El leonardo que vino de Luisiana
Poco a poco se van conociendo algunos nuevos datos sobre el cuadro más caro de la historia, Salvator Mundi, pintura de Leonardo da Vinci, subastada y rematada en 450,3 millones de dólares en Nueva York el pasado año, que fue adquirida por dos fondos de inversión. Ayer Wall Street Journal aportó un poco más de luz sobre dicha obra maestra del pintor italiano, que tenía una procedencia hasta ahora desconocida. Pasó casi medio siglo escondida en una pequeña colección de una familia norteamericana que vivía en Luisiana.
Un par de especialistas de Old Master, Alexander Parrish y Robert Simon, compraron por 10.000 dólares el cuadro de Leonardo en Nuevo Orleans al propietario de la misma, Basil Clovis Hendry, dueño de una compañía local de chapa y que tenía colgados en su casa otros cuadros de temas religiosos, según han recordado sus hijos y una sobrina del coleccionista. Los dos marchantes desde 2005 apostaron porque los expertos en la obra de Leonardo validaran esta obra como una de las pocas que se conservan salidas de la mano del autor de La Gioconda.
Doce años después esta tela que representa la imagen de Cristo vestido con una túnica azul y su mano izquierda sosteniendo una esfera clara podría considerarse como un tesoro raro, no tan reconocible a primera vista como otras de sus obras maestras y además si a eso unimos que hace más de un siglo desde que de redescubrió la penúltima obra adjudicada a Loenardo, del que se conservan muy pocas obras, alrededor de una veintena.
La sorpresa reciente que tuvo su hija Susana Hendry Tureau, bibliotecaria ya jubilada en Baton Rouge, al enterarse que su padre había tenido esta obra ahora atribuida a Leonardo da Vinci, quizá sea extensible a la curiosidad de los amantes del arte y de la obra escasa que ha llegado hasta nosotros de Leonardo. Este hallazgo puede servir de estímulo para continuar investigando sobre los orígenes y recorrido de la obra hasta llegar a un salón perdido de Baton Rouge.
