El Meadows adquiere diez dibujos de Sorolla
El museo americano amplía sus fondos sobre el artista valenciano
Con el final del verano vuelven las noticias sobre el mercado del arte y las adquisiciones que durante los últimos meses han llevado a cabo algunos museos. Nos detenemos en esta ocasión en el Meadows Museum de Dallas, que acaba de informar sobre la compra de diez dibujos del pintor valenciano Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923). La institución ya contaba con cinco obras suyas, cuatro pinturas y un único dibujo, preparatorio para el retrato de la Condesa de san Félix del Prado (ver aquí y aquí respectivamente). Ahora amplía su colección gráfica con seis nuevas hojas, algunas de las cuales cuentan con esbozos tanto en el recto como en el verso.
La compra ha sido posible gracias a la generosidad de Elisabeth Solender, Gary L. Scott y Cheryl y Kevin Vogel. Nueve de ellos han sido adquiridos directamente a la familia Sorolla y el décimo procede de una colección particular. Los dibujos, fechados en su mayoría hacia 1903, varían en asuntos, desde bocetos rápidos de «plein air» hasta una composición terminada y un estudio para una pintura bien conocida, La regencia (1906), que se conserva en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid. Incorporan asimismo gran variedad de técnicas, incluyendo pluma, lápiz y carboncillo. El conjunto refleja además algunos de los temas favoritos del artista: su familia –Clotilde leyendo (hacia 1903) o María y Joaquín sentados ante la chimenea (hacia 1897)– y las escenas de playa.
La composición más acabada del conjunto es un estudio a carboncillo de las manos entrelazadas de un hombre que descansan sobre sus rodillas. Más allá de su calidad, interesa destacar que Sorolla dio inicialmente este dibujo a su profesor, el artista Francisco Domingo Marqués (1842-1920), un valenciano que está también representado con tres obras en las colecciones del Meadows (ver aquí).
Amanda W. Dotseth, próxima conservadora del museo a partir del mes de septiembre, ha declarado que «estos dibujos, a menudo presentados rápidamente, son particularmente valiosos para los destellos inusualmente íntimos que ofrecen en el proceso de trabajo y vida hogareña del pintor. Sugieren que hubo poca división para Sorolla entre su vida personal y la profesional, o incluso entre un tipo de composición y la siguiente. Tal vez más que una reutilización frugal del papel, estas obras nos permiten ser testigos de cómo Sorolla desarrolla múltiples, bastante distintas, composiciones en rápida sucesión».