El Museo del Prado compra ‘El sátiro’ de Fillol por 110.000 euros
La pinacoteca suma su séptima obra del pintor valenciano, que formó parte de la exposición Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931).
El Museo del Prado suma otra obra de Antonio Fillol a sus colecciones tras la compra de El sátiro a los herederos del artista por 110.000 euros. Desde 2015, la pintura se encontraba en depósito en el Museo de Bellas Artes de Valencia, la ciudad natal de Fillol.
Según ha publicado elDiario.es, la adquisición se ha formalizado tras un informe favorable del jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Prado, Javier Barón.
El sátiro ya colgó de las paredes del museo durante la exposición Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931) comisariada por Carlos G. Navarro en 2020.
La composición representa una desgarradora imagen de realismo social, en el que una niña víctima de una violación debe identificar a su agresor en una línea de reconocimiento. Su abuelo, que la acompaña, es quien finalmente señala al culpable ante el miedo de la pequeña.
Antonio Fillol fue conocido por la crudeza de algunas de sus escenas, que representaban sin tapujos los peores acontecimientos de su época. Pero este compromiso con las víctimas no siempre fue favorablemente acogido.
Durante su presentación en la Exposición Nacional de 1906, El sátiro fue rechazado por el jurado, que lo clasificó de ofensivo para «la decencia y el decoro». Además, Fillol recibió el apelativo de «pintor inmoral».
Otro de sus cuadros más conocidos, La bestia humana –también propiedad del Prado, expuesto en sus salas y que representa una escena de burdel donde una proxeneta presiona a una joven para prostituirse– sí fue reconocido por la crítica debido a su «audacia y por su posicionamiento naturalista» pero, tal y como cuenta la web del museo, «el premio académico que recibió Fillol –la segunda medalla en la Exposición Nacional de 1897– no fue acompañado de ninguna recompensa económica y, de hecho, no fue adquirido hasta 1910».
Además de estas dos pinturas, el Prado también conserva del mismo autor –aunque en depósito a otras instituciones– La defensa de la choza, La Gloria del pueblo, Los amigos de Jesús, La rebelde, y en sus propios, un Autorretrato.
La apuesta por un autor como Fillol enriquece la narración de la pintura española del siglo XIX, prestando atención al realismo menos condicionado por la moral de Entresiglos y más cercano a las reivindicaciones sociales.