Fernando Durán, entre Millares y Romero de Torres
Para ser subastados en la licitación del día 23, partirán de 275.000 y 90.000 euros, respectivamente
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
Las apenas cuatro propuestas que hace cada temporada Fernando Durán son siempre interesantes –además de esperadas-, porque hay más tiempo para prepararlas y porque, de esa manera, se seleccionan unas piezas más especiales. No defrauda tampoco esta vez la sala y nos plantea una suerte de batalla entre Millares y la propuesta artística del mundo del siglo XX, y Romero de Torres, y su propuesta finisecular y de pintura antigua. Vamos por partes.
Del canario Manolo Millares (1926-1972), la sala saca pujas una pieza notable: Homúnculo, 1967 (óleo sobre arpillera, 100 x 81,5 cm; lote 176). En su revisión de los túmulos y de la cultura canarios y su renovación del lenguaje, Millares continuó con su voz propia, que había encontrado en sus arpilleras de finales ya de los años cincuenta, en dos series especialmente interesantes y conocidas: los Homúnculos y Humboldt en el Orinoco. En la que nos atañe, en la reducida gama de colores que ya había planteado El Paso, vierte su visión más o menos abstracta del hombre, buscando una expresividad máxima con el mínimo de recursos; y para ello, agujerea la tela, la pliega, la tensa, la cose y la recose, como una manera de mostrar lo más recóndito del alma humana, lo más escondido y lo más terrible. El retrato aparece entonces como algo dolido y doliente, en la línea expresionista más acorde con la plástica tras la segunda guerra mundial, donde parecía que no había lugar para la redención.
De cara al mercado, la obra se ofrece por 275.000 euros, que sumadas la comisión de la sala y los impuestos, un 22%, supondrían de inicio los 335.500 euros… Publicada por Alfonso de la Torre en su Manolo Millares. Pinturas. Catálogo razonado (2004, nº 413, P-67-18, pág. 465), recordemos que el pasado 3 de julio, Sotheby’s París, vendió por 436.000 euros su Cuadro 83, 1959 (Tm/arpillera, 129,5 x 162 cm, ver), procedente de las galerías Pierre Matisse y Acquavella de Nueva York. Obviamente, la pieza cita es anterior, mucho más terrible y más primigenia, auténtica, pues su estilo fue poco a poco dulcificándose dentro de su inmenso dolor.
En la oferta del siglo XX destacan otras piezas, en un nivel ya claramente inferior. La Ventana del Estudio de bolsa, 2004 (O/L, 127 x 77 cm; 175A), de Carmen Laffón, con una típica vista de paisaje suya, pero insertada esta vez en una ventana y su pretil, una especie de trampantojo visual muy efectista; publicado en su catálogo razonado (Juan Bosco Díaz-Urmeneta, 2000, nº 454, pág. 212, y expuesta en su galería madrileña, Leandro Navarro, se ofrece por 48.000 euros. O una de las primeras esculturas del catalán Jaume Plensa, Sin título, 1981 (hierro y cuerda, pieza única, 360 x 61 x 58 cm; 179), que saldrá a pujas por 40.000 euros, en una línea ligeramente inferior a los 48.000 euros en que se remató en mayo de 2019 en Ansorena su similar aunque ligeramente más tardía La dona d’amic, 1982 (hierro, 212 x 61 x 15 cm), que había salido a pujas por apenas 20.000 euros (ver).
En la pintura de los años 80, los nombres de Manolo Quejido, Miguel Ángel Campano y Chema Cobo eran habituales, en esa interesante propuesta de renovación figurativa, aunque sé que hoy día no son, desgraciadamente, santo de devoción de casi nadie… Del primero, vean Elle 2, 2007 y Elle 3, 2007 (O/L, 160 x 130 cm; 96 y 101), por 5.000 euros cada uno, aunque me parece más interesante su Canalización, 1978/81 (A/L, 99,5 x 73 cm; 90), por 3.500 euros. De Campano, un lienzo de su conocida y buscada serie de descomposición poussiniana y reconstrucción llamada La Grappa, 1985 (O/papel, 75 x 106 cm; 92), por 2.000 euros. Y de Cobo, Lampa-Fauteuil, 1976 (O/L, 92 x 60 cm; 106), por 7.000 euros.
Y me parece especialmente interesante, para cerrar el bloque del siglo XX, la Mujer en el campo, 1925 (O/L, 136,5 x 125 cm; 13), de Daniel Vázquez Díaz, en ese personal cubismo tardío, que tantos frutos cosechó en nuestro país; se ofrece por apenas 18.000 euros, que deberían subir. En ese momento se conjugaba la renovación y la plasmación retardataria de viejos modelos. De esta última tendencia, destacan dos lienzos del granadino Gabriel Morcillo: Otoño de 1954 (O/L, 112 x 105 cm; 1036) y Baco (O/L, 103 x 111 cm; 1040), por nada menos que 25.000 euros cada uno.
Retomamos esa batalla de la que hablábamos al inicio entre el siglo XX ejemplarizado en Millares y la pintura tradicional finisecular, personalizada en el cordobés Julio Romero de Torres (1880-1930). De su mano sale a pujas un interesante Aprendiendo a leer, c. 1904/6 (O/L, 115 x 96 cm; 1116), donde aparecen retratados, en el jardín de la casa familiar (antiguo hospital de la Caridad y actual Museo de Bellas Artes y Museo Julio Romero de Torres), la hermana pequeña del pintor, Angelita (María de los Ángeles Romero de Torres) y el primogénito del pintor, Rafael, de su matrimonio con Francisca Pellicer. Escena familiar que traspasa esa frontera, es característica de una breve época donde, al decir de Mercedes Valverde, “la luz es la auténtica protagonista, esa luz que emerge del jardín y que dio lugar a una singular producción que el pintor no volvería a repetir”. Obra conocida en el Museo, por una fotografía que se guardada en sus archivos (F 9-17), se desconocía el paradero de la misma al haber sido vendida muy pronto y no haber participado en muestras posteriores. Salida: 90.000 euros. Dada la singularidad, a pesar de que no aparezcan sus típicos personajes femeninos, no sería extraño tampoco que subiera varias pujas…
De la pintura preciosista del siglo XIX, sobresale un relamido Bautizo (O/L, 73,5 x 120 cm; 1004), firmado en 1888 en Roma por José Gallegos, al modo fortunyesco, con su técnica pero sin su gracia, todo sea dicho; se piden 75.000 euros, un canto de cisne de épocas pasadas. Si alguno quisiera abundar en esta línea, por 25.000 euros puede ver Salón de juego, 1900 (O/L, 70,5 x 108 cm; 1016) de Luis Álvarez Catalá, o Niño jugando con gato (O/L, 65,5 x 98,5 cm; 1029), de José Miralles, por 18.000 euros, entre otros.
Terminamos, ya muy brevemente, con la pintura antigua. Sobresale la espectacular Anunciación (O/L, 114 x 160 cm; 725), de Juan de Roelas, de la antigua colección del arquitecto Zuazo; se ofrece ahora por 130.00 euros, a cierta distancia de los 100.000 euros en que se adjudicó (con el 21% de la sala debieron pagar 121.000 euros) en octubre de 2013, tras una sorprendente salida por apenas 6.000 euros (ver).
Y no se pierdan las tablas tardogóticas con los cuatro evangelistas (O/T, 80,5 x 115 cm) de Escuela castellana del siglo XV, del círculo de Fernando Gallego: San Mateo y san Lucas (715) y San Marcos y san Juan (716), que se ofrecen por 55.000 euros cada pareja… Daniel Díaz @Invertirenarte