El Museo Bellas Artes de Bilbao muestra las 48 obras restauradas el año pasado gracias a Iberdrola
Mamerto Segui, uno de los artistas que se incorporan a la colección, se exhibe por vez primera, junto al ‘Retrato de la condesa Mathieu de Noailles’ de Zuloaga, obra maestra de la pinacoteca que ahora luce como nueva, y 24 dibujos de mediados del siglo XIX de Roberto Laplaza. Todas estas piezas se han rehabilitado en los últimos 12 meses dentro del Programa Iberdrola – Museo 2019.
El programa de colaboración entre la empresa eléctrica y el museo bilbaíno para la conservación y restauración de obras de arte se lleva desarrollando desde 2013 con excelentes resultados. Cada año, se seleccionan aquellas piezas más vulnerables o en peor estado para que pasen por el taller y se sometan a algo más que un simple lavado de cara. Reintegraciones cromáticas, rehabilitación de soporte, limpieza de barnices… y, por supuesto, estudios técnicos que contribuyen a un mejor conocimiento de la obra.
Es el caso de Retrato de la condesa Mathieu de Noailles, óleo sobre lienzo que Ignacio Zuloaga pintó en 1913. Gracias al completo estudio técnico mediante análisis de rayos X, reflectografía infrarroja, luz ultravioleta e identificación microscópica de materiales, se ha podido saber que la primera restauración de la pintura la hizo el propio autor. Ahora la aristócrata regresa a la Sala F con los colores más vivos, los pliegues del vestido más sutiles y las sombras de la tela verde mejor contrastadas.
Probablemente, el retrato del pintor nacido en Éibar es la obra más destacada que acaba de salir del taller, pero no ha sido la única. El programa ideado por Iberdrola y el Museo Bellas Artes de Bilbao para 2019 ha conseguido restaurar un total de 48 pinturas y dibujos. Entre ellas, un lienzo de Mamerto Segui que se adquirió en 2018. Zamacola dictando a sus escribientes (1881) llegó a la colección en un «estado de conservación delicado», por eso pasó directamente a restauración. Tras arreglar las dos roturas del soporte, reforzar la tela original con un entelado flotante y proceder a la reintegración cromática, se muestra por primera vez en la Sala S.
A estos dos retratos se suma también la escena bíblica de Job y sus hijos (hacia 1650) representada por el genovés Domenico Piola, además de un paisaje de Darío de Regoyos de pincelada suelta titulado El hierro, depósitos (hacia 1900). Esta pequeña tabla procedente de una donación particular ingresó el año pasado en las colecciones del museo dividida en dos partes. Los especialistas han tenido que emplearse a fondo para arreglar esa rotura horizontal, además de desinsectar la madera y limpiar una capa de suciedad superficial sobre la pintura.
Más obras incluidas en el Programa: 38 dibujos recién rehabilitados de Roberto Laplaza, con los que se concluye la recuperación total del conjunto de la Batalla de Munoles (1869), compuesto por 112 piezas y cuya restauración se inició hace ya siete años. En la Sala L se presentan 24 de estos nuevos dibujos que han pasado por el laboratorio.
Este año, como novedad, los trabajos de conservación y restauración no se han limitado solo a aquellas procedentes de la colección permanente, sino que también se han extendido a piezas de colecciones particulares u otras instituciones que han participado en las exposiciones dedicadas a Isabel Baquedano –34 obras de papel y 95 pinturas– o Ignacio Zuloaga (un dibujo y 22 óleos, incluido el retrato ya mencionado).
En la presentación de las obras restauradas a lo largo de 2019 han participado el director del museo, Miguel Zugaza; el presidente y el director de la Fundación Iberdrola España, Fernando García Sánchez y Ramón Castresana, respectivamente; así como el consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco y actual presidente del Patronato del museo; Bingen Zupiria.