El futuro de un Alonso Cano

El futuro de un Alonso Cano

Tras conocerse la marcha a tierras valencianas de las pocas religiosas que aún residían en la comunidad carmelitana del Amor Misericordioso y de la Madre de Dios de Piedrahita (Ávila), la Asociación Cultural ‘Alma Mater’ ha presentado ante la administración una solicitud para iniciar los trámites necesarios para la declaración del edificio y de su patrimonio artístico como Bien de Interés Cultural (BIC). En juego está, sobre todo, el Cristo de la Paciencia que se atribuye, aunque no sin reticencias, al pintor granadino. Su necesaria restauración ayudará a confirmar su autoría.

Cada vez es más frecuente el cierre de comunidades religiosas que han subsistido durante siglos. La falta de vocaciones y la avanzada edad de sus moradores obliga a reubicarlos. El problema surge con la situación jurídica en la que quedan el edificio y su patrimonio religioso. Por ley y para salvaguardarlas, las obras de arte no pueden traspasarse salvo a otra comunidad religiosa. En su defecto, es el Estado el que puede proceder a su adquisición para garantizar su protección.

Recientemente ha sido la comunidad de religiosas carmelitas del convento del Amor Misericordioso y de la Madre de Dios de Piedrahita (Ávila) la que se ha visto avocada a su traslado. A lo largo de este mes de septiembre las monjas se mudarán a la localidad valenciana de Bocairente. La noticia del abandono de este cenobio con más de cinco siglos de antigüedad a sus espaldas es la situación en la que queda no solo el edificio, sino sobre todo el cuadro de Cristo de la Paciencia atribuido a Alonso Cano dado a conocer por Balbino Velasco.

Tras conocerse que la propietaria del inmueble, la Orden de Carmelitas de la Antigua Observancia, lo ha puesto a la venta –no obstante, esta última lo ha negado recientemente–, la Asociación Cultural ‘Alma Mater’ ha presentado ante la Junta de Castilla y León la solicitud para declarar el conjunto como BIC. Se trata del nivel de protección más alto que otorga la ley de Patrimonio, ya que los bienes que cuentan con dicha adscripción se convierten en inexportables. Además, durante la tramitación del expediente, sea posteriormente aceptado o no, se le aplica temporalmente dicho régimen jurídico.

Las miradas están puestas en el lienzo de Cano, una obra con cierta controversia en cuanto a su atribución –su mal estado de conservación requiere de una profunda restauración que permita confirmar las calidades que se vislumbran en él– puesto que no ha podido ser estudiada con detenimiento por parte de los especialistas; de hecho, Harold Wethey (1983, pp. 152-153) rechazó su autoría para considerarlo como obra de taller. La documentación sobre el encargo no es muy esclarecedora, aunque sí es seguro que se trató de una petición expresa de la Venerable María de Jesús en 1653 a Antonio Calderón Araoz, deán y prior de la catedral de Granada por aquel entonces, por mediación de la hermana de este último, la madre Isabel Calderón. La idea pasaba por representar la visión que había tenido la venerable carmelitana, retratada en el fondo de la composición.

Los documentos no citan en ningún momento a Cano, pero sí que se realizó el encargo en Granada (en aquellos años el pintor había vuelto a su ciudad natal). Además, en una de las cartas en las que se habla de él se señala que “El pintor es grande y deseó mucho acertar […]. El pintor pide mucho que Vuestra Merced le encomiende a Su Magestad, que si le ha de servir, le ayude, a que se ordene de missa […]”.

Alonso Cano. Cristo de la Humildad. 1653-1654. Óleo sobre lienzo. 163 x 109 cm. Convento del Amor Misericordioso y de la Madre de Dios, Piedrahita (Ávila).

Si lo comparamos con otras pinturas de Cano, el modelo más cercano es el del Cristo de la Humildad de la iglesia madrileña de San Ginés. También, por estética y por composición, debe relacionarse con Cristo atado a la columna del museo de Bucarest (1650). Como decíamos, la única fotografía a color del cuadro no permite a priori emitir juicios, así que habrá que esperar a que los especialistas lo estudien en directo, previa restauración, y puedan sacar sus conclusiones. Su dictamen será fundamental para su declaración –o no– como autógrafo y también como BIC y por tanto inexportable. Pero para ello habrá que esperar aún unos meses.