Genovés, Murillo y Rusiñol triunfan en Ansorena
Adjudicados por 110.000, 80.000 y 70.000 euros, respectivamente, en la cita de los días 6 y 7 de noviembre, marcaron la diferencia con el resto de sus ventas
En nuestro artículo de previos (ver), comentamos que la de Ansorena era una licitación de muchos quilates, con platos fuertes y medianos, pero bastante atractiva para el coleccionismo medio. La proyección se ha hecho realidad en su mayor parte, aunque siempre hay algún que otro pero, algún ay por aquello que no encuentra comprador.
La sesión del lunes comenzó fuerte, haciendo realidad lo que dijimos de que brillaría “con luz propia un típico lienzo de los últimos años de Juan Genovés (1930-2020): Concurrencia, 2006 (A/L, 123 x 180 cm; lote 262)”, con etiqueta de la galería Marlborough y que se ofrecía por 95.000 euros. Así fue. Una puja desde la web de la sala ofreció la cantidad solicitada, un coleccionista al teléfono la subió a 100.000 euros, pero cerró la conversación la puja el comprador online, que ofreció los 110.000 euros definitivos. Sumado el premium de la sala del 22%, con los impuestos incluidos, 24.200 euros, hace una cantidad final de 134.200 euros.
Por 24.000 euros se adjudicó el lienzo de Carlos Nadal, Mer du Nord, 1982 (O/L, 48 x 62 cm; 39); firmado por delante y por detrás, firmado de nuevo, titulado, fechado y con sello del atelier del artista, además del sello de Art Petritxol de Barcelona en el bastidor, había salido a pujas por 20.000 euros. No sucedió lo mismo con el pastel de Claudio Bravo, Retrato (pastel/papel/T, 163 x 123 cm; 263), que dimos por vendido (ver); la sala me explicó luego que el pujador online se había confundido y hubo que deshacer esa venta.
Me parece interesante reseñar también la pequeña subida, de 12.000 a 14.000 euros, del paisaje Mediterráneo, 1988 (O/L, 65 x 80 cm; 43), del valenciano Francisco Lozano, con su vegetación y sus pitas en el primer plano, barracas de madera en el segundo y al fondo, en el último cuarto o quinto de espacio, una línea de mar y el azul clarificado del cielo. En cambio, no hubo interés por el lienzo de Menchu Gal, Olmeda de las Fuentes (O/L, 60 x 73 cm; 42), que se ofrecía por 15.000 euros, ni por el colorido y simplificado Paisaje, 1966 (O/L, 65 x 81 cm; 41), de Benjamín Palencia, por unos pretenciosos 36.000 euros. Sorprendió, hay que reconocerlo, la subida de 1.800 a nada menos que 8.500 euros del papel pegado a tabla del catalán Luis Marsans, La Mer (Tm, 33 x 46,5 cm; 106), probablemente por tratarse de un sereno homenaje a Debussy…
Aunque sea en una línea bastante inferior, debemos citar la compra del Estado. Por los 600 euros pedidos, se hizo con Recolección de la caña de azúcar (O/táblex, 41 x 50 cm; ver) del haitiano Philome Obin, con etiqueta de la «Exposición primitivos actuales de América» (Madrid, curso 1966/7). Suponemos que para el museo Reina Sofía, claro.
En la pintura finisecular, sabor un pelín agridulce. La venta más interesante fue, finalmente, la del lienzo de Santiago Rusiñol: Las adelfas. Sa Coma (Valldemosa), c. 1904 (O/L, 92 x 80 cm; 742). Expuesto en 1904 en la exposición inaugural del Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca, en la Sala Parés de Barcelona y en el Salon de la Societé Nationale des Beaux-Arts de París en 1905, y publicado en más de 15 ocasiones, fue un regalo del autor a su amigo Leon Daudet, hijo del famoso literato Alphonse, por su boda con la escritora Marthe Allard, Pamphille, en cuya familia había permanecido hasta ahora. No fue extraño que, con ese historial, además de su calidad -ningún pintor regala a un muy buen amigo una pieza que no esté a la altura-, que pasara de 55.000 a 70.000 euros, como era previsible.
En cambio, no hubo coleccionista que ofreciera los 60.000 euros pedidos por el interesante Retrato de don Alfredo de Castro Otaño, coronel del Regimiento de Infantería León, nº 38, 1917 (O/L, 84 x 91,5 cm; 740) de Joaquín Sorolla. Una pena, sobre todo por la relación del retratado con el retratista, parte de cuya correspondencia se conserva en el museo del pintor. En cambio, su tablita con Día de lluvia (O/T, 13,8 x 8,9 cm; 741), con otro boceto por detrás, subió de 11.000 a 12.000 euros.
De Eliseo Meifrén, su luminoso y amplio Paisaje costero (O/L, 58 x 83 cm; 744), subió de 10.000 a 13.000 euros mientras los lienzos de Aureliano de Beruete, como era lógico, subían de sus bajas salidas; así, Paisaje de Vichy con lavanderas, 1905 (O/L, 20 x 30,5 cm; 747) pasó de 2.800 a 5.5000 euros, y Paisaje de Vichy, 1906 (O/L, 22 x 30,5 cm; 748) de 3.000 a 6.500 euros; subidas lógicas, todo sea dicho.
Con los maestros antiguos llegaron dos ventas especialmente importantes. La más esperada era la del borrón de Bartolomé Esteban Murillo: Abrazo del Niño Jesús y san Juanito (O/L, 27,5 x 19,5 cm; 654). Debió ser un boceto para obra posterior, realizada finalmente o no; procedente, probablemente, del convento de carmelitas descalzos de san Hermenegildo de Madrid, tras su venta el especialista en el sevillano Pablo Hereza confirmó no sólo su autoría sino también su novedad (ver). Los 24.000 euros que se pedían, cautela por lo inédito, el tamaño y lo deshecho del mismo, fueron a la postre una invitación a las pujas, que subieron lentamente hasta adjudicarse a un comprador online que ofreció los 80.000 definitivos a través de la plataforma de la sala.
Esperada era también la del lienzo con la Virgen de Guadalupe (O/L, 124 x 98 cm; 653), del mexicano Carlos Clemente López, que la pintaba y la firmaba en 1760. Digo esperada porque la salida por 18.000 euros no terminaba de hacer justicia al autor, al tamaño y a la fecha de composición de un tipo de piezas que son especialmente buscadas por el coleccionismo mexicano, como parece lógico. Y por tanto, la subida hasta los 44.000 euros finales, ofrecidos por un coleccionista al teléfono, ponen los euros en su lugar correcto.
Interesante fue también, en ese sentido, la venta del lienzo de Vicente Giner, Palacios jónicos con una escultura ecuestre sobre un pedestal, c. 1670/80 (O/L, 73,5 x 98 cm; 642), que pasó de 9.000 a 13.000 euros. Sin embargo -siempre hay peros-, no hubo coleccionista que ofreciera los 90.000 euros pedidos por la atractiva tabla de Joan Reixach, Santa María Magdalena (temple y oro sobre tabla, 129 x 53,5 cm: 656), que se demostraron excesivos a la postre.
En cualquier caso, los 400.000 euros mencionados aquí (con premium serían 488.500 euros), parte importante de sus ventas, pero parte al fin y al cabo, pienso que esclarecen el volumen de estos días en Ansorena. Daniel Díaz @Invertirenarte