Durán ofrece un cobre de David Teniers por 15.000 euros
La oferta del día 19 de diciembre se reparte entre una tablita de Martín Rico poblada de personajes y un relieve de Victorio Macho dedicado a Ramón y Cajal
A pesar de su calidad, la larga saga de los Teniers, con su peculiar estilo, evolucionado con ligeras modificaciones y actualizaciones por el lógico paso del tiempo, terminó siendo si se puede hablar así una especie de cajón de sastre para el público no especializado… y para más de un catalogador. Algo así como con los Francken, y algunos más.
Para Matías Díaz Padrón, David Teniers el Joven (Amberes, 1610- Bruselas, 1690), “dio una imagen amable de las tabernas, de las gentes paupérrimas, de los borrachos y fumadores que su maestro [Adriaen Brouwer] nos transmite con más profundo y sincero dramatismo. Teniers compensa estas limitaciones con el frescor de una técnica de sorprendente virtuosismo, bebiendo de la tradición de principios del siglo, en convivencia con Jan Brueghel el Viejo, Frans Francken II y Joost de Momper, a quienes debe la viveza de las fiestas campestres al aire libre, las kermesses, las pinturas de gabinetes y las vistas de paisajes panorámicos” (ver).
Este mismo puede percibirse en el cobre de su mano que presenta Durán: Bebedores en la venta (O/cobre, 49 x 64 cm; lote 59). Firmado en el barril, presenta una escena de taberna en el primer plano y aprovecha para mostrar su habilidad con los objetos cotidianos en barro, vidrio, cobre o latón, y madera; al fondo, y con un horizonte bajo, se perciben los techos de algunos edificios y la erguida aguja de la iglesia mientras el celaje se debate en altura entre nubes gris claro y oscuro, contrapeso natural en la derecha de la venta de la izquierda.
La pasada semana vimos en Ansorena que un cobre firmado por Jan Brueghel el joven, Paisaje con asentamiento en la montaña (O/cobre, 21 x 25,5 cm; ver) subía de 28.000 a 42.000 euros, un claro ejemplo del interés internacional por estas piezas seguras. La calidad máxima de Teniers se puede percibir en los 4,746,250 GBP pagadas en Christie’s Londres en julio pasado por un magnífico Le déjeuner au jambon, 1648 (O/cobre, 63,5 x 85,3 cm; ver), procedente del Príncipe Philippe François de Rubempré (1669-1742), de Bruselas; más cercana en calidad al que ahora sale a pujas, Scène galante paysanne (O/T, 35 x 27,8 cm; ver), subió el mes pasado en Vanderkindere, Bruselas, de 2.000 a 59.000 euros.
Para terminar este apartado de pintura antigua, vean por lo singular del personaje el Retrato de don Manuel Fonseca y Zúñiga, IV Conde de Monterrey (O/L, 192 x 102 cm; 58), del Círculo de Velázquez; destacado miembro de la corte de Felipe IV, Embajador de España en Roma durante el primer viaje a Italia de Velázquez, la obra que aparece recogida en el inventario del Marqués de Leganés se ofrece ahora por 25.000 euros.
Avancemos al siglo XIX, donde hay un buen Retrato del hermano [¿Martín?] del primer Duque de Vistahermosa [Ángel García Loygorri y García de Tejada], 1861 (O/L, 116 x 97 cm; 91) de Federico de Madrazo. Esta vez no hay elementos que distraigan la atención del propio retratado salvo sus propias galas y glorias, su frente despejada y su pose atenta y dispuesta. Comenzará las pujas desde 8.000 euros.
Del cambio del siglo no se olviden, por favor, de una pequeña pero magnífica tablita de Martín Rico. No estamos ante la visión siempre alegre de Venecia, ni siquiera ante un palacete romano; se trata de algo mucho más vulgar, El baño de los zagales (O/T, 31 x 85,5 cm; 105), una colección de pequeños personajes bañándose unos, charlando otros, con un amplio y luminoso horizonte marino por detrás. Los 12.000 euros pedidos pueden resultar chocantes, pero el encanto de la tabla y su calidad a buen seguro atraerán las miradas de algunos coleccionistas que subirán su precio final. En la misma línea finisecular, vean también un Paisaje con almendros (O/L, 30 x 45 cm; 117), de Cecilio Plá, por 2.000 euros, y más folclórico Patio de los Naranjos (O/L, 73 x 91 cm; 108 bis), de Manuel Cabral y Bejarano, por 6.500 euros.
De la segunda mitad del siglo destacaría dos piezas. La primera, un yeso de Victorio Macho, Fons mortis (190 x 235 cm; 225), modelo para el conjunto escultórico dedicado a Santiago Ramón y Cajal del Parque del Retiro de Madrid, que finalmente fue reproducido en los billetes de 50 pesetas emitidos por la II República en 1935. Su salida: 15.000 euros. El segundo, El almendro, 1973 (O/L, 54 x 65 cm; 196), de Benjamín Palencia, con su colorista y amplia pincelada tardía, por 8.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte