El Rijksmuseum prepara la mayor retrospectiva sobre Vermeer

El Rijksmuseum prepara la mayor retrospectiva sobre Vermeer

El museo reunirá a partir de febrero 28 de las 37 pinturas que realizó el autor. Obras maestras como La joven de la perla, La lechera o La callejuela conservadas en Europa se mostrarán junto a nueve cuadros americanos procedentes de la Frick Collection, la National Gallery de Washington o el Metropolitan. Será una muestra excepcional en la que además se estudiará a fondo cada composición –incluidas las discutidas– mediante técnicas punteras que permitirán desvelar los enigmas de «la esfinge de Delft».

La idea de partida es apasionante: profundizar en la forma de trabajar del maestro, conocer más detalles sobre este misterioso pintor y reunir el mayor número de obras posible (solo hay 37 cuadros en todo el mundo). Si a estas credenciales sumamos un par de lienzos cuya autoría se está discutiendo, ya tendríamos todos los ingredientes para que la exposición de Vermeer en el Rijksmuseum se convierta en un blockbuster.

El proyecto comenzó a gestarse en 2015, coinciendo con el cierre de las salas de la Frick Collection de Nueva York. Alguien pensó que era la ocasión perfecta para solicitar los tres préstamos de Señora y doncella, La lección de música interrumpida y Militar y muchacha riendo que llevan más de un siglo sin salir de Norteamérica.

Al igual que las obras del Metropolitan –Alegoría de la fe católica y Mujer con laúd–, tienen prohibido viajar fuera del país, por eso este periodo de remodelación de la Frick ha resultado providencial para el desarrollo de la muestra.

A estos dos préstamos excepcionales hay que sumar una tercera institución americana, pues de la National Gallery of Art viajarán todos los cuadros adscritos al maestro, incluido Muchacha con flauta, cuya autoría ha sido discutida recientemente por los propios conservadores del museo (defienden que podría ser de un posible discípulo).

Esa noticia no parece haber hecho cambiar de opinión a Pieter Roelofs, comisario de la futura exposicion en los Países Bajos y Jefe del Departamento de Pintura y Escultura del Rijksmuseum, que la ha incluido en el listado de préstamos. Él no alberga dudas sobre la escena. «Nosotros estamos convencidísimos de que es Vermeer», afirmó durante la presentación de la muestra en España, en el Casón del Buen Retiro.

Johannes Vermeer. Joven de la perla. Hacia 1665-1667. Mauritshuis, La Haya.
Johannes Vermeer. La lechera. Hacia 1660. Rijksmuseum, Ámsterdam.

Algo semejante manifestó sobre la Santa Práxedes de Tokio, también en entredicho desde hace años. «Estamos firmemente convencidos de que pertenece al maestro; la pintura posee plomo y por tanto tiene que haberse hecho en Holanda».

En cualquier caso, esta reunión inédita de tantas pinturas convertirá la muestra del museo holandés en la mayor organizada hasta la fecha sobre este enigmático artista, apodado «la esfinge de Delft» por Théophile Thore (pseudónimo de William Burgüer).

De momento estará compuesta por 28 obras, aunque el comisario no descarta sumar alguna más. Todo un logro, si tenemos en cuenta que La Mauritshuis consiguió juntar 23 de ellas en su última retrospectiva. En España, el Prado tuvo una decena de pinturas suyas gracias a la muestra Velázquez, Rembrandt, Vermeer. Miradas afines.

«Nunca antes se había podido contemplar un número tan elevado de obras de Vermeer en un solo lugar. La muestra ofrece una oportunidad apasionante a los amantes del gran pintor y al público en general, pero también a científicos, comisarios e historiadores del arte», considera Taco Dibbits, director del Rijksmuseum.

Todos los cuadros presentes en la muestra serán analizados mediante tecnologías modernas como escáneres Macro-XRF y RIS –utilizados ya en La Ronda de noche de Rembrandt–, así como infrarrojos y reflectografías. Seguro que se estudiará con lupa la mencionada Muchacha con flauta para determinar si realmente pertenece a la mano de Vermeer.

Una de las obras que ya se ha analizado es La lechera. Su estudio técnico ha revelado la presencia de dos objetos que tenía el lienzo en origen y que finalmente fueron eliminados de la composición: una cesta brasero –oculta ahora con una estufa– y un colgador de cántaros, muy común en las cocinas del siglo XVII.

Además, la línea negra perceptible bajo el brazo izquierdo de la joven da a entender que el maestro de Delft hacía bocetos antes de desarrollar el resto de los detalles. Ese mismo dibujo previo se ha descubierto también bajo la pintura de La tasadora de perlas de la National Gallery de Washington. Todo ello nos habla de un pintor que trabaja de forma minuciosa y precisa, también virtuosa, preocupado por situar cada elemento en su lugar correcto.

¿Pudo tener Vermeer un taller? «No hay datos al respecto, además solo había un caballete en el estudio», explica Roelofs. Aunque no se cierra a obtener nuevas conclusiones tras el estudio técnico de las obras que podrán verse en Ámsterdam entre el 10 de febrero y el 4 de junio de 2023.  Sol G. Moreno

Johannes Vermeer. Vista de Delft. 1658. Mauritshuis, La Haya.