas de su suegro. Será ya poco después cuando despegue verdaderamente, con sus propias ideas, pintando los cartones para los tapices del comedor de los príncipes de Asturias esta vez en el Palacio del Pardo, con piezas como El quitasol o el Baile a orillas del Manzanares.
Entre esos momentos que acabamos de bosquejar, su conocido Juan Ignacio Ezcurra (1750-1827) le debió pedir un retrato de su patrono, el fundador de la Compañía de Jesús. Y Goya pinta a un hombre relativamente joven aún, sosteniendo un libro con el lema de la Compañía, y su anagrama IHS muy en segundo plano. Pintura aún con abundante fondo oscuro, su rostro destaca del fondo por el aura que parece despedir. Y así, tan fácilmente, como casi todas las transiciones en Goya, pasa de lo humano a lo sobrenatural.
En esa familia debió mantenerse el cuadro y pasar de generación en generación -Encarnación Ezcurra y Gregoria Rosas Ezcurra- hasta su venta en Christie´s Londres en 1976, de donde pasaría a una colección madrileña (1979) y posteriormente a una de Zaragoza, probablemente la de José María Morales Camón Aznar, nieto del famoso D. José, quien lo dio a conocer al gran público en 1979 en la revista Goya: “Nuevas aportaciones a la obra de Goya” (números 148-150, págs. 201-205).
Fue expuesto primero en 1986 en la muestra comisariada por Buendía de Goya Joven (1746–1776) y su entorno, en el antiguo Museo Instituto Camón y Aznar (Zaragoza; repr. p. 92, L.XXVII), y durante años en el Museo Goya-Camón Aznar, colección Ibercaja, con los tan necesarios hoy día parabienes de Manuela Mena –Goya y Zaragoza (1746–1775). Sus raíces aragonesas, en el catálogo de la exposición con ella como asesora científica del Museo Goya. Colección Ibercaja, 2015, pág. 156, nº 24.
Algunos coleccionistas avezados pudieron verlo a la venta hace apenas unos días en Feriarte, en la Librería Anticuaria Astarloa. Declarado en 2015 Bien de Interés Cultural (BIC), y por tanto inexportable, con un valor de 1.200.000 euros, sale ahora a pujas en una subasta a sobre cerrado en Ansorena, con fecha máxima del 18 de diciembre, y una estimación entre los 600.000 y los 800.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte