El universo de Mathieu Pernot en MAPFRE
La exposición Documento/Monumento del fotógrafo Mathieu Pernot (Fréjus, Francia, 1970), que se puede ver en las salas de Madrid de la Fundación Mapfre hasta el 14 de enero de 2024. Es la primera retrospectiva del creador francés en nuestro país, cuyas series de imágenes revelan diferentes temporalidades y geografías donde convergen archivos históricos, familiares y personales de Pernot, que actualmente vive y trabaja en París.
Esta muestra en la Fundación Mapfre abarca más de tres décadas del trabajo del fotógrafo francés, desde los fotomatones de los años 90, a la serie de los Gorgan, otra dedicada al fuego, la mirada sobre Beirut o Le Gran Ensemble, sin olvidar otras como La Santé, La ruina de su morada o la más reciente dedicada a Melilla en 2022. En caso todas sus imágenes hay una mirada incisiva sobre la realidad, tanto de los desplazados por motivos étnicos o bélicos como de vidas concretas y de historias personales, que ha ido siguiendo con el paso del tiempo. Una reflexión constante del papel del fotógrafo y las funciones del medio fotográfico.
Paralelamente a su serie de fotomatones (1995-1997), donde entró en contacto con la comunidad romaní de Arlés, trabajó desde 1995 a 2023 en Los Gorgan, una familia que ha ido evolucionando en un álbum familiar sobre el universo del pueblo gitano, con una aproximación singular que está alejada de la representación de ese colectivo. Pernot ha optado por el destino personal de cada uno de los miembros de la familia y él ha querido evolucionar su visión con otros puntos de vista.
En 1994 Pernot tomó una serie de fotografías en una sala de entrenamientos de deportes de combate en Marsella porque él practicaba judo y por lo tanto le eran familiares ese tipo de lugares. Son fotos captadas con rapidez, con un enfoque muy similar y siempre utilizando un fondo neutro con los boxeadores de frente y los puños en alto, una actitud de desafío para el fotógrafo y para los que observamos esas imágenes.
Nuevamente la memoria familiar le llevó a Beirut en el año 2000, un país en que había crecido su padre. En la capital libanesa centra su mirada en edificios en ruinas para revelar lo que ha sido la reciente historia de ese país y en especial de Beirut, escenas en las que late una sensación de pérdida y desolación.
Otro de los temas que vertebra una parte de su obra ha sido el proyecto Le Grand Ensemble, en el que Pernot nos sitúa en las dos caras de una utopía urbanística y social, algo que se dio en Francia y en otros países durante la década de los sesenta: una arquitectura repetitiva e impersonal, que contrasta con la demolición posterior de esos mismos inmuebles mediante explosiones controladas en las periferias de las grandes ciudades: primero un mundo feliz y luego colapso y derrumbe.
Un aspecto sobre el que ha aproximado su cámara Mathieu Pernot ha sido esa dualidad entre el lugar que separa la cárcel de la ciudad, primero en la serie Los que gritan (2001-2004), una serie en la que vemos a familiares de los presos en los exteriores de las prisiones de Aviñón, Marsella o Barcelona intentando comunicarse con sus seres queridos; o en La Santé, donde el fotógrafo francés elaboró una cartografía con inscripciones escritas por los presos y a través de collages nos permite imaginar una parte de la personalidad de esos reclusos.
Las dos últimas series, La Ruina de su morada (2019-2021) recogen su experiencia de un viaje a Oriente Próximo y más en concreto cuando estuvo en Palmira tras el paso del Estado Islámico, revelando los muros desnudos que sugieren las huellas de tesoros arqueológicos que fueron salvados de la destrucción por los responsables de los yacimientos antes de producirse el desastre. Después de un viaje a Melilla en 2022, Pernot nos ha dejado un registro algo diferente en ese bosque y paisaje colindante de la frontera entre territorio español y marrroquí, sin olvidar el drama de la inmigración de seres humanos que aspiran a una vida mejor.